Huellas milenarias en los Valles Calchaquíes
POR DIEGO JEMIO
Trekking y visitas antropológicas son algunas de las propuestas para recorrer Tafí del Valle y sus alrededores.
Desde Tafí del Valle, al noroeste de Tucumán, parte el trekking en dirección al cerro Ñuñorco Grande, que trepa hasta 3.300 metros. Durante la caminata se verán cumbres de 4 mil metros de altura, siluetas de montañas, el dique La Angostura y el pueblo diaguita El Mollar. Conviene demorar la travesía con un almuerzo o una merienda con pan casero y dulces regionales.
Así se disfruta de la puerta de entrada de los Valles Calchaquíes, que habitaron los originarios pobladores de la cultura calchaquí.
A 8 km de Tafí, el camino al Valle de La Ciénaga sólo es accesible caminando o a caballo. La escenografía natural es de alta montaña, con bosques de alisos en las quebradas, animales pastando y vestigios de la cultura candelaria. El recorrido por lugares que superan los 2.700 m de altura puede llegar a durar seis horas. Los aventureros tienen la opción de conectar el camino con Anfama y El Siambón, en una expedición que dura unos tres días, con buen tiempo y estado físico. Otra posibilidad es la Vuelta al valle, que comprende casi toda la ruta 325, con visitas al Cerro Pelado y los faldeos del Muñoz, Ñuñorco y Mala Mala.
De regreso a Tafí del Valle, se puede visitar la Capilla de La Banda –alberga un museo religioso y arqueológico– y probar queso de cabra de la Estancia de los Cuartos, una casona y hotel de estilo colonial que produce sus productos tal cual lo hacía a principios del siglo XX. También se realizan enlazadas, pialadas, domas y shows con música en vivo.
A menos de 15 km de Tafí esperan El Mollar y el dique La Angostura. Al pie del Cerro Ñuñorco Grande, El Mollar es la villa preferida por los adolescentes tucumanos. A cada paso se ve el sello de los pobladores originarios, como monolitos de piedras de más de 2.500 años, menhires, morteros y pircas. Cabalgatas, caminatas y platos regionales (locro, empanadas, humitas y tamales) completan la oferta del lugar.
Los amantes de la pesca acuden al lago La Angostura, a 2 mil metros de altura y a 3 km de Tafí del Valle. Construida en la década del 60 para detener el curso de los ríos Mollar y Tafí, la represa de 4 km de largo es el lugar indicado para capturar truchas y pejerreyes y practicar deportes náuticos.
Hacia el norte, la ruta 307 llega a Amaicha del Valle después de atravesar el Abra del Infiernillo, un complicado paso –el más alto de la provincia–, a 3.042 metros de altura. Desde el auto y a lo lejos se ven animales pastando, cardones y familias de pastores.
El Complejo Museo Pachamama es un lugar clave para entender la cosmovisión y la cultura de los pueblos calchaquíes. Bajo 3 mil metros cuadrados cubiertos, las salas lucen repletas de objetos, cuya antigüedad se extiende hasta 800 años antes de Cristo. En la Sala de Geología hay una descripción geográfica de todo el valle, fotos satelitales, yacimientos mineros y muestras de minerales. A su vez, en el espacio dedicado a la antropología se grafican las costumbres, vestimentas y modos de vida de las culturas prehispánicas de la zona. Otras salas exhiben pinturas, cerámicas y esculturas de barro y madera. Muchas piezas fueron creadas por el virtuoso artista local Héctor Cruz.
Cerca de Amaicha del Valle –cuna del vino patero– atraen el poblado Los Zazos, el Observatorio Astronómico de Ampimpa y Tala Paso, punto de encuentro de ancianas copleras de los valles.
No se pueden pasar por alto las Ruinas de Quilmes, el mayor asentamiento precolombino del país, que ocupa alrededor de 30 hectáreas. El paisaje natural se presta para hacer una travesía en mountain bike, rafting, kayak o canotaje, antes o después de deleitarse con una empanada jugosa o un locro bien “pulsudo”. De noche, el cielo es siempre un espectáculo inigualable: un techo lleno de estrellas, tan solitario y silencioso como bello.
IMPERDIBLE
Ruta del Vino
Desde fines de 2011, Tucumán tiene su Ruta del Vino a lo largo de la ruta 40. Las etiquetas tucumanas se destacan en cabernet sauvignon, malbec y torrontés, el emblema de la región. Se pueden recorrer algunas bodegas y degustar productos, por ejemplo en Las Mojarras, Posse (en Tafí del Valle), Chico Zossi (en Co-lalao del Valle), Las Arcas de Tolombón (en Chañar Solo), Río de Arena (en El Bañado) y Altos La Ciénaga, en Colalao del Valle (www.vinosdeltucuman.com.ar).
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