martes, 4 de junio de 2013

GRAN BRETAÑA: YORK: De chocolates y fantasmas

YORK: De chocolates y fantasmas
Capital de los trenes ingleses y eje de la Ruta del Chocolate, York también atrae con sus museos, festivales, el barrio histórico y la imponente catedral gótica.

Cuentan que en 1908 el explorador Shackleton se llevó a la Antártida una caja de chocolates Rowntree –que apareció intacta 50 años después entre los hielos– para disfrutarla con sus expedicionarios. Shackleton sabía lo que hacía, porque Rowntree y su competidor, Terry, eran los dos grandes nombres del chocolate en York. Se sabe, Rowntree tenía dos empleados que también se harían ricos y famosos con el chocolate, George Cadbury y Lewis Fry. En memoria de esos tiempos, esta ciudad de Inglaterra tiene hoy una “Ruta del chocolate” que atraviesa el casco antiguo de esta urbe amurallada, fundada por los romanos en el año 71 de la era cristiana, a orillas del río Ouse, en el noreste del país.
Pero no sólo del chocolate vive York, que tiene fama de ser –luego de Londres– la segunda ciudad más visitada del país. Un viaje a York es el paseo preferido de fin de semana para los jóvenes, los entusiastas del chocolate y el ferrocarril –el National Railway Museum ubicado aquí es el más completo de Europa–, sin olvidar, además, las carreras de caballos o el pasado romano y medieval, que se palpa en varias calles del barrio antiguo, como Shambles, Grape Lane y Swinegate.
York está ubicada a 281 km de Londres, hacia el norte. Son dos horas de viaje en tren desde la estación King’s Cross, el pasaje ronda los 58 dólares, según la época del año. Miles de visitantes llegan atraídos por el calendario anual de festivales. Hay para todos los gustos. Desde las carreras de caballos –las Ebor Races , de mayo a octubre– hasta el Jorvik Viking Festival en febrero, dedicado a recordar a los vikingos que vivieron aquí. En junio llega el Early Music Festival , dedicado a la música medieval y barroca. En York funciona el National Centre for Early Music , con espacios privilegiados como la hermosa catedral. El calendario se completa en septiembre, con el Festival of Food and Drink , donde se come y bebe a gusto en los bares y las calles.
Clásica y moderna
La arquitectura romana y medieval fue bien preservada en York, el casco histórico es ideal para caminar. Por caso, las calles Stonegate y Petergate –famosas por sus tiendas– corren sobre las mismas calles romanas de hace dos mil años, la Via Praetoria y la Via Principalis, que conducen hacia donde hoy está la catedral de York, un ícono de la ciudad. Fue inaugurada en 1472 y se dice que los restos del rey Ricardo III –descubiertos hace meses en Leicester– pronto serían trasladados aquí. En los alrededores de la catedral se ven mansiones de estilo georgiano –del siglo XVIII– como la notable Fairfax House , donde se expone la colección de muebles y relojes antiguos del millonario chocolatero Noel Terry.
La imponente estación de trenes inaugurada en 1877 por la reina Victoria es otra postal de York, que atrae medio millón de visitantes para ver, en el cercano National Railway Museum , una colección de más de 100 locomotoras de distintas épocas.
Los romanos la llamaron Eboracum y fundaron la ciudad en la unión de los ríos Ouse y Foss. El cuartel general de la 9° Legión Romana –con seis mil soldados– estaba en donde hoy se levantan los muros de la Catedral de York. Tres emperadores romanos, Adriano, Septimio Severo y Constantino, visitaron la ciudad. En el siglo VII, anglos y sajones eligieron a York –llamada Eoforwick– como capital del reino de Northumbria. Los vikingos, que llegaron como invasores en el siglo VIII aprovechando las peleas internas entre los sajones, se afincaron durante un par de siglos y la llamaron Jorvik, como lo demuestra el sitio arqueológico descubierto en 1976 que hoy es un gran atractivo turístico.
Los visitantes descubren pronto que aún lo más moderno en York está íntimamente unido a su pasado. Si hay que creerle a la Oficina de Turismo local, York tiene 500 fantasmas, por eso es “la ciudad más embrujada de Europa”. Hay muchas propuestas para recorrer la ciudad de noche, por callejones y casas donde pueden aparecer fantasmas. Incluso hay hoteles –como The Golden Fleece– que se enorgullecen de tener un fantasma amigable.
Caminos misteriosos
Desde hace treinta años, Mark Graham propone un recorrido de una hora (theoriginalghostwalkofyork.co.uk) para ver si aparece el fantasma de Mad Alice , que aún añora la calle –Mad Alice Lane– donde vivió en el siglo XIX antes de ser ahorcada. Dos reyes medievales, Guillermo El Conquistador y Enrique III, son recordados por Clifford’s Tower , un torreón que domina la ciudad. En 1322 fue ejecutado allí Roger de Clifford –acusado de traición por el rey Eduardo II– y dicen que su cadáver aún se ve de noche. Hay visitas organizadas al York Castle Museum para oír historias siniestras sobre la época en que funcionaba como cárcel. En este museo, dedicado a la vida cotidiana, se recreó una calle de la época victoriana, Kirkgate, con empedrados y la luz típica de los faroles a gas.
Otros turistas prefieren caminos más tranquilos, como “la ruta del chocolate”. Ese camino empieza frente a la catedral, en Blake Street, con la York Cocoa House , una recreación de las antiguas chocolaterías que funcionaban en la ciudad en el siglo XVII, donde se pueden probar tortas y otras exquisiteces. En Saint Helen’s Square se ven rastros de lo que fue el Terry’s Chocolate Shop & Tea Room , no muy lejos del Betty’s Cafe , que hace chocolates artesanales desde hace cien años. Siguiendo por Clifford Street y Tower Street se llega al York Castle Museum , donde están expuestas las marcas y envases de chocolates que hicieron célebre a la ciudad.
Rowntree Park , sobre la Terry Avenue, es un memorial que recuerda a los ciudadanos de York muertos en las dos guerras mundiales. Fossgate, donde se inició la dinastía de los Rowntree, es hoy una calle repleta de chocolaterías artesanales. La ruta termina en King’s Square, donde York’s Chocolate Story propone un museo interactivo.
Sin duda, York tiene una tradición teatral que arranca desde las obras religiosas escenificadas en la calle por los gremios medievales –vale detenerse en el edificio de The Merchant Adventurer’s Hall , antigua sede de estos gremios– que retornaron popularmente desde 1951. Se representan durante la festividad de Corpus Christi, casi siempre en el jardín botánico junto al río, donde se ven restos de murallas romanas.
Dado que el ferrocarril nació en Inglaterra con pioneros como Stephenson, se entiende el orgullo local por el National Railway Museum . Allí se ven no sólo trenes y vagones, también se ha reconstruido una estación clásica, hay maquetas de ferromodelismo y espectáculos para niños. El museo está junto a la estación de York, en un espacio de 8 hectáreas. En tres enormes salones se pueden ver famosas locomotoras de vapor, como la Duchess of Hamilton y la Mallard . Ahora se está restaurando la legendaria Flying Scotsman , que corría entre Londres y Edimburgo en 1930. Trenes japoneses como el Shinkansen –el “tren bala”– comparten el escenario con lujosos coches dormitorio franceses de la Compagnie des Wagons Lits que se usaban en el Night Ferry , el servicio nocturno entre Londres y París. En el área dedicada a los “palacios sobre ruedas” se ven los Royal Trains , los trenes imperiales, desde la época de la reina Victoria hasta Isabel II. Es otro de los muchos atractivos de York, una ciudad encantada.

INFORMACION
www.visityork.org
www.visitengland.com
www.historyofyork.org.uk

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