10 Imperdibles de Maceió
Pajucara
Es tan solo la primera aproximación a los innumerables paraísos que presenta Maceió. Si hay algo por lo que hay que elegirla es por su cercanía y porque, entre todas las playas que se ubican en el centro de la ciudad, esta es sin dudas la más linda. Si no se quiere viajar a recorrer otras orillas, Pajucara es una gran opción.
Lo que realmente vale la pena en ella es realizar los paseos en las conocidas jangadas de los pescadores para adentrarse y recorrer los acuarios naturales con millonadas de peces de colores. Ubicados a tan sólo 2 kilómetros de la costa estas piscinas son de poca profundidad, aguas cálidas y cristalinas, ideales para los chicos.
En sus alrededores conquistan las balsas estacionadas en el agua, que funcionan como bares y restaurantes.
Barrio de Croché
A la orilla de la Laguna Mundaú, en Pontal da Barra, se pueden encontrar lindísimos ejemplares de las artesanías típicas que realizan las lugareñas. Prevalecen las mantas, los caminos, las hamacas de filé, las cintas, los encajes, los bordados, las piezas en cerámica y artesanías de paja de ouricuri que estas mujeres transforman en carteras y alfombras.
Las mejores creaciones se encuentran en el Almacén Sebrae. Abre de 10 a 22 durante la semana y de 9 a 13 los sábados.
Praia do Gunga
Un reducto de cuentos ubicado a 21 kilómetros de la capital del estado de Alagoas. Aunque cada vez menos privado, todavía exige pagar un tour para poder poner un pie sobre sus arenas blancas. La playa que durante años sirvió de refugio de muchas estrellas es considerada una de las 10 más lindas de todo el estado de Brasil. Tras unos 30 minutos de viaje por el estuario del Roteiro, una laguna inmensa que se forma por una pared de corales de 300 metros, se llega a esta península paradisíaca.
El camino hacia Gunga, con sus estéticos cocoteros, permite obtener algunas de las mejores vistas panorámicas de la costa, para luego alcanzar un mar de olas suaves del color de las palmeras que lo secundan.
Maragogi
Es una villa turística ubicada al norte de Alagoas, en la Costa dos Corais y el principal destino del Estado. Se emplaza a 145 kilómetros de Maceió.
Maragogi posee 22 kilómetros de playas, la mayoría de ellas vírgenes, y su mar, de estilo más bien calmo, brinda la posibilidad de adentrarse unos 200 metros sin que el agua supere la altura de la cintura. Cientos de piscinas naturales se forman sobre la barrera de arrecifes que se forma frente a la costa, la más conocida, la de Galés.
En esta orilla las opciones son o bien salir a recorrer sus tiendas de artesanías, tomarse algo en alguno de sus pintorescos bares o salir a dar un paseo en kayak, bicicleta o caminar por sus senderos naturales.
Barra de San Miguel
Camino a Recife el pueblo de Sao Miguel dos Milagres, uno de los más antiguos de Alagoas, da lugar a una playa apenas domesticada repleta de flores rojas con lindísimas aguas transparentes y corales. Se trata de un pequeño pueblo que vive de la pesca, el coco y la caña de azúcar que se ubica justo en frente a las verdes aguas del estuario del Roteiro, la laguna que se forma en esta parte de San Miguel, uno de los 23 ríos que atraviesa Alagoas.
Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá
Con más de un millón de hectáreas de lagos y bosques pantanosos esta reserva forma la mayor área de selvas inundadas protegidas del mundo. Fue creada en 1990 como Estación Ecológica y su objetivo es la protección de la Várzea, un bosque inundado por los ríos Solimoes y Japurá, ricos en sedimentos y alimentos, que puede mantenerse debajo del agua por más de cuatro meses. Cada año, el nivel del agua puede levantarse hasta 12 metros. Eso obliga a los animales y las plantas de Mamirauá a adaptarse a las condiciones para poder sobrevivir.
Más de 300 especies de peces, 400 especies de pájaros y unos 45 mamíferos se han registrado en esta reserva.
Praia do Carro Quebrado
El paseo comienza en la Barra de San Antonio, ubicada a unos 50 kilómetros de Maceió. Allí el viajero podrá embarcarse en un safari de imágenes que irán primero por agua y luego por caminos de tierra, entre bosques de palmeras y pequeños pueblos de pescadores.
La playa de Carro Quebrado es una de las que más resguarda su esencia salvaje, con coloridos acantilados, bosques frondosos y caminos sinuosos. Es una tierra para enamorarse. De hecho, cuenta la leyenda, que el nombre del lugar proviene de una pareja de enamorados que al llegar allí rompió accidentalmente su auto y no podía encontrar la forma de arreglarlo. No podía o en realidad, el hombre, fascinado por la belleza del lugar, buscaba la forma de no irse nunca de aquella mágica playa. La historia cuenta que fue así que la pareja se quedó allí para toda la vida.
Playa do Frances
Se encuentra en el litoral sur y se caracteriza por ser una de las más lindas de la ciudad. Su nombre se remonta a la época colonial, cuando por allí desembarcaban los contrabandistas galos. Se la conoce por sus piscinas naturales de aguas cristalinas y su rica fauna marina.
La playa se divide en dos partes: una cercada por arrecifes de coral (más tranquila y urbanizada) y otra de olas salvajes (ideal para el surf).
El pueblo que la rodea conserva las costumbres y labores típicas: la pesca, plantaciones de coco y caña de azúcar. Desde el puente de madera, que hace las veces de puerto, navegan jangadas y lanchas atravesando el estuario do Roteiro para llegar a la Playa de Gunga.
Jaraguá
De día, histórico. De noche, una animada fiesta que se disputa entre las bandas en vivo, la electrónica y el forró.
Este antiguo barrio bohemio se compone de viejos almacenes y casas coloniales que hoy funcionan como bares y restaurantes (solo abren de noche). Es la sede del comercio de la ciudad y además allí se encuentra el puerto. A su vez, es un barrio histórico. En él están la Associaciao Comercial y el bello palacio donde se encuentra instalado el Museu da Imagem e do Som de Alagoas, la Catedral Metropolitana de Maceió, la Iglesia de los Martirios (que representó durante un tiempo la iglesia de los negros), la ex casa de Gobierno, el Palacio del Águila y el mirador de Sao Gonzalo, un sitio desde el que se accede a una vista panorámica de toda la ciudad de Maceió y de sus playas céntricas.
Gastronomía
Lo más recomendado aquí no es lo típicamente local sino las propuestas que combinan sabores regionales e internacionales. Maceió mezcla en sus platos sabores típicos de la comida africana, portuguesa e indígena. En casi todos ellos las especialidades son los pescados, los frutos de mar, la tapioca (una masa a base de mandioca, coco, sal y queso rallado que luego es asada y condimentada adoptando diversas formas) y el sururú, un molusco que se extrae de las lagunas de Maguaba y Mundaú.
Algunos recomendados son Divina Gula (comida regional), Akuaba (cocina afro-bahiana), Porutgália (comida portuguesa), Wanchako (comida peruana) o Le Sururu Bistrot Nordestino, una oferta deluxe que ofrece el Ritz.
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