MONTEVIDEO: 48 Horas; Días de fútbol, chivito y candombe
Propuestas para disfrutar la historia, la riqueza cultural, el ritmo de la vida cotidiana y la pasión por el fútbol en Montevideo, capital uruguaya. La Ciudad Vieja, el Mercado del Puerto y la feria Tristán Narvaja, entre otros imperdibles.
La mayoría de las ciudades, especialmente las grandes capitales, tienen símbolos, íconos identificatorios. Edificios o monumentos representativos que homenajean a pioneros, a inmigrantes, a próceres y que recuerdan a mujeres, hombres y hechos que dejaron una huella imborrable. Es la historia de los pueblos que esas esculturas eternizan. En Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay, los visitantes pueden apreciar muchos de ellos como si se tratara de señales orientadas a rememorar un pasado que mantiene erguido el orgullo en el cual se reconocen los habitantes del Río de la Plata.
Más allá de los personajes históricos, parte de esos emblemas se encuentran también en el diario discurrir de la vida montevideana: el mate y el termo bajo el brazo, el ritmo del candombe, el tango y la pasión por el fútbol. Frente a ese espejo de agua que le devuelve un rostro terso, alegre y resplandeciente, Montevideo camina orgullosa.
PRIMER DIA
8.30 Apenas uno sale del puerto, de espaldas a la bahía montevideana, ya se advierte el ritmo parsimonioso de la ciudad. Imposible no rendirse unos minutos al ritual del café. En la Ciudad Vieja, parte principal del casco histórico y el lugar donde empieza a apreciarse la arquitectura local, se encuentra el Café Brasilero. Allí, diferentes universos de modernidad y bohemia entrelazan sus manos tratando de detener, aunque sea momentáneamente, el avance vertiginoso del siglo XXI. Unas fotografías de los escritores Mario Benedetti y Eduardo Galeano saludan desde las paredes de este emblema gastronómico y cultural uruguayo, inaugurado en 1877 y que, seguramente, los inspiró más de una vez. El local aún conserva la fisonomía intacta desde su fundación.
10.00 En la parada 0, frente al Puerto y al Ministerio de Turismo (Rambla 25 de Agosto), un contingente de turistas aguarda la partida del bus turístico “Descubrí Montevideo”. El colorido micro de dos plantas (la alta, descapotable), y con capacidad para 60 pasajeros, realiza un City Tour en cuyo recorrido es posible contemplar los sitios y monumentos más representativos de la ciudad. Además de trasladarse de un punto turístico a otro, brindan información en varios idiomas y se exhiben imágenes sobre el lugar visitado. Guías especializados atienden consultas durante el paseo que funciona todos los días del año (salvo el 1 de enero y el 1 de mayo) de 9 a 19, en verano, y de 10 a 17, en invierno. Tarjetas precargadas permiten subir y bajar del bus todas las veces que se desee.
“Descubrí Montevideo” hace diez paradas: Ciudad Vieja (Juncal y Sarandí), Explanada Municipal, Palacio Legislativo, Jardín Botánico (frente al Centro Cultural “La Casita”), Terminal Tres Cruces (Goes, entre Bulevar Artigas y Ferrer Serra), Estadio Centenario, Montevideo Shopping, Punta Carretas Shopping, Parque Rodó (Rambla Wilson y J. Requena) y, por último, retorna al puerto por la Rambla. Los domingos se agrega una parada en la feria de Tristán Narvaja.
Con o sin paseo en el bus turístico, a la hora de comer, se impone, aunque sea una vez, el Mercado del Puerto: no es un mercado de venta de productos frescos, sino que se trata de un paseo gastronómico –y, por qué no, cultural– con puestos y restaurantes para saborear la auténtica parrilla uruguaya. El día preferido por los locales es el sábado, pero el Mercado está abierto toda la semana.
14.30 Este país de casi tres millones y medio de habitantes atesora en las vidrieras de su capital dos copas Mundiales y dos trofeos olímpicos de fútbol, y es el máximo conquistador de copas América. A ello le agrega ocho copas Libertadores y seis intercontinentales a nivel de clubes. El templo mayor del fútbol uruguayo es el mítico Estadio Centenario. Fue inaugurado en 1930 con la realización del primer Mundial. Llegaron a la final, el 30 de julio, los seleccionados rioplatenses. Uruguay venció a la Argentina 4-2 y se consagró campeón.
El recinto tiene capacidad para 60.000 espectadores. Debajo de la torre de los homenajes del estadio, sobre la tribuna Olímpica, funciona el Museo del Fútbol y un mirador turístico. Declarado por la FIFA Monumento Histórico, está ubicado en el corazón del Parque Batlle, el pulmón de la ciudad por sus 60 hectáreas de extensión en las que conviven árboles autóctonos y exóticos con una gran cantidad de esculturas e instalaciones deportivas. Un pequeño grupo de jóvenes entusiastas constituyeron una asociación que ofrece tours tanto al museo como al estadio a presenciar un partido. Además, acompañan a las sedes de los clubes Nacional y Peñarol, máximos exponentes de la cultura futbolera oriental. Como sostienen los Fanáticos Fútbol Tours –empresa uruguaya dedicada al turismo del fútbol– , no hay que irse de Montevideo sin conocer “dónde se escribe la historia”.
16.30 Pocos kilómetros al oeste de la capital, en la zona de Rincón de Melilla, la tarde se presenta ideal para visitar el establecimiento La Macarena “Al final del Humedal”, un espacio temático de biodiversidad y producción ubicado en un escenario agreste e increíblemente poco conocido (a 20 minutos del centro). El lugar tiene los humedales salinos más extensos e importantes de la costa uruguaya y gran variedad de flora y fauna. La Macarena ofrece divertidas excursiones en jeep o en una “zorra” acondicionada, recorridos por las plantaciones y avistaje de aves y animales autóctonos, pero la embarcación “Garza Mora” se lleva las palmas: tiene capacidad para 8 a 10 personas y recorre las cañadas y arroyos del humedal profundo.
Mientras el viajero adquiere conocimientos sobre la amortiguación frente a las inundaciones, el ciclo hidrológico natural, el filtrado de contaminantes y sólidos que equilibran el sistema, los sabrosos pastelitos tientan a la hora de la merienda.
21.00 Frente al río, en uno de los tramos más hermosos y pintorescos de la Rambla, saboreando lo que fue un tradicional, típico filete de carne de cordero acompañado por un corpóreo y violáceo tannat, vino insignia y patrimonio nacional, resulta un deleite recorrer la costa.
La cinta costera desde el puerto hasta Carrasco, barrio ubicado a unos 15 kilómetros del centro, permite disfrutar del paseo nocturno y contemplar el remodelado Hotel Casino Carrasco, que gozó de gran esplendor hasta mediados del siglo pasado y hoy nuevamente abre sus puertas como Sofitel Montevideo Casino Carrasco & Spa. El barman de un pub frente a la playita del Buceo es testigo del último cafecito, el del final de un hermoso día de trajín por la urbanidad de esta cautivante ciudad.
SEGUNDO DIA
8.00 Por la avenida 18 de Julio, la principal de Montevideo, varias personas caminan con un termo bajo el brazo tomando mate. Lo hacen mientras miran vidrieras o esperan en las paradas de los colectivos. La tradicional 18 de Julio se extiende aproximadamente tres kilómetros, desde su inicio en la Plaza Independencia hasta el Bulevar Artigas, en el barrio Tres Cruces, donde se erige el Obelisco a los Constituyentes.
Montevideo era una ciudad fortificada en la época colonial. En el casco histórico, llaman la atención las fachadas de los edificios, las placas en los monumentos, la iluminación de las calles con sus luces y sombras.
Imperdible, el Teatro Solís, a pasos de la plaza Independencia, inaugurado el 25 de agosto de 1856. Además de la programación de espectáculos, se pueden hacer visitas guiadas.
La Puerta de la Ciudadela marca la entrada a la Ciudad Vieja a través de la calle Sarandí. La visita guiada “De Cubo a Cubo” efectúa un paseo didáctico que recrea un tramo de la ciudad como la vivían los antiguos habitantes de la colonia, siguiendo los rastros de la muralla que la rodeaba. El recorrido parte de la rambla portuaria, en las Bóvedas, el arsenal de la época –reconstruido– y luego atraviesa la Ciudad Vieja de una costa a la otra, o en términos históricos, del Cubo o torreón del Norte al Cubo del Sur, aquellos baluartes fortificados que protegían a la ciudad de los invasores.
En una de las paradas, en la sede de la entidad “Al pie de la Muralla”, convidan a los visitantes con un trago obtenido de la mezcla de vino espumoso dulce y vino blanco seco: el medio y medio uruguayo. Su origen se remonta a la apertura del restaurante Roldós, en 1888, en el Mercado del Puerto. Allí se elaboró durante años en forma artesanal.
Pero no sólo por los brindis vale la pena este paseo. Su guía, un reputado profesor de Historia que apela a su megáfono, tiene mucho humor al igual que los integrantes de una cuerda de tambores vestidos de época. Música y anécdotas que muestran parte del pasado montevideano.
11.00 Montevideo se caracteriza por la innumerable cantidad de ferias pero la más grande y popular tiene lugar los domingos por la mañana, sobre la calle Tristán Narvaja. Entonces, si es domingo y está en Montevideo, no se la pierda.
A principios del siglo pasado, la feria de Tristán Narvaja comenzó comercializando frutas y verduras, pero rápidamente se fue diversificando y extendiendo, hasta convertirse en uno de los paseos más característicos de la capital. Comienza en la Universidad de la República, en la avenida 18 de Julio, y tiene varias cuadras de largo. A partir de las 9 y hasta alrededor de las 15, Tristán Narvaja se convierte en la calle más concurrida de Montevideo. Los puestos se acomodan sobre el asfalto ocupando varias manzanas, que también concentran comercios como librerías y anticuarios. Una amplia diversidad de objetos y productos la convirtieron en un “mercado de pulgas”, donde se puede hallar tanto una antigüedad valiosa como una fruta de estación o un perrito deseoso de que alguien lo adopte como mascota. Una pareja ofrece artesanías frente a un puesto de baratijas inimaginable y el hombre esgrime un simpático banderín: “No martiricen a un hombre viejo, compren alguna chuchería”. La verdad, hay de todo, hasta tallarines para el almuerzo, juegos y discos de pasta.
16.00 La visita a una ciudad debe incluir algunos de sus museos. Por iniciativa del Conglomerado de Turismo, la Intendencia montevideana difunde una alternativa interesante: el Pase Museos. Con un pago de 200 pesos uruguayos (US$ 10) se puede ingresar en los museos Torres García (con obras de arte y documentales del reconocido pintor uruguayo y una tienda de souvenires imperdible), Gurvich (en donde se exponen los trabajos del artista José Gurvich), de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) y el Museo del Carnaval (que “conserva, exhibe, difunde y valora los objetos y tradiciones que forman parte de la máxima fiesta popular del Uruguay”). A cualquiera de ellos hay que ir con tiempo pues cautivan la atención durante horas.
20.30 En el barrio de Pocitos cenamos cerca de la Rambla, “uno de los mayores espacios de costa socializada del mundo”, como está escrito en una servilletita debajo del plato con el chivito, un sándwich made in Uruguay.
Esta opción gastronómica, el chivito uruguayo, consiste en lomo vacuno salteado, lechuga, tomate, huevo duro, morrón, mayonesa, jamón, panceta, queso mozzarella y, además, viene acompañado por una porción de papas fritas. En la carta de los bares y restaurantes hay múltiples variantes para elegir.
Pocitos está sobre la costa del Río de la Plata y tomó su nombre de la época en que las lavanderas aprovechaban las arenas limpias para lavar la ropa haciendo pozos. A pesar de la hora, muchos montevideanos pasean o practican deportes. Otra vez, la vía de escape es hacia el otro lado, al puerto y la Ciudad Vieja. Aguarda allí un espectáculo de candombe. Antes de dar vuelta una esquina se alcanza a oír la música de los tambores. Chico, repique y piano: los tres tambores suenan en manos de concentrados ejecutantes. La gente baila, se divierte.
En la segunda mitad del siglo XVIII el puerto de Montevideo era puerta de entrada de africanos esclavizados hacia el Virreinato del Río de la Plata. Al final de ese siglo más del 30 por ciento de la población montevideana era de descendencia africana. En sus horas de descanso se refugiaban en los ritos de su antigua tierra.
El candombe es un ritmo muy vivo y popular, que se vive esencialmente los fines de semana y feriados alrededor de las casas antiguas, calles y veredas angostas que caracterizan los barrios Sur y Palermo. Declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2009, la música del candombe está conectada a las viejas raíces y la tradición de hacer la ronda de los tambores especialmente alrededor del fuego. Justamente, en tiempos de Carnaval se luce como una de las principales atracciones en las Llamadas, desfile característico local.
En la despedida de Montevideo –ciudad histórica y nostálgica– la Fortaleza del Cerro custodia la partida. La nave abandona la bahía sin melancolía en una separación que promete un encuentro futuro.
Ciudad abierta
Montevideo es una ciudad abierta al “mar” (los montevideanos llamamos “mar” al Río de la Plata), con una rambla espectacular y el privilegio de contar con playas de fina arena blanca. Me gusta su brisa, a veces convertida en ventarrón; sus árboles que enmarcan plazas, plazoletas y forman túneles de generosa sombra en calles y avenidas. La arquitectura es ecléctica y se puede encontrar desde el estilo colonial al neoclásico, el neogótico y el moderno, así como manifestaciones del art decó; casonas escondidas en grandes jardines, casitas de colores en los barrios; edificios ultra modernos junto a otros tradicionales y emblemáticos como el Palacio Salvo. Mi ciudad está llena de música, de colores, de aromas. Suenan los tambores y nos mueve el cuerpo y el corazón, así como el tango nos llena de orgullo. Los colores de nuestro cielo, de magníficos atardeceres, se traducen en la pintura de nuestros grandes artistas. Los aromas a carne asada, a chivito, a mate, a torta frita y a garrapiñada son parte de la identidad de Montevideo, así como nuestros vinos, entre los que se destaca el emblemático tannat.
MINIGUIA
DONDE COMER. Francis: agnolotti de berenjena ahumada, mozzarella y tomates secos, US$ 21,50; cordero confitado, US$ 27 (www.francis.com.uy).
La Perdiz: rotollo di pasta relleno de espinaca, US$ 14; bruschetas de jamón crudo y pimientos, US$ 11
Terracota: fettuccine con langostinos y champiñones, US$ 17; ojo de bife con papas y morrones, US$ 23.
Café Brasilero: risotto de lomo, champiñones y rúcula en tulipa de pimientos rojos, US$ 10,15; bondiola con ricota en jamón crudo y milhojas de calabaza y boniato de zanahorias, US$ 16 (www.cafebrasilero.com.uy).
Bar Facal: Chivito De la Fuente (pollo al ladrillo, tomate, lechuga, mozzarella y papas chips), US$ 10; chivito canadiense, US$ 16.
QUE HACER. City Tour en Bus Turístico “Descubrí Montevideo”. De 9 a 19 en verano; de 10 a 17 en invierno. Se accede con tarjetas STM precargadas que pueden adquirirse en agencias, hoteles y terminales de ómnibus o puestos del Bus. Tarjeta 24 horas, US$ 18; 48 horas, US$ 28 (www.bus turisticomontevideo.com.uy)
Recorrido del fútbol “Donde se escribe la historia”: visita el Estadio Centenario y los clubes Peñarol y Nacional, US$ 35 por persona. Un partido del campeonato uruguayo (no los clásicos): US$ 50. Combo de ambas opciones US$ 79 (www.fut boltours.com.uy).
Bodegas. Visitas guiadas y degustaciones de vinos, tablas de quesos y fiambres, o almuerzos. Desde US$ 20 hasta US$ 75 por persona (www.wel comeuruguay.com).
Pase Museo: US$ 10 (Torres García, de Arte Precolombino e Indígena, Gurvich y del Carnaval).
La Macarena. Día completo, US$ 32 (www.alfinaldelhumedal.com)
MONEDA. pesos uruguayos
INFORMACION
www.uruguaynatural.com
www.descubrimontevideo.uy
www.turismo.gub.uy
www.montevideo.gub.uy
www.alpiedelamuralla.com
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