Catamarca: Un destino que no deja dudas
Que está lejos, que hace calor, que no hay mucho para conocer, que faltan buenos hoteles... ¿Qué hayde cierto en estas frases oídas más de una vez acerca de esta provincia? Aquí, una defensa, punto por punto, de uno de los secretos mejor guardados entre las bellezas del país
Quien tiene ocasión de recibir o hablar con un visitante extranjero, invariablemente se pone en la piel de promotor turístico y saca a relucir los mejores destinos del país: las Cataratas, los glaciares, Bariloche, Ushuaia, el cerro de los Siete Colores, los lagos de la Patagonia, las ballenas de Puerto Madryn y, por supuesto, el mismísimo centro de Buenos Aires.
La lista es larga y la charla puede durar un tiempo prolongado. Y es raro que se mencione a Catamarca en el listado de imperdibles de la Argentina.
Sin embargo, se trata de la provincia de los seismiles, los volcanes más altos del planeta, que fascinan a los andinistas de medio mundo; del impactante y semidesconocido Campo de Piedra Pómez; de la Ruta del Adobe, una joyita de herencia colonial; de las termas de Fiambalá y los pueblitos escondidos de la Puna, donde son compañeras constantes las llamas y vicuñas; del paso andino más alto del país y de varias ruinas de pueblos de raíces incaicas. En síntesis: una cantidad abrumadora de razones para conocer esta provincia que fue, durante mucho tiempo, un secreto bien guardado y poco a poco empieza a incorporarse -y a lo grande- al imaginario turístico. Aquí, a modo de guía, un repaso de los mitos y las verdades de este destino emergente.
EL CLIMA: ¿hace demasiado calor?
Desde hace varias temporadas, la provincia de Salta logró vencer este mito y se convirtió en un destino tanto de verano como de invierno, un caso exitoso de quiebre de la estacionalidad. Lo mismo podría ocurrir en Catamarca. Si bien sus veranos son muy calurosos en San Fernando del Valle de Catamarca, el 70% de la provincia es montañoso, lo que implica un abanico de temperaturas mucho más contrastante (y frío todas las noches del año en la alta montaña).
También hay que tener en cuenta que el verano es la temporada de lluvias en el valle donde está la capital provincial. Por lo tanto, si bien hace calor, es el momento ideal para verla con una abundante vegetación y conocer sus villas veraniegas, de altura, con temperaturas más templadas y en el marco de una naturaleza verde con arroyos de montaña donde refrescarse.
LAS DISTANCIAS: ¿queda demasiado lejos?
Catamarca tiene aeropuerto para vuelos de alcance nacional y es cierto que podría ser mejor aprovechado con una mayor frecuencia. Actualmente los vuelos se comparten con la vecina ciudad de La Rioja. Mientras tanto, la autopista entre Buenos Aires-Rosario y Córdoba acortó notablemente el tiempo del trayecto por ruta. En un micro de larga distancia hay que contar una noche completa.
ALOJAMIENTO: ¿no hay buenos hoteles en Catamarca?
La capital provincial cuenta con establecimientos 3 y 4 estrellas superior
También hay otras opciones para distintos gustos y presupuestos.
GASTRONOMIA: ¿la comida de la provincia no se destaca de la del resto del Noroeste?
En el menú local abundan las empanadas, los locros y el chivito, un tipo de gastronomía regional que la unifica con el noroeste argentino. Pero tiene al mismo tiempo un sello distintivo de calidad en la materia prima que la hace digna de conocer. Lo saben los amantes de las aceitunas y el aceite de oliva, los aficionados a los higos de tuna y los dulces como el arrope, las nueces tamaño competición y los vinos artesanales.
Quien guste de los ingredientes locales con un toque más internacional también debería disfrutar de la mesa del Hotel Casino en la capital. En su restaurante, Sabores de Nuestra Tierra, el chef ejecutivo Juan Martín Antoniassi elabora platos con los productos de la zona, que cambian según la temporada. Así van rotando papines andinos, ensaladas con aceitunas, nueces y aderezos con aceites de oliva, lomo de novillo, trucha salmonada. Para los postres, la provincia provee también frutas en almíbar, queso de cabra y helado de higo y nuez.
SIESTA: ¿la provincia se para totalmente cada tarde?
No hay que prever visitas, salidas o compras entre las 13 y las 18 en Catamarca capital y la mayoría de la provincia. En verano es muy comprensible: las altas temperaturas no alientan a desarrollar mayores actividades y desaniman al más activo. Por otro lado hay actividad hasta muy tarde y los negocios estiran sus horarios hasta las 23 en muchos casos. Además, como la provincia se encuentra en el oeste del país, tiene luz hasta más tarde que en el Este y esto marca también una diferencia notable.
ARIDEZ: ¿Catamarca no es un destino para los amantes del agua?
Es cierto que no atrae a los incondicionales de la playa. Pero tiene todo un circuito verde en las villas veraniegas cerca de la capital. Las Juntas, Los Varela y el dique Las Pirquitas son lugares muy apreciados por los catamarqueños para refrescarse en los recreos y las aguas de los ríos de montaña. En verano especialmente, cuando la temperatura es muy alta en la ciudad, es la temporada de mayores lluvias en los valles, y las villas veraniegas ofrecen lo mejor de sí mismas con ríos abundantes y paisajes verdes.
Y no hay que pasar por alto las renombradas termas de Fiambalá, en el oeste de la provincia, al pie de los seismiles. El complejo tiene varias piletas formadas casi naturalmente y en desnivel en una quebrada muy angosta. Románticas y llenas de carácter, no son las únicas termas de la provincia: hay otras en Hualfin y en Villa Vil, en Belén.
ATRACTIVOS: ¿no hay mucho para ver desde la ciudad misma y hay que recorrer grandes distancias en las montañas para conocer algo?
Catamarca combina sus propios atractivos con una serie de propuestas cercanas que se pueden realizar en el día. Las dos excursiones estrella para hacer en media jornada son la visita a la gruta de la Virgen del Valle y un paseo por la Cuesta del Portezuelo. La Virgen del Valle es una de las máximas muestras de fe católica del país: convoca a decenas de miles de fieles por año y genera su propia corriente de visitas a la ciudad.
Se puede combinar la visita a la catedral para ver el camarín donde fue instalada su imagen, y la gruta para entender mejor el fenómeno religioso que creó a su alrededor. Por su parte, la Cuesta del Portezuelo es una ruta panorámica pródiga en buenas fotos y sensaciones fuertes.
No muy lejos de las últimas casas de la ciudad se ven también las ruinas de Ciudad Perdida, un sitio arqueológico en el emplazamiento de lo que fue un pueblo prehispánico. Se puede realizar otro circuito en busca de otro testigo del pasado de la provincia: fray Mamerto Esquiú, cuya casa natal está a 15 kilómetros de Catamarca capital, en un pueblo que hoy lleva el nombre del Orador de la Constitución (antes Piedras Blancas).
Finalmente se puede hacer un recorrido de día completo para conocer a la vez las villas veraniegas y las cumbres de Ambato. Se trata de un camino de ripio que pasa por valles y montañas, y ofrece paisajes que merecen muchísimas paradas fotográficas durante todo el día. Hay que llevar una vianda y abundante bebida.
LOS SEISMILES: ¿son sólo para expertos?
Gracias a ellos, Catamarca goza de prestigio entre los montañistas de todo el mundo. En el oeste de la provincia está la mayor concentración andina de cumbres que superan los 6000 metros. Muchas son volcanes, los más altos del mundo (recordar el Pissis y el Ojos del Salado).
Llegar hasta sus cumbres no es para cualquiera y representa un desafío tan bravo como las cumbres del Himalaya. Para los demás, es decir para casi todos, queda la posibilidad de acercarse un poco más a sus cimas y un poco más al cielo gracias a una maravillosa ruta, que sale de Tinogasta y Fiambalá para llegar hasta el paso fronterizo San Francisco.
Se llega a la muy respetable altura de 4748 metros sobre el nivel del mar, equivalente a la del Monte Blanco, el techo de Europa. La ruta es impecable y bien provista en asistencia para quien lo necesite. Hay que prepararse para minimizar los efectos del apunamiento antes y durante el recorrido, que se puede hacer en el día, con varias paradas para sacar fotos de las montañas, de los rebaños de llamas al borde de la ruta, de los flamencos que pescan en la laguna de Cortaderas y el curioso viento blanco que suele levantarse a los bordes del camino. En este mismo lugar, donde el altímetro marca 3300 metros, hay un hotel donde se puede parar. Sin duda, de noche, las estrellas parecen mucho más a mano que en ningún otro lugar.
ATRACTIVOS II: ¿Por qué Catamarca entre tantos otros destinos del NOA?
La catedral de Salta, el cerro de los Siete Colores, el Tren de las Nubes, la Casa de Tucumán, los menhires de Tafí: el norte argentino rebosa de buenos motivos para hacer turismo. ¿Y Catamarca? Tiene lo suyo también. No tan difundido (por suerte, dicen algunos, que prefieren un turismo más confidencial y de élite). A lo largo y ancho de la provincia se puede mencionar, por ejemplo, la Ruta del Adobe, en la región de Tinogasta. Un circuito que pasa por pueblos donde se restauró con el máximo cuidado toda una serie de capillas y oratorios de adobe levantados por los primeros colonos españoles en los siglos XVII y XVIII. Altares barrocos en adobe, pequeños oratorios encalados y hasta una vieja armería reconstruida con todo cuidado desde los cimientos hasta los techos merecen la visita, para descubrir una técnica y material de construcción ideales para la zona seca y sísmica del Noroeste.
Otro lugar imperdible está en la zona de la Puna, en torno de Antofagasta de la Sierra: el Campo de Piedra Pómez, decenas de kilómetros cuadrados donde se levantan las caprichosas formaciones de piedra porosa arrojadas por un antiguo volcán. Un impresionante mar de piedra hasta donde llega el horizonte, el Perito Moreno del Noroeste, como lo suelen llamar. En la misma zona se puede recorrer el negro volcán Antofagasta, la laguna Blanca -con sus flamencos- y varias formaciones que albergan pinturas rupestres. Saliendo de Antofagasta, la última frontera son los salares, como el impactante salar del Hombre Muerto.
MAS INFORMACION
Centro de Información al Turista en San Fernando del Valle de Catamarca: República 446 (centro de la ciudad). infoturismo@catamarca.gov.ar
www.turismocatamarca.gov.ar
También se brinda información en la Casa de Catamarca en Capital Federal: Córdoba 2080; 4374 6891.
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