Recorridos nacionales: Noroeste
Desde la Quebrada de Humahuaca hasta los Valles Calchaquíes y las Yungas, esta región ofrece un increíble abanico de culturas, sabores y paisajes.
Recorridos nacionales: Noroeste
El Pucará de Tilcara es una obra precolombina que se levanta entre los cerros de la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy.
Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja componen esta región del país dominada por el ritmo de las chacareras, los célebres y coloridos carnavales que parecen salirse de las propias entrañas de sus valles. En todo caso, cada una de estas características son razones suficientes para visitar una zona rica en diversidad, que continúa trabajando y presentando nuevos productos, ofertas, hoteles y recorridos. Aquí, los principales destinos de la región.
Salta capital, Salta
La más colonial de las ciudades del NOA suele ser una base para recorrer toda la zona. Pero merece unos días para disfrutar sus encantos, como la plaza 9 de Julio, rodeada por la catedral, el Cabildo con su museo histórico y el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM), con sus momias andinas. Pero Salta también es el Tren a las Nubes, el cerro San Bernardo y su teleférico, la basílica de San Francisco, las famosas peñas de la calle Balcarce o las localidades cercanas, como San Lorenzo, Cerrillos o Campo Quijano.
Valles Calchaquíes, Salta
Es el gran clásico del NOA, y aunque abarca también partes de Tucumán y Catamarca, su corazón está en Salta, especialmente el tramo de la ruta 40 (160 km) que va de Cachi a Cafayate, pasando por Seclantás y sus famosos tejidos; Molinos, con su antigua iglesia y la cercana Colomé; Angastaco y la impactante Quebrada de las Flechas. Paralela a esta vía, la ruta 68 une Salta y Cafayate a través de la Quebrada de las Conchas, de impresionantes colores y formaciones naturales. Sitios arqueológicos, tradiciones, cerros de mil colores, aventura y bodegas. Cafayate, el corazón de los Valles, ofrece actividades para todos los gustos, incluido su moderno Museo de la Vid y el Vino.
Norte Verde y Yungas, Salta/Jujuy
La zona selvática del NOA es quizás una de las menos conocidas turísticamente, pero vale la pena. El "Norte Verde" promociona Salta a esta región, con cabecera en Tartagal, Orán y Gral. Mosconi. Junto a las yungas jujeñas, conforma la Reserva de la Biosfera de Yungas, protegida por la Unesco, zona ideal para ecoturismo, trekking, mountain bike, pesca, safaris fotográficos y avistaje de aves. Comunidades de pueblos originarios, como wichís, chiriguanos, chané y tobas, abren sus puertas a los visitantes. En el norte de Salta, Baritú es el único parque nacional tropical de la Argentina, y el menos visitado (se accede desde Bolivia, el ingreso es gratuito y hay alojamiento y actividades en la localidad de Los Toldos).
Humahuaca, Jujuy
Los colores de sus cerros, la cercanía del cielo, la belleza de sus pueblos, su historia. La Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, es una joya del NOA, un valle de 160 km de largo ubicado a más de 2.000 msnm, rodeado de montañas y surcado por el río Grande y la ruta 9. Sus cabeceras son Purmamarca, Tilcara y Humahuaca. Pero otro ramillete de pueblos, como Maimará, Huacalera u Hornaditas, merecen una buena visita. Desde Purmamarca se accede al espectáculo de las Salinas Grandes y la Puna. Mientras que, las calles empedradas de Humahuaca señalan el camino a Iruya (Salta), una perla colgada de los cerros. Empanadas, tamales e historia están por todos lados: en el Pucará de Tilcara, en la Posta de Hornillos, en Uquía, con su iglesia con pinturas de la Escuela Cusqueña, entre otros sitios. En verano Humahuaca estalla con la fiesta del Enero Tilcareño y en febrero con los coloridos carnavales.
Tafí del Valle, Tucumán
Se dice que este valle de altura, cuyo nombre proviene de la voz diaguita Taktillakta, que significa ¨de la entrada espléndida¨, estuvo poblado hace ya unos 2300 años. Luego llegaron pueblos de valles vecinos, más tarde los españoles, y a comienzos del siglo XVIII las tierras pasaron a manos de los jesuitas. Laderas siempre verdes, el embalse El Mollar, los menhires, testigos de aquellos antiguos años, y numerosas actividades, entre las que destacan las cabalgatas.
Circuito Chico, Tucumán
Saliendo de San Miguel de Tucumán por la avenida Mate de Luna se llega a Yerba Buena, localidad -casi un barrio aledaño- que alguien definió como ¨el Palermo tucumano¨ por sus bares y restaurantes gourmet. De allí al oeste, un circuito de curvas y contracurvas asciende por las sierras de San Javier. En pocos km se asciende de los 400 a 900 msnm, y el verde se adueña del recorrido. Pueblos como San Javier, Villa Nougués, San Pablo, Raco o El Siambón; Loma Bola, para volar en parapente, el monasterio de Cristo Rey, donde se elaboran dulces, conservas y otras delicias caseras, y el dique El Cadillal, que en los últimos tiempos sumó numerosas actividades: lanchas, kayaks, esqui acuático, gomones, banano, palestra, tirolesa, trekking, mountain bike, y una aerosilla.
Fiambalá, Catamarca
Vinos y bodegas, termas, antiguas capillas en la Ruta del Adobe, inabarcables cumbres andinas y un valle siempre verde. Fiambalá y la cercana Tinogasta son dos perlas en los Andes catamarqueños, que dan acceso a la Puna más despojada y espectacular: los Seismiles, grupo de volcanes de más de 6.000 metros de altura, o el Campo de Piedra Pómez, entre otras formaciones. Cuatro centros termales, La Aguadita, Fiambalá, Laguna Verde y La Gruta, el Circuito de los colores camino al paso San Francisco, travesías de trekking y a caballo, andinismo, la Ruta del Vino, ruinas prehispánicas y la Ruta del Adobe, unos 55 km por antiguos pueblos construidos en barro.
Termas de Río Hondo, Santiago del Estero
El desarrollo que esta zona tuvo en los últimos años no hace más que confirmar el crecimiento y renovación del NOA. Las termas más tradicionales del país, a 65 km de la capital santiagueña, cuentan con más de 170 alojamientos de todas las categorías. Las bondades de sus aguas aseguran efectos revitalizantes y curativos.
Talampaya, La Rioja
Un circuito especialmente desarrollado recrea la fauna y la flora que existía en el Triásico en el sitio en que hoy está el Parque Nacional Talampaya. En 230 metros, cuenta con sala de proyecciones y una exhibición cronológica, a escala natural, de los dinosaurios que habitaban la zona. Los restos fósiles hallados son una riqueza del Parque, que se hizo famoso en el mundo por sus impresionantes paredones y cañadones rojizos. Además, en su ambiente desértico, aloja una naturaleza sorprendente: jarillas, cactus, retamos y algarrobos comparten con zorros de monte, guanacos, maras, tortugas, lagartijas y cóndores, que se pueden ver planeando sobre los cañadones. En 215 mil ha, el Parque ofrece sitios como el Jardín Botánico, la Ciudad Perdida e impactantes geoformas creadas por la erosión.
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