sábado, 8 de junio de 2013

FRANCIA: En la campiña francesa

En la campiña francesa, con todos los sentidos

Un pasado antiguo y medieval, cautivantes playas, reservas naturales y el atractivo de los viñedos en la bella Narbonne.

Viñedos, un pequeño canal, puentes con encanto, rastros de un pasado medieval, callecitas angostas, algún francés con una copa de vino en la mano y la mirada perdida son las infaltables pinceladas que conforman el cuadro de la pintoresca ciudad de Narbonne. Ubicada en el departamento de Languedoc-Roussillon, al sur de Francia, a 780 kilómetros de París y 153 de Toulouse, Narbonne tiene ese aire de campiña que se conjuga armoniosamente con un pasado que persiste al paso del tiempo.
Si de paisajes marinos se trata muy cerca de allí se asoma el Mediterráneo que baña unas playas donde reina la tranquilidad. Y muy próxima a la ciudad francesa, se encuentra la Reserva Africana de Sigean, donde los ojos de convierten en testigos privilegiados de la vida de los animales salvajes.
Por esas callecitas
Narbonne es una hermosa ciudad, ideal para perderse en sus callecitas, disfrutar de la tranquilidad, caminar bordeando el Canal de la Robine, cruzar el puente histórico Pont des Marchands, admirar las casas coloridas, los jardines floridos y las barcas que recorren pausadamente el canal. Paisajes de ensueño. Postales típicas de esta región donde cada rincón parece perfectamente preparado para que lo admiremos, fotografiemos o, con lápiz y papel en mano, deslicemos algunas palabras conmovedoras.
Pero aún hay más, porque la ciudad conserva vestigios de su pasado medieval, incluso de la época en la que formaba parte del Imperio Romano. Tal como se puede ver en la Catedral de San Justo y San Pastor (Saint-Just-et-Saint-Pasteur) cuya construcción de estilo gótico finalizó en 1340, aunque el proyecto original no logró concluirse porque para ello era necesario derribar la antigua muralla romana. Y el Palacio de los Arzobispos de Narbona, un impresionante edificio con varias torres que comprende el Palacio Viejo, el Palacio Nuevo y donde actualmente funciona el Ayuntamiento de la ciudad.
Su pasado romano se advierte en la Vía Dominitia, vestigio de la primera gran ruta romana que pasaba por allí y unía España con Italia (en aquel momento, todos territorios pertenecientes al Imperio Romano). Para conocer en profundidad aquellos tiempos es necesario visitar el Museo Arqueológico donde hay sarcófagos de la época, joyas y una importante colección de pinturas romanas fruto de las excavaciones realizadas en la zona.
Arenas finas, azul intenso
A 15 km de la ciudad, pasando el macizo montañoso de La Clape, se encuentra Narbonne Plage. Una localidad costera donde grandes playas de arenas finas bañadas por el azul intenso del Mediterráneo proporcionan una magia particular. De escasa edificación y más tranquila que otros puntos de la costa francesa, estas playas son una invitación al descanso. Su cercanía a la montaña ofrece actividades como cabalgatas o senderismo por diferentes rutas que permiten encontrarse con un entorno natural privilegiado.
Como toda la zona del Languedoc-Roussillon, el paisaje se tiñe de verde intenso gracias al cultivo de la vid. Se pueden visitar algunas de las más de 30 bodegas que hay en el lugar tales como Chateau des Karantes o Château L’Hospitalet. Ambos establecimientos se encuentran próximos a la localidad balnearia e incluyen servicio de hotel y restaurante.
Escapada al zoológico
La Reserva Africana de Sigean (Réserve Africaine de Sigean) es un gran parque situado a 15 kilómetros al sur de Narbonne y a 8 kilómetros de la pequeña localidad de Sigean. Se trata de un zoológico semi natural de más de 300 hectáreas que alberga a unos 3.800 animales.
El parque está dividido en dos partes. La primera se realiza a pie. Se trata de un paseo de una duración aproximada de 3 horas donde canguros, cebras, elefantes, jirafas, chimpancés se encuentran cautivos dentro de grandes extensiones reproduciendo, de esta manera, su entorno natural. Además se puede ver una gran laguna con pelícanos, flamencos, cigüeñas, gaviotas, patos. El lugar posee varios restaurantes y un área de picnic.
La otra parte de parque se hace en auto. Esta zona, de 7,5 kilómetros de extensión, está muy bien señalizada y recorre varios lugares donde los animales andan libres en un entorno natural rico en vegetación. Así es posible toparse con algún avestruz en el camino, ver jirafas y cebras a una corta distancia. Además fotografiar antílopes, búfalos o rinocerontes sin que medie reja o valla de ningún tipo… Pero sin duda, las zonas más atractivas son las dedicadas a los leones y osos. En estas áreas en las que se solicita especialmente no bajar la ventanilla, se pueden ver estas especies moverse en plena libertad.
Para quienes van sin auto, el parque ofrece un servicio de minibús. Además existen varias alternativas que se contratan aparte, como la visita guiada tanto en esta área como en el circuito para realizar a pie.
Belleza urbana, historia, naturaleza al descubierto se ponen en evidencia en esta zona para recorrer con los ojos bien abiertos y los sentidos a flor de piel.

INFORMACION
www.narbonne.fr
www.reserveafricainesigean.fr
www.karantes.com
www.chateau-lhospitalet.com

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