Tucumán: pequeño gran jardín
Un recorrido desde San Miguel hasta los Valles Calchaquíes demuestra que por sus bellezas y riquezas culturales, la provincia es gigante, más allá de los mapas
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- La nevada nacional del 9 de Julio le quitó protagonismo a esta ciudad histórica acostumbrada a estar en la tapa de los diarios del día siguiente. La distinguida fecha patria quedó algo eclipsada por un Obelisco porteño más blanco que nunca, pero la provincia aprovechó para el doble festejo, a pesar del frío.
Un muñeco de nieve con Escarapela, rodeado de cerros y chicos jugando, sonríe en una foto pegada en la cartelera del hotel, junto a varios folletos de promoción turística. Cabalgatas y deportes de aventura, empanadas, circuitos culturales, descanso envidiable y hasta alta montaña son algunas de las propuestas de un territorio pequeño... sólo en comparación. La variedad de paisajes y actividades desafía a la cartografía, en un verde jardín que se disfruta al máximo cuando empieza la primavera.
La capital, con su casita histórica en un casco remodelado, con los murales de Lola Mora y su interesante movida cultural suele ser el punto de partida para recorrer la provincia o todo el Noroeste (como si fuera posible), muchas veces con una ansiedad por seguir subiendo que lleva a pasar casi de largo, sin conocer lo suficiente. "Es turismo que toca y sigue", define un camarero en el cerro San Javier, donde un almuerzo es la primera parada de un atractivo circuito pegado a la ciudad. "Salta y Jujuy tienen mejor marketing, pero Tucumán es hermosa", agrega, como si hubieran dudas.
En verano, mientras temperaturas de más de 40°C castigan la ciudad, pasar el día en el cerro es una opción muy placentera. Desde la cima, que se alcanza después de cien curvas, la imponente vista panorámica suele incluir coloridos parapentes lanzados desde Loma Bola, una plataforma natural muy valorada por amantes de los saltos de todo el país.
Aisladas casas de fin de semana y el Cristo Bendicente, de 28 metros, sobresalen en los caminos hacia pequeños poblados de altura, cada uno con su encanto. Uno de los más bellos es Villa Nougués, donde una capilla de 1904 tiene un altar elegido por novios de diferentes lugares, que llegan especialmente para casarse aquí.
El contacto es José Terán, nieto del fundador Luis F. Nougués, que reside en forma permanente en este lugar que, según cuenta, ha sido siempre el punto de encuentro veraniego de toda su familia. "Veníamos desde chicos, por eso se explica también que mi esposa sea mi prima segunda", comenta con una sonrisa, mientras muestra el lugar enclavado en medio del bosque y habla de la hostería. De sus 12 hijos tiene 32 nietos. "A cada uno le digo: ¡Hey, vos!, vení , porque ni me acuerdo los nombres", bromea, antes de despedirse con un último comentario: "Poné que tengo ojos verdes, no te olvides".
El Siambón es otra villa hermosa de esta zona selvática. Algo más abierta, cuenta con la abadía de los padres benedictinos, monasterio desde 1956. Los monjes trabajan en su propia fábrica de dulces, como forma de subsistencia, y en un laboratorio de cremas que también se venden en la ciudad.
El monasterio ofrece un retiro individual, de 2 a 4 días, para gente de otros lugares que desee vivir la experiencia religiosa junto con una decena de monjes. El máximo es de 4 o 5 huéspedes, que pagan unos 20 pesos por día como colaboración y se adaptan a la vida cotidiana: a las 5.20 es el primer oficio, a las 6.05 se desayuna con mate y prácticamente durante todo el día se reflexiona en silencio.
Hacia los Valles Calchaquíes
Detenerse, tomar unas fotos, hablar con la gente. Los caminos son encantadores y no apurarse en llegar es un consejo que dan muchos lugareños. También viajar de día, para ver los alrededores y como forma de prevención, ante los caminos enroscados. "Hay una nueva ola de turismo, demasiado acelerada, que piensa que 120 kilómetros se pueden hacer en 40 minutos", opina Eduardo Sabaté, dueño de la dulcería La Quebradita, en el centro turístico más importante de la provincia: Tafí del Valle.
Eduardo cuenta que el pueblo tiene mucha actividad social durante el verano, entre gente que pasa casi todas sus vacaciones aquí. También que el crecimiento es vertiginoso, con 1200 casas nuevas en los últimos tres años, y que hay cada vez más extranjeros, que no gastan tanto en hospedaje como en excursiones.
El plan de convertirse en un lugar "para todo el año" motivó a juntarse e invertir. Conocida como la Punta del Este del Norte por sus casas espectaculares, está a 90 minutos de San Miguel. Las virtudes del paisaje se unen con las climáticas y las tradicionales.
El lugar es más frío que otros sitios de la provincia y las lluvias son frecuentes. Por eso la temperatura en verano promedia los 23°C, ideal para una escapada de la ciudad capital, lo más larga posible.
Las puertas bajas indican que la zona es también ventosa. Hay que agacharse, por ejemplo, para entrar al minirrestaurante de El Puesto, con sólo dos mesas, en una vieja casa de los peones de estancia, reciclada para que los turistas disfruten de unas picadas -los quesos de la zona son imperdibles- al final de sus cabalgatas. Con paredes de adobe y techos de paja, el lugar ofrece comida criolla con un toque gourmet.
Gente de la zona es la que trabaja como guía, por los cerros que rodean el pueblo. La villa está entre montañas de la cadena del Aconquija y entre las actividades a su alrededor se destacan las travesía en 4x4 por el río Tafí y la vuelta al dique La Angostura.
Cactos cada vez más altos anuncian la cercanía de Amaicha del Valle, tierra del sol , donde un viejo lema turístico prometía que, en caso de lluvia, se devolvía la plata del hospedaje. Antes de llegar se pasa por el Abra del Infiernillo, altura máxima del camino, donde los 3042 metros ofrecen la mejor panorámica. Allí comienza el descenso a los Valles, donde se destaca la artesanía en cerámica y lana, de la más prestigiosa del país y uno de los principales sustentos de las comunidades indígenas locales.
Mientras suena la copla y la baguala, que se canta con caja, como una herencia de los antiguos diaguitas que se ha mezclado con la copla española, esta región de los pueblos diaguita-calchaquíes se destaca por su sencillez y organización, por ejemplo a la hora de armar fondos basados en sistemas ancestrales de microcréditos. La economía familiar se basa mayormente en actividades agropastoriles: en casi todas las casas se ven pequeñas huertas. Y con el trabajo de las propias comunidades, para armar sistemas de riego y agua potable se han vuelto a poblar lugares como Los Colorados, hermoso paraje que se alcanza desde Amaicha sólo con ayuda de los lugareños.
También Anjuana luce mucho más verde, cerca de la ruta hacia la Ciudad Sagrada de los Quilmes, conocida también como las Ruinas de Quilmes, antiguo emplazamiento de una ciudad que da testimonio del grado de desarrollo alcanzado en la zona en tiempos prehispánicos.
Por Martín Wain
Datos útiles
Cómo llegar
Desde Buenos Aires, Aerolíneas Argentinas tiene vuelos En ómnibus, COCHE CAMA Y SUITE
Actividades
Las Hortensias Golf Club
(0381) 4310862, Villa Nougués
El Siambón Country Club
Ruta provincial 341, km 26
(0381) 4925064
Abadía de Cristo Rey
(0381) 4925000
El Puesto Cabalgatas (Tafí)
Av. Lola Mora s/n, (03867) 421257
MAS INFORMACION EN:
www.tucumanturismo.gov.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario