48 horas en Washington DC
De la Casa Blanca al Lincoln Memorial, barrios, museos y monumentos emblemáticos de la capital de Estados Unidos. Paseos por el río Potomac y lo mejor de la vida nocturna.
48 horas en Washington DC El Capitolio está abierto a las visitas, incluso cuando hay sesiones.
A menudo se piensa en Washington DC como una ciudad de edificios públicos, de fría y grotesca arquitectura, que se va a dormir temprano, con poco y nada para hacer. "Se la llama a veces la ciudad de las magníficas distancias, pero podría llamarse la ciudad de las magníficas intenciones", ironizaba Charles Dickens en el siglo XIX. Esa imagen despectiva que tenía el escritor está lejos de lo que es hoy la capital de Estados Unidos. Washington alberga más de treinta museos de lo más peculiares, como el de Espionaje o el de Artes Textiles, clubes de jazz, bares temáticos, restaurantes étnicos y hasta librerías que están abiertas las 24 horas. Cuenta, además, con 93 mil hectáreas de espacios verdes y un río, el Potomac, que la recorre en toda su costa sudoeste y en el que se puede remar, pescar o, simplemente, dedicarse a contemplar la ciudad desde el agua.
PRIMER DIA
8.00 Parada inicial
:
Casa Blanca. Hay varias estaciones de subte cercanas, pero conviene bajarse en Foggy Bottom y tomar la calle I hacia el este. Se encontrará con un almacén de alimentos orgánicos, Whole Foods Market, en el que puede comprar lo necesario para un picnic. Luego tome la avenida Pennsylvania hacia la derecha. En el cruce con la calle 19 verá la sede central del FMI; en la esquina siguiente, el edificio del Banco Mundial. La avenida Pennsylvania desemboca en President's Park, un predio de más de 28 ha que comprende, entre otros parques, monumentos y edificios, The Ellipse, un jardín circular, en donde se realizan recitales y manifestaciones. Allí, cada frío diciembre desde 1923, el presidente de Estados Unidos enciende las luces del árbol de Navidad nacional. En la parte norte del President's Park encontrará la conocida silueta de la Casa Blanca. Si ha visto la Gioconda en el Louvre de París, probablemente tenga una sensación parecida: ¿No se la imaginaba más grande? Así y todo, amerita, cuanto menos, sacarse una foto.
El recorrido continúa por Pennsylvania. En la esquina con la calle 9 está la oficina del FBI, un bodoque de arquitectura brutalista. Donde termina la avenida, verá el Capitolio, como se conoce al edificio del Congreso. Vale la pena entrar, dado que se puede acceder a ambas cámaras, incluso cuando hay sesiones. La reserva -pida un Gallery Pass- se realiza ahí mismo, en el segundo nivel. Se recomienda llegar temprano.
En las proximidades del Capitolio, sobre la avenida Independence, puede elegir entre visitar gratis el Museo Nacional de los Indios Americanos, los Smithsonianos de Arte Africano o del Aire y del Espacio, en el que se encuentra parte de la nave que llegó a la luna, la Apollo 11. También está allí el Museo del Holocausto, quizás el más interactivo. Quien haya leído la crónica que hizo Martín Caparrós de esa experiencia en su libro "La guerra moderna", sabrá que cada visitante realiza un recorrido único, ya que sigue la historia de uno de los millones de prisioneros de los campos de concentración. A cada persona le dan, incluso, una réplica del documento de identidad de una víctima. Hay escenas desgarradoras, como los miles de zapatos apilados, grises, marrones, negros, sin color, sin dueños.
13.30
A la hora de almorzar, puede hacerlo en el restaurante de cualquiera de los museos. El de los Indios Americanos ofrece comida típica de las poblaciones nativas de todo el continente. Pruebe el búfalo grillado con salsa de hongos silvestres y la exquisita tarta de Saskatoon Berry, un fruto rojo de la región de Canadá del mismo nombre. Una opción más económica: los carritos de comida rápida. Están diseminados alrededor del National Mall, como se denomina a la zona al aire libre más céntrica de la ciudad, que alberga a estos museos. Allí está el Washington Monument, que reconocerá por su parecido con el Obelisco. Si el día acompaña, también puede optar por el picnic orgánico.
14.30
El Mall es vastísimo, pero se hace a pie. Al venir de los museos de Independence, nada mejor que empezar por el National World War II Memorial y hacer el recorrido en orden histórico. Este monumento consta de 56 pilares en círculo, que representan a los estados y territorios que participaron de la Segunda Guerra Mundial y a los dos frentes en los que se luchaba, Pacífico y Atlántico. En el centro hay una gran fuente con aguas danzantes, con las que los chicos juegan en los días de sol.
Siga por la izquierda y llegará al Korean War Veteran's Memorial. Se sorprenderá con lo reales que parecen las estatuas de los militares. Hay también un muro de granito, que tiene fotos impresas que se reflejan y una leyenda impactante: "Freedom is not Free" (la libertad no es gratuita). Desde allí continúe en la misma dirección hacia la edificación blanca con escalinatas y grandes columnas de estilo dórico, el Lincoln Memorial. No deje de entrar para ver la famosa estatua del presidente que abolió la esclavitud, en la que se lo ve sentado, de frente, pensativo. Cuando salga, recordará la escena de Forrest Gump en la que Tom Hanks intenta dar un discurso ante miles de manifestantes. Es en esa pileta espejada en la que los personajes Forrest y Jenny se reencuentran.
18.30
Desde el Mall, camine hasta la estación de metro Farragut North y diríjase al barrio Dupont Circle (su estación de subte principal se llama igual). Encontrará disquerías que venden vinilos -viejos y nuevos- a precios accesibles, bares especializados en vinos, discotecas y otros comercios de rubro inclasificable, como el clásico Kramerbooks & Afterwords Café & Grill. A menos de 100 metros de la estación, verá esta librería/restaurante, en la que puede relajarse tras la larga caminata del día. Tiene libros de pequeñas editoriales y de autores nuevos y de culto. Puede deleitarse con un cheesecake o una torta de zanahorias. Para cenar, se ofrece desde una simple hamburguesa hasta platos gourmet, pero no por ello inaccesibles, como ravioles de langosta y espárragos con salsa de mascarpone.
22.00
P
ara terminar la jornada y además del sabor, llevarse un poco de los sonidos de Dupont Circle, vaya a Bohemian Caverns, a sólo 5 minutos en taxi, o por subte, en la estación U-Street. Fundado en 1926, es un legendario club de jazz. Escuche a los trompetistas, saxofonistas o cuartetos más sobresalientes de la Costa Este y antes de irse a dormir, brinde con su trago favorito.
SEGUNDO DIA
9.00
En la ciudad en que dos periodistas del Washington Post develaron el caso Watergate, no se puede dejar de visitar el Newseum, un museo de noticias, a una cuadra de la estación de subte Archives. Allí hay una puerta amarillenta y maltrecha, con dos carteles de papel que prohíben la entrada. Detrás se escondían espías en una oficina del Partido Demócrata y el escándalo que haría renunciar al ex presidente Richard Nixon. Entre las exposiciones más impresionantes están los pedazos del Muro de Berlín, de más de 3 metros y medio de alto, casi íntegramente pintados: manchas, figuras antropomorfas y consignas: "Vos tenés el poder" y "Actuá".
También vale la pena ver la colección más grande de fotos ganadoras del Premio Pulitzer. Probablemente la más conocida sea la de los marines alzando la bandera estadounidense sobre Iwo Jima, de Joe Rosenthal.
13.00
A la salida del museo, tómese el metro (Judiciary Square, de la línea roja) y no se distraiga. Bájese en la primera parada, la estación de subte y de tren Union Station, considerada una de las más bellas del mundo. Almuerce en el Center Cafe, ubicado en el hall central. Le permitirá ver los arcos trabajados en caoba que forman el cielo raso, con detalles de láminas de oro.
14.30
Luego de una mañana de arte y cultura, puede aprovechar la tarde para una actividad al aire libre. Desde Union Station, haga combinación con la línea azul hasta Foggy Bottom y camine 300 metros en dirección oeste. Llegará al Thompson Boat Center. Alquile un bote o, si prefiere hacer un poco de ejercicio, un kayak para realizar un paseo por el agua. Desde aquí o camino al próximo destino, Georgetown, no se pierda la caída del sol detrás del Potomac.
17.30
A Georgetown, hoy barrio de clases altas, embajadas y escenario de muchas películas, sólo puede llegarse a pie o en auto. Tómese un taxi unas diez cuadras hasta Georgetown University. Fundada en el año de la Revolución Francesa, es la universidad católica y jesuita más antigua del país. La mayoría de sus edificios son de estilo georgiano, con ladrillo a la vista, como muchas de las casas bajas de sus alrededores. No dude en recorrer este barrio sin rumbo fijo: empiece en el cruce de las avenidas M y Wisconsin y camine en cualquier dirección. Podrá hacer compras en pequeñas boutiques o en grandes tiendas de ropa, como H&M, en chocolaterías y joyerías.
21.00
Para terminar el recorrido, no deje de ir al restaurante en el que el ex presidente John F. Kennedy le propuso matrimonio a Jackie Bouvier, Martin's Tavern. Ubicado en Wisconsin y la calle Georgetown, tiene aspecto de pub, pero el menú es amplio. La decoración con lámparas Tiffany y cuadros ecuestres crea una atmósfera relajada, aquélla en la que puede surgir una charla sobre el próximo viaje.
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