COLONIA: Ese dulce encanto de la otra orilla
Un recorrido por la
íntima y bella ciudad de Colonia. El circuito de las bodegas, el casco
histórico.
Unos pocos momentos alcanzan para entender que en Colonia el paso del tiempo le hace un esquive a la lógica.
El silencio impresiona y en la Calle de los Suspiros, donde hace dos siglos los
navegantes iban a buscar amores rápidos, se siente una ráfaga de viento que
llega del río, agita la vegetación y erosiona las tejas de color terracota. En
todo sentido, Colonia del Sacramento tiene una textura diferente. Si existiera
la máquina del tiempo soñada por Herbert Wells, cabe imaginar que esta ciudad
no sería muy diferente que en sus años de mayor esplenor, allá por los finales
del siglo XVIII.
Esta ciudad, a la que Alfonsina Storni llegaba de tanto en
tanto a tratar de regalarle un poco de alegría a sus días tristes, es extraña
por lo inquietante. Sin embargo hay un error que no debe cometerse con respecto
a Colonia: creer que se limita al casco histórico y sus adyacencias inmediatas.
Poco a poco, tras recorrer el casco urbano de la ciudad (declarado Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco), se descubre que más allá hay un departamento
con múltiples actividades, una realidad que se extiende hasta Colonia Valdense
si uno va hacia Montevideo, o bien hacia Nueva Palmira (cerca de donde Solís
perdió la vida a manos de los indios) si remonta en dirección contraria, rumbo
al noroeste. Esas otras caras, las menos visibles, incluyen, por ejemplo, la
llamada Ruta de las Bodegas.
Rutas de vino y grapa
Nueve de las 270 bodegas que hay en el Uruguay están en
Colonia. Los Cerros de San Juan, cerca de Conchillas; Zubizarreta, en la Calera
de las Huérfanas; Irurtia pegadita a Carmelo; Bernardi, en los aledaños del
barrio histórico, son algunas de esas bodegas en la que se apoya uno de los
circuitos turísticos de Colonia, que se recorre con combis alquiladas, autos
particulares o colectivos interdepartamentales, y en las que se producen miles
de litros de vino y grapa uruguaya por año.
En el ir y venir de una bodega a otra, mirando el paisaje de a
ratos bucólico, por momentos más ajetreado, se entienden las razones por las
cuales las comidas de Colonia, desde las muy elaboradas de los hoteles a los
clásicos asados rioplatenses o las empanadas caseras, siempre están acompañadas
de buenos vinos, principalmente elaborados con uvas tannat, la cepa insignia de
Uruguay.
Como complemento a esta ruta, cerca de Colonia Valdense se
encuentra La Vigna (km 120 de la ruta 51), una vieja casona de 120 años que ha
sido convertida en hotel de campo. Allí se encuentra el único lugar de Uruguay
donde se produce el queso de oveja. El departamento de Colonia depara a cada
tramo del trayecto exquisitas sorpresas como la ciudad que fundó Artigas:
Carmelo
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