De la ciudad a los Esteros
Un circuito para conocer la capital e Iberá, además de dos buenos hoteles
Valeria tiene las llaves de una de las habitaciones del hotel. "Va a ocupar la misma que Luis Miguel, cuando estuvo en nuestra ciudad", le dice al recién llegado. ¡La misma que Luis Miguel! Un sueño para fanáticas... que prosaicamente se traduce en la habitación del fondo del patio, a la derecha de la pileta, cuya puerta está escondida entre escaleras y la vegetación que forma una miniselva.
Estamos en La Alondra, uno de los hoteles boutique más chic y refinados del país, en la capital correntina. Junto con la estancia Puerto Valle forma una especie de derrotero de lujo para conocer el norte de esta provincia con dos de sus facetas: cara, un paseo histórico por las calles de la ciudad, y ceca, una salida al norte de los esteros del Iberá.
UNA NOCHE DE TEATRO
En La Alondra el personal está acostumbrado a los famosos: muchos de los que pasan por la ciudad eligen este pequeño hotel decorado con refinamiento hasta en el último rincón. En el siglo XIX, la ciudad de Vera de las Siete Corrientes ya era una escala en los largos viajes entre Buenos Aires y Asunción, y tenía su propio teatro, en el mismo emplazamiento del actual Teatro de Vera, que cumplió cien años el 25 de mayo último. Valeria Rolón, de La Alondra, aconseja visitarlo porque es "como pasar por Buenos Aires y no conocer el Colón".
Con sus oropeles y telones de un flamante rojo carmín -luego de una restauración total hace unos años-, el Teatro Juan de Vera es el emblema cultural y un ícono del centro histórico de la ciudad. Es un pedazo de la lejana Italia trasplantado a orillas del Paraná, tal como lo imaginaron los arquitectos Locatti y Milanese. Walter Zacarías, el guía que lleva a los visitantes a conocer el teatro por dentro, aconseja, además de las fotos, probar la acústica de la sala y volver de noche, durante un espectáculo o una proyección de cine, para ver su fachada brillar en medio de la cuadra.
A la vuelta del teatro está la Municipalidad, sobre el antiguo solar de un edificio dominicano del cual se conservaron algunos elementos en torno de un patio interior. Este sector está muy cerca del río y en la zona de las siete puntas, siete pequeños cabos que forman como rompientes de la corriente del río y fueron elegidos por Juan de Vera -el mismo que dio nombre al teatro- para fundar la ciudad en 1588. Esas puntas están en el origen de la Ciudad de Vera de las Sietes Corrientes, que gracias a su ubicación sobre un promontorio natural evitó las inundaciones durante las crecidas del río, a diferencia de otras ciudades costeras sobre el Paraná.
Se pueden seguir tres paseos: uno histórico, otro religioso y el tercero costero, a orillas del Paraná, de ambos lados del gran puente que lleva a Resistencia. También se puede optar por un mix de los tres para conocer lo mejor de la ciudad en una sola caminata, desde los paradores fluviales (que ya fueron o están en proceso de renovación para convertirlos en balnearios con servicios y equipamientos deportivos) hasta la catedral, otro de los edificios más emblemáticos. Cuando se bordea la costa se pasa por una de las principales plazas del centro, el parque Camba Cúa. Walter Zacarías cuenta: "Su nombre quiere decir cueva de negros, en guaraní. Es un nombre que nos lleva directamente al siglo XVIII, cuando vivieron ahí en chozas y cuevas improvisadas los esclavos negros de Corrientes al ser emancipados". Otro de los parques a orillas del río está en la Punta Mitre, o Arazaty, donde fue ubicada la batería defensiva de cañones durante la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay.
EL GRAN HUMEDAL
Del centro de la ciudad hasta la orilla de los Esteros hay que recorrer 260 kilómetros bordeando el Paraná (que sin embargo nunca se ve desde la ruta) hacia el este. Así se llega a Puerto Valle, una estancia reconvertida en un emprendimiento forestal donde funcionan un hotel de lujo y uno de los pocos criaderos de yacarés que existen en el mundo. Hay que pasar también por Ituzaingó, que desde hace algunos años vive un crecimiento exponencial con la puesta en marcha de la represa de Yacyretá.
Nicolás di Constanzo, el gerente del hotel, suele atender personalmente a sus huéspedes. Por lo general no son muchos, ya que por el momento Puerto Valle tiene sólo cinco habitaciones: un dúplex en suite, en el edificio donde funcionan también la recepción y el restaurante, y las demás habitaciones en una casona correntina del siglo XVIII. A diferencia de Colonia Pellegrini, donde hay varios establecimientos, Puerto Valle es la única propuesta de este tipo en el norte de la provincia y es el acceso para conocer el norte de los Esteros.
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