Paraíso e infierno, en un mismo outlet
Sawgrass Mills, una ciudad-shopping, a una hora de Miami, sólo para compradores dedicad
El campeón de los precios bajos merece un día completo.
Para muestra basta un botón. Y un par de dobladillos también. Una campera abrigada para bebe en un negocio de marca en Buenos Aires puede costar entre 500 y 600 pesos. En Sawgrass Mills, el mega outlet a una hora de Miami, se consigue por 13 dólares, unos 60 pesos argentinos.
Por eso, a los compatriotas que viajan a esa ciudad en busca de ofertas se les podría decir que no pierdan tiempo haciendo shopping aquí y allá. Ni el Dolphin, cerca del aeropuerto, ni The Falls, en el sur de la ciudad, ni el Aventura logran empardar los precios de Sawgrass, que en el rubro de indumentaria llegan a ser ridículos si se los compara con los de Buenos Aires.
El viaje en auto a Sawgrass Mills no debería demorar más de 40 minutos. Ya habrá tiempo de estirar las piernas cuando se arribe a este emporio de las compras, que atrae a diez millones de personas al año, de las cuales el 40% son turistas de América latina. Y aquí van unos datos para el Guinness: inaugurado en 1990 y ampliado tres veces, con sus casi 350 tiendas, se trata del sexto outlet más grande de Estados Unidos, el segundo de Florida (es la atracción más visitada de ese estado después de Disney) y el cuarto más importante del mundo.
Tan grande es el complejo que uno se siente intimidado incluso cuando ingresa al estacionamiento. No estamos en un shopping para recorrer a vista de pájaro ni para andar pispando vidrieras con aire superado. El que se pasa un día entero (hay quienes le dedican dos y hasta tres jornadas) y lo sabe aprovechar, se recibe de licenciado en compras honoris causa.
El mejor consejo para encarar el Sawgrass es imprimir un mapita la noche anterior (y los cupones de descuento en las páginas Web de las marcas elegidas) y decidir cuáles serán las tiendas por visitar.
Esta ciudad de compras tiene tres zonas bien definidas: el Sawgrass mall en sí mismo, que engloba a todos los locales que se ubican en el interior del shopping, con sus cuatro grandes avenidas; The Oasis, un corredor al aire libre repleto de tiendas, restaurantes y 23 cines, y un bulevar muy sofisticado llamado The Colonnades, donde se apiñan los outlets de marcas de lujo como Ermenegildo Zegna, Burberry Factory Outlet, Neiman Marcus Last Call, Prada, Polo Ralph Lauren y Valentino, entre otras.
Es frecuente encontrar descuentos de entre el 20% y el 75% en relación con los productos que venden esas mismas marcas en sus negocios regulares.
Argentinos al ataque
Uno de los verbos que más se escuchan en Sawgrass Mills es resolver y lo dicen casi todos los argentinos, que se lanzan como lobos en ayuno sobre las secciones de clearance (liquidación) de tiendas como Reebok, Nordstrom Rack, Nike, Gap y Bloomindale's. Aquí hay que resolver: la ropa de los chicos hasta que sean adolescentes, el cumpleaños de la nonna, los caprichos de la señora, los gustitos del marido y un montón de compromisos más.
No se los puede culpar: un jeans en Levi's cuesta US$ 40 (unos $ 185) como máximo cuando en Buenos Aires no se consigue por menos de 400 pesos. Unas zapatillas Nike de un modelo que en el Paseo Alcorta cuesta $ 900 allá se encuentra a un valor hasta cinco veces más bajo. Las camisas sport para hombres, en locales como Banana Republic o Gap, no superan la barrera de los 40 dólares. Para las mujeres, hay vestidos a US$ 28 en negocios de marca y remeras a 13 dólares.
Es común encontrar a compatriotas que viajan a Miami sólo para visitar Sawgrass: llegan a Miami en un vuelo por la madrugada, compran todo el día y se van en el avión de última hora. Es el caso de Eugenia, que vive en Olivos y todos los años deja a los chicos en casa para hacer este programa. "Pensá que resuelvo -otra vez el verbo- la ropa de mis hijos de acá a los próximos tres años; si comprara lo mismo en Buenos Aires me fundo", afirma mientras revuelve un carrusel con vestidos como si pasara las páginas de una revista.
Alejandra, otra compradora compulsiva, siente que el Sawgrass es su jungla particular: "Acá me siento de cacería", afirma, y lanza sus recomendaciones: "Compré trajes Calvin Klein para mi marido a US$ 180 en un negocio que se llama Burlington Coat Factory y toda la ropa de cama en Marshalls, a un precio tan bajo que me da vergüenza decirlo", comenta.
También se dan situaciones enervantes, cuando algún argentino se topa con un vendedor que le responde en inglés (¿al fin de cuentas estábamos en Estados Unidos?). En estos casos es sensacional comprobar cómo el lenguaje de señas, aplicado a la compra-venta de mercaderías, siempre tiene final feliz.
Para los fanáticos del shopping, entonces, en Sawgrass Mills se libra la madre de las batallas (por los precios). Deberán llegar armados con papas y cupones de descuento, y tendrán que cuidarse de no perder el auto alquilado en el monstruoso estacionamiento del complejo. En cambio, a los fóbicos de las compras hay que advertirles que recorrer estos pasillos será como ingresar al mismísimo infierno y comprobar, con terror indecible, que a Belcebú también le gusta la ropa de marca.
SAWGRASS MILLS abre de lunes a sábado, de 10 a 21.30, y domingo, de 11 a 20
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