El renovado atractivo de las francesas
Las salas de los museos parisienses y del resto del país se anotan récords de asistentes
Gracias a las nuevas tecnologías y a sofisticadas operaciones de marketing, los museos franceses entraron en una nueva era, marcada por una afluencia cada vez más grande de público de todas las edades y nivel cultural.
Varios factores explican el éxito, según los especialistas: una atractiva programación de exposiciones temporarias; un mayor número de turistas franceses, generalmente ávidos de exposiciones y, sobre todo, los benéficos efectos de las medidas de gratuidad adoptadas; jóvenes y docentes visitaron los museos de Francia gracias al pase de libre acceso.
Es verdad que gratuidad significa también lucro cesante. No obstante, cuando un museo como el Louvre tiene el privilegio de recibir 7,3 millones de personas por año, no resulta muy complicado renunciar a una parte de los ingresos en aras del acceso a la cultura para todos.
Para compensar, hay cantidad de medios. El más eficaz reside naturalmente en las exposiciones temporarias, y los eventos especiales de todo tipo.
En ese terreno, el Centro Pompidou y el nuevo museo del Quai Branly de París son imbatibles. El Museo de Arte Moderno Georges Pompidou, por ejemplo, consiguió transformar su colección en noticia permanente, renovando regularmente la disposición de las obras en forma temática. Al mismo tiempo, multiplica los proyectos afuera de sus muros con su ya célebre Centro Pompidou Móvil, exposición permanente itinerante que se presenta tanto en el interior de Francia como en el extranjero.
Desde su apertura, el joven Museo del Quai Branly adoptó una política de exposiciones temporarias cada vez más ambiciosa, apelando a temas tan diversos como el dibujo japonés, el jazz o el arte de Africa Central.
En Branly todo es pretexto para la comunicación: el museo celebró, por ejemplo, el ingreso de su visitante número 6.000.000 ofreciéndole un pase vitalicio.
Para optimizar los resultados todo es bueno: podcasts, aplicaciones iPhone, Facebook, Twitter? Basta recorrer las salas más populares de los grandes museos para observar ese fenómeno creciente. La famosa audioguía en varios idiomas, con casco y walkman, está en vías de desaparecer, reemplazada por una versión descargable vía el sitio Internet del museo o de plataformas de descarga puestas a disposición del público, que las puede instalar en su lector de MP3 o iPod.
En la ciudad atlántica de Pont-Aven, los turistas provistos de celulares adecuados pudieron conectarse por Bluetooth a la base de datos mientras recorrían la exposición Maurice Denis et la Bretagne.
En el Museo del Louvre, hace mucho tiempo que la audioguía desapareció. Esa minicomputadora de bolsillo propone al turista varias visitas à la carte con comentarios audio, pero también con imágenes y planos para orientarse. Ese contenido tiene la ventaja de poder reactualizarse con facilidad, contrariamente a las fichas plastificadas que antes se ponían a disposición de los visitantes en cada sala.
El Museo Nacional de la Edad Media de París fue el primero en Francia que propuso una aplicación iPhone en 2009. Desde entonces ha multiplicado los dispositivos: Bluetooth, iPod Touch, iPad, a fin de observar cuál será el preferido del público.
Unos meses después, el Louvre y el Centro Pompidou lo imitaron con sendas aplicaciones para iPhone. El contenido varía de la simple presentación del museo a una visita completa de las colecciones.
Por su parte, el Museo de Artes Decorativas de París llevó la idea al paroxismo con el proyecto de Jean-Louis Fréchin realizado en el marco de la operación WallpaperLab, un laboratorio de creación para promover el papel mural.
El FabLabWall de Fréchin es un primer papel mural "a realidad aumentada": en el motivo se esconden flashcodes (suerte de códigos de barras) legibles con un smartphone. Se obtienen así fotos, videos, texto, contenido audio? De esa experiencia es posible imaginar una versión personalizada para el particular que haya decidido decorar su casa con ese papel mural.
Plataformas comunitarias. A la ola incontenible de juguetes numéricos se agrega el tsunami de las redes sociales. En 2010 se organizó la primera Soirée Facebook en el Museo de Artes Decorativas de París. Estuvieron invitados los fans del museo que se inscribieron a tiempo. Todos disfrutaron de una visita privada de la exposición "Animal", que acababa de inaugurarse.
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