Paseo económico por el París subterráneo
Con 1,5 euros se puede realizar un tour para descubrir maravillas escondidas
Prendió fuerte la idea de Europa por menos y es bueno compartir experiencias como lo hacen nuestros lectores con sus aportes en www.lanacion.com
Un buen ejemplo puede ser realizar un tour por el metro de París que puede durar todo un día y cuesta sólo un ticket (1,50 euros). Lo podemos iniciar en la estación Palais Royal Musée du Louvre. Ahí está la plaza Colette, al lado de la Comédie Française, ideal para comprar en su boutique un souvenir fuera de lo común para sorprender a nuestros amigos (máscaras, bijoux, juegos de tarot o lapiceras con recuerdos de Molière, etcétera): quedaremos bien sin caer en el lugar de los chiches turísticos que a nadie le interesan.
Hay varias entradas al subterráneo. Una conserva partes de hierro forjado del art nouveau de Hector Guimard (1867/1942). Son restos del comienzo de la línea 1 en el año 1900. Y al lado está el Kiosque des Noctambules, con globos de colores que parece una fiesta infantil inaugurada en 2000 para celebrar el primer centenario del servicio.
En el andén hay un inmenso fresco del chamán mexicano Santos de la Torre, realizada con dos millones de perlitas de dos milímetros y que representa el pensamiento de los huicholes, que se destacan por su deslumbrante artesanía espiritual. Este fue un regalo en reciprocidad por la estación de Guimard que está en México y existen otros en Montreal, Chicago, Moscú y el MoMA de Nueva York.
Este aporte reciente se suma a la decoración temática de las estaciones y es el eje de este paseo. Porque mientras no salgamos a la calle podemos, mediante combinaciones, bajar del tren para apreciar obras de arte, réplicas, cerámicas (como las de Buenos Aires), fotografías y todo tipo de atracciones. Y luego de la foto del recuerdo (por ejemplo, al lado del cartel de la estación Argentine, una de las pocas que tienen nombre de un país extranjero en la ciudad) continuar el viaje.
El metro tiene 292 estaciones para sus 16 líneas, por las que pasan más de 4,5 millones de pasajeros por día que pueden ir de una a otra en 55 puntos de conexión. Por eso podemos recorrer toda la ciudad con un solo boleto. La lista temática es creciente e incluye reproducciones de Rodin, al lado de su museo en Varennes y el Louvre; frescos sobre la Revolución Francesa en La Bastille; mosaicos con las firmas de Robespierre o Richelieu; la vida de Pasteur, la historia de la ex fabrica Citroën, La Creación , en St. Germaine-des-Prés; puzzles con la Declaración de los Derechos del Hombre en Concorde o una de mis preferidas en Arts et Métiers (línea 11), que nos hace sentir dentro del submarino del capitán Nemo de Julio Verne entre paneles de cobre y ojos de buey.
El paseo, aunque la mayoría de sus 213 kilómetros pasa bajo tierra, tiene el regalo de salir a superficie y disfrutar de unas vistas formidables e inesperadas. Le sugiero aventurarse por las líneas 2, 5 y 6, que tienen estaciones aéreas con vistas a viaductos y monumentos en sus cruces por el río. Y, muy en especial, hay que prepararse para el tramo de la línea 6 entre Passy, un equivalente de Palermo Chico en exclusividad, y también muy elegante Bir-Hakeim, la más cercana a la Tour Eiffel. El tren atraviesa el Sena y la vista es espectacular a cualquier hora del día con los efectos del sol y por la noche con el candelabro de oro encendido y su luz giratoria iluminando la ciudad. Durante la marcha saco una foto, me bajo luego en la estación y vuelvo en sentido contrario para repetir la toma. Y recuerdo que en uno de esos departamentos Marlon Brando interpretó El último tango en París .
Por Horacio de Dios
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