Tarragona, tan cerca del azul Mediterráneo
La antigua ciudad conserva reliquias del Imperio Romano. Además, playas de aguas cálidas y fiestas tradicionales.
Los romanos delinearon una arquitectura tan increíble que el paso de los años no pudo evitar que monumentos, anfiteatros, puentes y puertas de acceso salpicados por la extensa geografía europea aún hoy nos conmuevan y nos trasladen, casi sin darnos cuenta, a tiempos remotos. Una de esas sensaciones se percibe al toparse en medio de una moderna carretera con un acueducto romano. El monumento nos indica que ya estamos muy próximos a la maravillosa ciudad de Tarragona.
Capital de la provincia española del mismo nombre, es una ciudad mediterránea del sur catalán, sobre la Costa Daurada, a 98 km de Barcelona.
Se trata de una preciosa urbe que conserva de manera increíble grandes reliquias del antiguo Imperio Romano. Su pasado medieval se entrelaza entre las angostas callejuelas del casco histórico, que contrastan con la amplitud de la Rambla Nova, el paseo peatonal obligado. Pero ahí no se acaba la visita, el recorrido por esta ciudad marítima guarda más sorpresas: playas exquisitas, ciudades balnearias con mucha movida, como la cercana Salou.
Tarragona supo ser Tarraco, capital de la antigua Hispania Citerior Tarraconensis, una de las tres provincias del Imperio Romano en la Península Ibérica. Considerada entre las principales ciudades mediterráneas de la época, tuvo un gran desarrollo a partir del 26 aC. cuando el emperador Augusto se instaló por allí. Como un gran museo al aire libre Tarragona acoge en sus calles recuerdos de aquella época remota. Nada más conocer el impresionante anfiteatro romano ubicado sobre el mar nos da la pauta de lo que descubriremos en la estadía por esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: un circo de grandes dimensiones, inmensas murallas en el Paseo Arqueológico, el Teatro, los edificios y monumentos del Foro, centro de la antigua ciudad romana –la necrópolis paleocristiana, una de las más importantes de Europa–, y el acueducto del Puente del Diablo en las afueras de esta ciudad. Y si aún tenemos ganas de conocer un poco más, en el Museo Nacional Arqueológico encontraremos restos de esculturas, cerámicas, utensilios, vestidos, monedas, entre otros tantos objetos de la época romana.
Festejos en el casco histórico
Bordeado por la antigua muralla romana, el casco histórico conocido como Parte Alta es una de las zonas más visitadas. Callecitas angostas empedradas, casas de piedra, un antiguo barrio judío (también llamado Call ), restaurantes y bares con los más diversos platos y sabores conforman el paisaje urbano. La Calle de la Mercería es uno de los más destacados pasajes. En esta vía donde se desplegaba el antiguo mercado hacia el siglo XIV, hoy tiendas con aire medieval se intercalan entre muros que todavía conservan inscripciones romanas. Entre los edificios de este barrio del medioevo se destacan la Catedral del siglo XII, el histórico Hospital de Santa Tecla y el antiguo Ayuntamiento de la ciudad.
Las expresiones modernistas se visualizan en esta zona donde el legado Gaudí ha dejado huella. El ensanche del casco urbano y su delimitación en la Rambla Nova conducen a edificios tales como el teatro Metropol y el Mercado Central de Tarragona. La ruta modernista también se advierte en grandes residencias ubicadas en calles aledañas, como la sugestiva Casa Ripoll.
Entre las tradiciones de esta antigua urbe romana, se encuentra la celebración de la Tarraco Viva durante las dos últimas semanas de mayo (en 2013 se festejará del 16 al 26 de mayo). Una fiesta en la que con conferencias, jornadas de divulgación histórica, además de numerosas representaciones y ferias típicas, la ciudad entera se vuelve tierra de gladiadores, doncellas, senadores romanos, marineros y emperadores.
En Cataluña y sobre todo en la provincia de Tarragona resulta típica la tradición de los castells , increíbles castillos humanos de seis a diez pisos. No en vano una inmensa estatua de bronce en la Rambla Nova con 219 figuras que forman un gran castillo recrea de modo ejemplar esta costumbre ancestral. Los castells están formados por grupos de personas de distintas edades que se preparan durante todo el año para este desafío. En la parte inferior (llamada la pinya ) los más fuertes se aglutinan para soportar el peso de la torre a la vez que contener a los participantes en caso de caídas. Luego se suma el tronc (tronco) donde se van formando los pisos humanos y por último llega el turno del pom de dalt (la cúpula del castillo) realizada por los más jóvenes. Una vez consolidada la torre y si no hay derrumbes, llega la parte más impresionante: cuando el más pequeño del grupo (suele tener de 4 a 6 años) escala la increíble pared humana y al llegar a lo alto alza la mano en señal de que la travesía ha sido lograda. Las principales colles castelleres de Tarragona (grupos que organizan los castells) se lucen en las fiestas más importantes: la celebración de Santa Tecla, patrona de la ciudad. Del 15 al 24 de septiembre tienen lugar un gran número de actividades entre festejos, ferias, desfiles y conciertos. Pero sin lugar a dudas, los protagonistas de la fiesta, son estos castillos humanos que, ovacionados por la multitud y acompañados de música tradicional catalana, lucen realmente espectaculares.
Para adentrarse aún más en el mundo de los castelleres no hay que perderse el concurso bianual que se realiza por el mes de octubre (el próximo se desarrollará en 2014) en la Tarraco Arenas Plaça (la plaza de toros de la ciudad) donde todas las colles de la región se levantan hacia el cielo mostrando destreza, equilibrio y todo un trabajo en equipo.
Ya llega el verano
Tarragona además de historia, arquitectura y grandes festejos, tiene el privilegio de estar emplazada en las costas de ese mar azulado y calmo: el Mediterráneo. Se destacan sus playas de arenas suaves (de allí proviene el nombre de Costa Daurada) entre las que se encuentran la Platja El Miracle, L’Arrabassada y Platja Llarga.
Si se desea conocer la movida veraniega de esta costa privilegiada, amerita la escapada a Salou, a 10 km de Tarragona. Su mar intensamente turquesa, sus playas de arenas finas se combinan con una gran cantidad de bares y discotecas. Durante el verano, Salou suele albergar a jóvenes de distintas partes de Europa deseosos de darse un chapuzón en aguas cálidas a la vez que formar parte de su animada vida nocturna.
El paseo familiar también tiene su espacio en esta ciudad balnearia. A pocos kilómetros del centro de Salou se encuentra uno de los parques temáticos más grandes de España: Port Aventura. Para disfrutar el día completo, incluso escalonar la visita en dos o tres días, el lugar cuenta con una gran variedad de juegos aptos para distintas edades y montañas rusas que aseguran la descarga de adrenalina. Las atracciones están organizadas en áreas temáticas (Mediterrània, Polynesia, China, México, Far West y Sésamo Aventura) e incluyen obras teatrales, encuentros con personajes animados y un sinfín de actividades. Aledaño a éste se encuentra Port Aventura Aquatic Park. Se trata de un parque acuático con toboganes de distintos niveles. Se prevé para la temporada 2013 la inauguración de un tobogán que con 31 metros de altura será el más grande de Europa. Para los más chicos el parque cuenta con chorros de agua interactivos y piscinas.
Del universo romano a las propuestas de ocio, el viaje a Tarragona nos proporciona una amplitud de circuitos posibles. Recorridos donde la historia se hace carne, las fiestas marcan una tradición de siglos y el aire marinero obliga a dejarse llevar por las más variadas sensaciones.
MINIGUIA
QUE HACER. En Port Aventura la entrada para los adultos cuesta US$ 58; niños de 4 a 10 años, US$ 50. El parque está abierto hasta el 6 de enero de 2014.
Port Aventura Aquatic Park: entrada para adultos, US$ 36; menores, US$ 28. Abre desde el 18 de mayo hasta el 29 de septiembre de 2013.
INFORMACION
www.tarragonaturisme.cat
www.portaventura.es
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