Misiones: Puerto Iguazú, el encantador portal hacia las Cataratas
Con un típico ambiente de pueblo fronterizo ofrece diversión para toda la familia, gran variedad de alojamientos y actividades para disfrutar a fondo de la naturaleza
PUERTO IGUAZU.- La tierra roja, marca registrada de la región, sigue empeñosa tiñendo los vehículos y las veredas de este pueblo portuario, el portal hacia las magníficas cataratas que encierra el Parque Nacional, una de las maravillas naturales de la Argentina. Encerrada por un selvático verde y con ese particular toque de pueblo fronterizo, que se advierte principalmente en el centro de la ciudad, donde los carteles de los comercios entremezclan el castellano, portugués y guaraní, hacen del lugar un destino turístico ideal para grandes y chicos.
Siguiendo el ritmo de la avenida Victoria Aguirre, principal arteria de la ciudad, con un abigarrado conjunto de bares, restaurantes y negocios de todo tipo, las calles serpentean, suben y bajan, bordeando las altas costas abarrancadas que miran a los ríos Iguazú y Paraná, hasta llegar al sorprendente mapa a escala humana donde se puede ver, allí nomás, a nuestras vecinas Brasil y Paraguay, desde el hito que marca las tres fronteras, un mirador natural de gran imponencia.
El colorido paisaje y el clima subtropical le dan a Puerto Iguazú un encanto especial, a lo que se le suman sus orígenes, donde conquistadores, jesuitas y pioneros dejaron sus huellas junto a la cultura de los guaraníes cuyos descendientes aún pueblan la región.
Con un futuro prometedor, la zona se ha convertido en un interesante polo turístico, pleno de propuestas para todos los gustos. Basta recorrerla para comprobar la gran cantidad de hoteles y lodges con que cuenta, desde muy exclusivos cinco estrellas hasta sencillos hoteles con encanto, punto de partida de inolvidables paseos que acercan a la naturaleza, donde sin duda las cataratas del Iguazú siguen siendo una visita impostergable.
Para completar la esencia original de este pueblo están los casinos, donde se tienta a la fortuna en los juegos de azar que allí se ofrecen.
Hoteles, lodges y cabañas
El deck de la pileta y la frondosa costa brasileña, casi al alcance de la mano, y el pintoresco puerto abajo, completan la ilusión de estar en alguna lejana isla. El hotel Panoramic, con apenas unos meses, es uno de los cinco estrellas que comienzan a poblar Puerto Iguazú. De confortable y despojada decoración ofrece impecables servicios en sus habitaciones y suites, y hasta un exclusivo casino con maquinitas y ruleta electrónica, que se anuncia ni bien se llega al luminoso lobby.
Fiel a su nombre, brinda inmejorables vistas del intenso entorno, la confluencia de los ríos y el puente Tancredo Neves, cruce al Brasil. Desde sus galerías, trago de ricas frutas en mano, se puede disfrutar de los bellos atardeceres misioneros cuando el cielo se incendia tras la selva.
Luciano Grimaldi, un argentino recién importado de Alemania por la empresa, es el chef director del lugar, que cuenta con varios reductos para degustar su excelente carta, donde los pescados de la región tienen un gran protagonismo, junto a seleccionados toques de la cocina regional.
El Iguazú Grand Hotel & Casino aparece como un tropical Las Vegas, donde el juego es uno de sus principales atractivos. En sus varios edificios, dentro de un exuberante parque que lo envuelve, el hotel que cuenta con todo el confort de un cinco estrellas recibe la visita de argentinos y también de los países vecinos, que vienen a probar suerte en su importante casino.
Pensado para disfrutar en familia, los más chicos cuentan también con un espacio de juegos, esta vez de otro tipo, guiados por maestras especializadas que a manera de niñeras de tiempo completo, los acompañarán hasta en las horas de las comidas. Tiene también varios restaurantes de cuidada gastronomía, un amplio y elegante quincho donde degustar carnes y ricos pescados de río a la parrilla, y un spa para embellecerse, por ejemplo, con una refrescante mascarilla de yerba mate.
Para los que prefieran un contacto directo con la naturaleza están los lodges, como el Iguazú Jungle, un conjunto de lindísimas cabañas y lofts de verdes techos que se funden en el entorno, rodeando la gran piscina. El lugar invita a días de paz y a internarse en los cercanos senderos, para admirar la bella flora de la región, todo un programa. En el camino que lleva a las Cataratas, pleno de hoteles para todos los gustos y bolsillos, hay otros dos apacibles sitios: Las Cabañas del Leñador y El Refugio del Mensú.
Todo para hacer
Como un gran parque de diversiones coronado por el esplendor de la naturaleza, Puerto Iguazú brinda una gran oferta de atracciones. La Aripuca es una de ellas. Duplicada a escala monumental con el diseño de la ancestral trampa que los indígenas usaban para cazar animales, utilizando para eso troncos de centenarios árboles autóctonos, la construcción a la que se accede por puentes es una maravilla para recorrer.
El predio cuenta además con sitios como el Tacurú y el Yate-I, donde están las famosas piedras semipreciosas de la región y artesanos trabajando en cestería; El Cucurucho, para degustar sabores típicos misioneros y hasta un helado de yerba mate, y una singular cabina telefónica dentro de un gran tronco, para hacer llamadas a cualquier lugar del mundo.
Los que aman la ecología disfrutarán de una visita a Güira-Oga, centro de recuperación y conservación de aves silvestres de la región. Sin fines de lucro y en 20 hectáreas de selva lindantes con el Parque Nacional, esta institución conservacionista y educativa ha desarrollado una serie de circuitos donde acercarse a la avifauna. Cuenta con un centro de interpretación y un aviario, con tucanes, macucos, pavas de monte, gran variedad de loros, águilas, halcones y guacamayos, entre muchas otras. Tiene también un hospital de aves, y en un paseo por los circuitos se puede ver de cerca algunas de ellas en su hábitat natural.
Las orquídeas son otra de las joyas de Iguazú. De diferentes diseños, tamaños y colores, las bellas y exóticas flores se exhiben en gran variedad en el orquidiario del Indio Solitario y en el centro, en Arlequín, donde además se venden bulbos para llevar a casa.
La aventura, en un lugar como éste, es infaltable. Hay empresas como Iguazú Forest que ofrecen paquetes con opciones especiales para los deportistas, desde trekking hasta paseos en 4x4, también wet rappeling, jumar, canoeing y jungla biking, ente otras actividades.
Aventuras Almirón brinda navegación por los ríos Iguazú y Paraná, y campamentos donde practicar la pesca deportiva del dorado, manguruyú, pacú y surubí.
Rastros jesuitas
Llegar a San Ignacio Miní, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y sumergirse en sus bellas y recuperadas ruinas es un viaje imperdible. A un poco más de dos horas desde Puerto Iguazú, el viaje merece la pena. Con su fundación en el siglo XVII por los jesuitas, cien años más tarde contaba con 3000 habitantes. Con imponentes construcciones en la rojiza piedra de asperón rojo, imponentes portales y terrazas con balaustradas, está inmersa en un intenso verdor tropical y deslumbra al visitante. Recién inaugurado en lo que fue el antiguo edificio de una escuela, su centro de interpretación tiene un moderno perfil museológico donde se combinan sonidos, colores e iluminación, que junto a valiosas piezas, especialmente tallas en madera, reconstruyen la época de esplendor de las misiones jesuítico-guaraníes.
Datos útiles
Informes
En Buenos Aires . Casa de Misiones: Av. Santa Fe 983; 4322-0686.
En Iguazú. Secretaría de Turismo: Av. Victoria Aguirre 311, (03757) 420800
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