10 imperdibles de Las Vegas
Arquitectura desmesurada en medio del desierto. Meca del juego y el entretenimiento se destaca por sus hoteles de lujo y el incesante desfile de personajes de película. Muy cerca, el fascinante paisaje del Gran Cañón.
10 imperdibles de Las Vegas
Uno de los clásicos más fotografiados por los visitantes, antes de llegar a la entrada de Freemont Street: el cartel de bienvenida.
Un astronauta sube al ascensor del hotel piropeando en inglés desde adentro del casco. Con su vestido blanco impecable, una novia sostiene un cigarrillo con una mano y el ramo (¿se olvidó de arrojarlo después de la boda?). Con la otra, mientras, le pide al flamante esposo que le juegue al 32. Tres chicas de veintipico tienen más lentejuelas que centímetros en sus polleras, y casi atropellan a una mujer que va con su capuchino, zapatillas y auriculares a trotar por la calle. Así es Las Vegas, la ciudad que no duerme y donde todo es posible, aunque sean las... ¡siete de la mañana!
En el estado de Nevada, en Estados Unidos, la Sin City (Ciudad del Pecado) sorprende desde el aire antes de que se pise su suelo desértico, cálido y seco. Porque en la ventanilla del avión ya se había insinuado la arquitectura desmesurada, con luces de neón que encandilan. Y en el aeropuerto internacional, las "slots" se tragaron todas las monedas de una pareja de abuelos que esperaban que sus valijas aparecieran rodando por la cinta. Perdieron, pero se fueron al hotel en limousine.
Convertida desde los años 30 en la meca del juego y entretenimiento norteamericano, Las Vegas convoca multitudes eufóricas. Es que, en esta ciudad no hay persona que no venga con la intención de divertirse. Día y noche, todos desfilan por Las Vegas Boulevard, llamado también Las Vegas Strip. Allí se concentran los lujosos hoteles con casinos, spa, shoppings, restaurantes y clubes nocturnos. Todos los resorts son temáticos y es imposible ir a la habitación sin atravesar un casino. A toda hora, el brillo en la indumentaria y los disfraces se respetan tanto como el refrán "lo que pasa en Las Vegas queda en Las Vegas". Y al segundo día ya no llama tanto la atención ver a Marilyn y Elvis de la mano, posando para las fotos con los turistas. O los dobles de Jean Simmons y Rod Stewart junto a cowboys y mujeres con alas de ángel y máscaras de Gatúbela. Todo es delirante y excesivo en esta ciudad, como su escenografía que imita a París, Luxor, Venecia o Nueva York.
A continuación, presentamos diez imperdibles. Entonces sí se podrá gritar: "Vegas baby, Vegas!".
1. The Venetian Resort Hotel Casino
Si en Las Vegas los hoteles representan atractivos turísticos y se recorren como si fueran paseos, el gran imperdible es The Venetian Resort Hotel Casino. Este hotel recrea el esplendor de Venecia. Día y noche, huéspedes y visitantes, recorren las réplicas de los símbolos de la ciudad italiana, como el Palacio Ducal, el Puente de los Suspiros, la Torre del Campanario y la Plaza San Marcos. El conjunto forma un entorno impresionante bajo un cielo pintado de celeste con nubes, que parece real. Como si fuera un espacio al aire libre, en la Plaza San Marcos hay shows, estatuas vivientes, restaurantes y cafés, artistas "callejeros" que pintan retratos, venden máscaras de carnaval y moldean esculturas. También son frecuentes las bodas sobre alguno de los puentes y los paseos de los novios en góndola sobre el Gran Canal. The Venetian asegura una experiencia inolvidable con una gran infraestructura: el Canyon Ranch Spa Club, el centro comercial The Grand Canal Shoppes (con más de 80 boutiques internacionales), un opulento casino, la zona de piscinas, restaurantes y clubes nocturnos. Entre los espectáculos, a lo largo de su historia el Venetian tuvo en sus escenarios shows como "Blue Man Group", "Soul2Soul", "Jersey Boys" y "Phantom". Pero además permite a sus visitantes apreciar las muestras del Museo Guggenheim Hermitage y Madame Tussauds. Desde que fue unido a The Palazzo Resort and Casino este complejo hotelero cuenta con más de 7.000 habitaciones y suites, lo que lo convierte en uno de los más grandes del mundo.
2. Freemont Street, donde todo empezó
Aunque la mayoría de los hoteles de lujo y los shows se concentran en el Boulevard Las Vegas o Strip a secas, hay que caminar la Freemont Street para conocer los orígenes de la ciudad. Allí se palpita algo del verdadero espíritu de los 60, cuando Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis Jr. eran los reyes de la noche. Carente de glamour y simpáticamente kitsch, la calle Freemont atrae con sus personajes bizarros, tragos más económicos y musicales con efectos visuales que se reproducen a cada hora en el tramo techado que se prolonga por unas cinco o seis cuadras.
Para entender la Freemont Street y el mundo de moteles, strippers y capillas de neón que la rodea, hay que remontarse al 19 de marzo de 1931. Ese día se firmó un proyecto de ley legalizando el juego en Nevada. Y desde entonces, este estado y, especialmente, Las Vegas, ganó fama mundial como meca del juego. Varios años después de la apertura del primer establecimiento legalizado, el "Northern Club" en Freemont Street, Las Vegas recorrió un largo camino por esta calle. Pero ya a principios de los 40 la movida comenzó a trasladarse al Strip, cuando abrió El Rancho, primer resort temático de la ciudad y primer hotel del boulevard. Poco después, el hotel Flamingo inauguraba la era del brillo y las celebridades, de la mano de Elvis, The Rat Pack y Liberace. Hasta que el mayor desarrollo se produjo a fines de los 60 gracias al magnate Howard Hughes, y a partir de 1989, cuando Steve Wynn inauguró The Mirage, el primer mega-resort.
3. Le Reve, el gran show del Wynn
"Con Le Reve, descubra un mundo extraordinario donde los sueños nadan en el aire y bailan en el agua". Así se anuncia al espectáculo acuático que deslumbra cada noche en el hotel Wynn Las Vegas. Le Reve (El Sueño, en francés) reúne un elenco de más de 90 artistas, nadadores y atletas de 17 países diferentes, que se entregan al baile y la acrobacia en una provocativa sucesión de coreografías que dejan sin aliento a los espectadores. Este show fue creado por Franco Dragone y se presenta en forma exclusiva en el Teatro Wynn del hotel de la fachada dorada. La tecnología fue puesta al servicio del arte en Le Reve y las butacas de la sala rodean a la gran piscina ubicada en el centro. Pero además de la música y las luces sincronizadas a la perfección, el teatro permite experimentar distintos climas y temperaturas: durante 1 hora 30' llueve y nieva, por ejemplo. Se trata de uno de los espectáculos más elegantes y glamorosos de Las Vegas. Es que, el Wynn cuenta, por ejemplo, con el concurrido salón de exposiciones de Ferrari y además ofrece asientos de lujo con champagne de cortesía, chocolates, frutillas y monitores especiales. Otro show acuático es el "O" Cirque du Soleil, tan recomendable como "Love" (con música de Los Beatles), "Viva Elvis", "KA", "Zumanity", "Mystere" y "Criss Angel Believe". Pero Las Vegas siempre tiene más para ver. La mayoría de los resorts presentan espectáculos de primer nivel porque en Las Vegas el show siempre debe continuar.
4. Compras en los Premium Outlets
Además de ser la meca norteamericana del entretenimiento y el juego, desde hace unos años Las Vegas es también un destino de compras. Más allá de los miles de metros cuadrados que ocupan los centros comerciales dentro de los lujosos hoteles, el circuito de shoppings incluye a Las Vegas Premium Outlets (North y South), en ambos extremos de la ciudad. Con descuentos que van del 25% al 65% todos los días, 150 tiendas de diseñadores y marcas internacionales atraen al público en el North. Situado a pocos metros del hotel Stratosphere, a la entrada de la histórica Freemont Street, este espacioso centro recuerda a un pueblo al aire libre. Claro que, incluyendo a tiendas de Armani Exchange, Burberry, Calvin Klein, Coach, Dolce & Gabbana, Kenneth Cole, Lacoste, Ralph Lauren y Salvatore Ferragamo, entre otras.
En el extremo sur de la Strip, y a pocos minutos del aeropuerto, se encuentra Las Vegas Premium Outlets-South, (antes llamado Las Vegas Outlet Center). Se trata de un popular centro comercial cubierto que presenta alrededor de 140 tiendas. Está cerca de los hoteles Mandalay Bay, MGM Grand y Luxor. Además de restaurantes y patios de comidas, ambos outlets tienen cajeros, tablas de conversión para talles extranjeros, alquiler de lockers, estacionamiento, estación de taxis y paradas de buses. Y como esto es Las Vegas, también se llega en limousine.
5. Excursión al Valle de Fuego
Al hablar del Valle de Fuego (Valley of Fire), sorprende que no tenga la promoción que se merece. Afortunadamente, "Pink Jeep Tours" recomienda esta excursión y resulta fascinante de principio a fin. Con contornos alocados y un color rojo intenso, las formaciones rocosas y el suelo de arena colorada remiten a la ciencia ficción. De hecho, apenas desciende de la 4x4, el guía señala al Enterprise, y hay que reconocer que la roca es igual a la nave de Star Trek. Pero además de aprender a distinguir entre piedras con hierro (rojas), manganeso (violáceas) o azufre (amarillas), el grupo ya reconoce los petroglifos dibujados en cantidades generosas hace 4.000 años por los indígenas nativos.
Con 14.120 hectáreas y creado en 1935, el Valley of Fire es el Parque Nacional más extenso y antiguo de Nevada, que ocupa parte del gran desierto de Mojave. Aquí la fauna no es puro cuento: nadie lamenta que no se vean ni escorpiones ni serpientes, pero todos profieren exclamaciones cuando veloces ardillas irrumpen en el almuerzo al aire libre para luego esconderse debajo de arbustos mínimos. Abundan también hormigas de preocupante tamaño, lagartijas, iguanas y aves. Y sí, es una pena no cruzarse con las dos especies emblemáticas: el coyote y el correcaminos (roadrunner). Por si alguien no lo ubica, el guía bromea: "beep beep".
6. De "París" a "New York" en el Monorail
Las distancias entre un hotel y otro no son tan cortas como parece a simple vista. Todo lo contrario: los resorts son tan grandes que se puede llegar a demorar unos veinte minutos en caminar desde la propia habitación hasta el lobby. Por eso, además del servicio de buses que recorren Las Vegas Boulevard de Norte a Sur -y hasta Freemont Street-, muchos turistas se suben al Monorail. Este pequeño tren corre por la Strip en forma automática los 365 días del año, convirtiéndose en el primer monorail público sin conductor del mundo. Con capacidad para 72 pasajeros sentados y 150 en total, Las Vegas Monorail tiene paradas en siete estaciones, que recorre en 15 minutos: MGM Grand Station, Bally's/Paris Las Vegas, Flamingo/Caesars Palace, Harrah's/Imperial Palace, Las Ve- gas Convention Center, LVH Station y Sahara.
De forma ecológica y divertida, el Monorail permite "viajar" desde la zona que recrea a la milenaria cultura de Egipto (con esfinge y pirámide incluidas) hasta el complejo New York-New York y sus rascacielos espejados, pasando por París (con el Arco del Triunfo y la Torre Eiffel, en cuya cima tiene restaurante), la Antigua Roma y Venecia.
La formación actual con este recorrido se inauguró en 2004.
7. Spa Qua del Caesars Palace
Clásico de clásicos, el Caesars Palace recrea el Imperio Romano al estilo Las Vegas. Es que aquí, las estatuas preceden a las mesas de Black Jack, el Forum es de tiendas costosas y en el Coliseo brillan Elton John, Celine Dion o Rod Stewart, con shows que agotan entradas y merchandising (desde joyas Swarovski hasta plumas fucsias y remeras donde se lee "The Bitch is Back"). Del mismo modo, se venden disfraces de emperadores y souvenirs del histórico hotel y su exclusivo "Qua Baths & Spa". El Spa tiene una entrada especial a la que se llega en limousine. Como todo spa de lujo, el Qua tiene saunas seco y húmedo, lockers, amenities de alta gama y sala de relax con música suave e infinitas variedades de tés, café, agua, frutas y pretzels. Además de proveer ojotas, batas, shampú, secador de pelo (también hay planchitas y bucleras), cepillos, body lotion y dentífrico (la lista continúa, por supuesto), lo más característico son las grandes piscinas con jacuzzi, que aquí se llaman "Baños Romanos". El menú de tratamientos sorprende con unos 80 servicios de relax y belleza.
8. La torre del Stratosphere
En el extremo norte del Boulevard Las Vegas, más conocido como la Strip, la Torre Stratosphere se eleva a unos 330 metros sobre el desierto. Si bien el casino es uno de los más antiguos de la ciudad, el hotel fue completamente renovado en 2005. Entre los cinco restaurantes, se destaca el giratorio, que ofrece una gran panorámica de la ciudad. O mejor dicho, de Las Vegas en perspectiva sobre el suelo desértico del estado de Nevada, ya que la torre se encuentra bastante alejada de la transitada zona sur de la Strip. Esta última, la avenida en la que se sitúan la mayoría de los fastuosos hoteles con sus casinos y tiendas, con escaleras mecánicas hasta para cruzar la calle.
Además, el Stratosphere posee cuatro de los juegos más altos del mundo, situados a 100 pisos por encima del suelo. El más novedoso es el "Skyjump", que consiste en una caída libre controlada. El "XS- cream" permite realizar una suerte de viaje a 274 metros de altura y el "Big Shot" lanza 50 metros en el aire a los intrépidos visitantes con gran fuerza, para soltarlos luego en caída libre hasta la base de lanzamiento. En cambio, el "Insanity" propone una vuelta vertiginosa alrededor de la torre, desde donde se cuelgan las personas y giran a velocidades que se acercan a los 64 km por hora.
9. Fuentes del hotel y casino Bellagio
Es uno los espectáculos "de cortesía" más convocantes junto con el Volcán del Mirage. Las fuentes del hotel y casino Bellagio atraen con sus aguas danzantes y juegos de luces, mientras suenan sus parlantes en la Strip. Con cámaras de fotos y tablets, la gente se congrega alrededor del lago artificial para presenciar la ambiciosa coreografía. Las presentaciones no descansan: se realizan cada media hora de lunes a viernes, desde las 15 hasta las 19; cada 15 minutos a partir de las 19 hasta la medianoche; y los fines de semana, desde el mediodía. Las aguas danzan al ritmo de temas clásicos como Lucy in the Sky with Diamonds, de Los Beatles, Billie Jean, de Michael Jackson y el clásico In the Mood, de Glenn Miller.
Recordado por La gran estafa, el casino del Bellagio ostenta el máximo galardón "Cinco Diamantes", y es famoso por sus miles de tragamonedas, mesas de juego, apuestas deportivas y el Tour de Póker Internacional. También hacen único al hotel las 2.000 flores de vidrio del lobby, el jardín botánico, la galería de arte y las piscinas al aire libre de estilo mediterráneo. Imperdible, el "O" Cirque du Soleil.
10. Vuelos al fantástico Cañón del Colorado
Durante la estadía en Las Vegas, hay al menos una jornada en la que todos los jugadores ganan. Y no es porque hayan leído el librito "Los secretos del Black Jack". Sino porque apostaron a contratar la excursión que permite recorrer una de las grandes maravillas naturales del mundo: el Grand Canyon, conocido como el Gran Cañón o el Cañón del Colorado.
Precisamente, esta escarpada garganta -su altura máxima es de 1.470 metros- debe su nombre al río Colorado, cuyo cauce socavó el terreno durante millones de años. Fueron los exploradores españoles quienes al ver el color de sus corrientes coloradas decidieron darle esta denominación. El curso de agua -que a veces luce tonalidades verdes- se prolonga por 446 km, desde las Montañas Rocallosas hasta el Golfo de California y hay aventureros que lo recorren en balsa durante unos diez días, atravesando el Cañón.
Gracias a la cercanía de Las Vegas con el área del Gran Cañón en el norte del estado de Arizona que, se encuentra a 150 km, hay numerosas excursiones en todos los medios de transporte que se puedan imaginar. Se puede acceder desde bus y 4x4 hasta tren y ¡mulas! Pero el tour más solicitado es en helicóptero, para obtener fantásticas panorámicas entre las paredes de roca.
Durante casi una hora en el aire y luego de sobrevolar Golden City, lo primero que se divisa es la histórica Represa Hoover y el gran lago Mead de aguas azules. El viaje continúa a través del desierto de Mojave hasta que se llega al borde oeste del Gran Cañón, siguiendo de cerca al zigzagueante río Colorado. Si bien la audioguía asegura que cuenta con 161 rápidos, desde lo alto se ven como una sucesión de pequeñas olas blancas.
Entonces, se aterriza para almorzar al aire libre y vale aclarar que no se trata de una frase hecha. De cara al abismo de piedra que alterna entre el ocre y el colorado, y en el más absoluto silencio, la guía entrega una vianda a cada pasajero entre enormes cuervos negros y ardillas inquietas. Será un momento inolvidable.
La excursión aérea más completa se realiza en una avioneta para 19 personas y es de día entero, porque ofrece además un paseo en lancha por el río o en bus, con paradas en distintos miradores del Parque Nacional. En ese caso, habrá oportunidad de escuchar historias de los indígenas originarios y se podrán comprar libros, artesanías y un "atrapasueños".
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