miércoles, 4 de diciembre de 2013

URUGUAY: Entre la bohemia y el glamour

Uruguay, entre la bohemia y el glamour
 
 
Con beneficios que buscan atraer al turista argentino, las playas uruguayas se preparan para las vacaciones. La cálida familiaridad de Atlántida, la exclusividad de Punta del Este y la aventura de descubrir Cabo Polonio.
 
Como todos los veranos, Uruguay vuelve a estar en el imaginario de los argentinos. Desde las playas clásicas y con un tono exclusivo como Punta del Este y La Pedrera, hasta las menos exploradas y naturales, como Valizas y Cabo Polonio, pasando por los lugares que suelen elegir las familias, como La Paloma, la otra orilla es siempre una tentación. Son alrededor de 600 kilómetros de costa que van desde los balnearios que combinan río y mar hasta el más puro océano Atlántico, en un clima de amabilidad y buenos servicios. Tampoco falta la oferta cultural, especialmente en Montevideo. Durante el verano, el Carnaval es una invitación a una fiesta compartida a pura murga y candombe, sin olvidar, en febrero, la promesa de las Llamadas.
 
 
Uruguay mantiene medidas de beneficios para los turistas extranjeros, con devolución de impuestos y otros beneficios. La información está disponible en www.turismo.gub.uy/es-ES/informacion-turistica/beneficios-a-los-turistas. Además de los descuentos en el IVA, en Punta del Este prevén la devolución del 10,5 por ciento del pago de alquileres temporales que se hagan con tarjeta de crédito o débito en las inmobiliarias registradas. Andrés Jafif, presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Punta del Este (ADIPE) dice que esperan una “temporada buena, en la que van a venir los propietarios. Pero, en materia de alquileres, el ritmo todavía es lento”.
 
Más propuestas y beneficios Uruguay tiene opciones para todos. Y Piriápolis es uno de los clásicos que más está creciendo, especialmente en lo que tiene que ver con la infraestructura y la remodelación de los hoteles de dos o tres estrellas, que se modernizaron .
 
Piriápolis es un destino con tarifas de alquiler más baratas que otros balnearios.
 
Susana Prats, de la Dirección de Turismo del departamento de Canelones (Atlántida y Costa de Oro), dice: “El nivel de consultas viene muy bien, en parte porque esta es una zona con mucho turismo interno. Pero los argentinos son nuestros mejores conocidos de la región, tanto de Buenos Aires como de algunas provincias, como Córdoba y Santa Fe. La gente viene reservando por quincena en enero. Institucionalmente, trabajamos con quince inmobiliarias que aceptaron nuestra convocatoria y trabajamos juntos apostando a la calidad de servicios y al respaldo al turista” (el mail de contacto es circuitodecalidad2013@gmail.com). Las inmobiliarias están repartidas en los diferentes balnearios, incluyendo, por supuesto, Atlántida.
 
El departamento de Rocha también se prepara. Desde la Organización de Gestión de Destino (OGD) Rocha aseguran que el verano 2013/2014 tendrá precios iguales a la temporada anterior y, como en otros casos, aceptarán todas las tarjetas de crédito, en todos los servicios. La devolución de impuestos y otros beneficios también estarán presentes en Rocha. Además, estas playas cuentan con paquetes de beneficios especiales, que se pueden ver en www.ro chauy.com. En la OGD dicen: “En materia de precios, existe gran diversidad, de acuerdo a la calidad de los servicios que oferta Rocha y donde la cercanía del océano es un diferencial adicional”.
 
Paisajes, mar, lagunas, pueblos pequeños y encantadores. Desde una de las ciudades más glamorosas del continente hasta el balneario más sencillo y bohemio. Aquí presentamos una selección de diez lugares para empezar a elegir las vacaciones.
 
Colonia / Santa Ana
Arboles y ríos, caminatas largas. Aire y cielo abierto. Santa Ana, a poco más de 20 km del centro de Colonia del Sacramento, ofrece playas de arena blanca, tranquilas y seguras, sobre el Río de la Plata. Arenas claras, aguas calmas y una bajada para pequeñas embarcaciones de deportes náuticos son algunas de las ventajas de la playa de este tranquilo balneario, caracterizado por la sombra de sus árboles centenarios. Santa Ana tiene una buena infraestructura turística que incluye hoteles, restaurantes y zonas de camping y cabañas.
Colonia, la clásica, la antigua y relajada, es ideal para unos días de playa sobre el Río de la Plata, caminatas y buena gastronomía. Con una hotelería que crece año tras año, y que contempla desde posadas hasta hoteles cinco estrellas, esta pequeña ciudad, tan cerca de Buenos Aires, es una buena síntesis de paisajes, cultura e historia. Fundada en 1680 por el portugués Manuel Lobo, la ciudad fue portuguesa y española hasta la Declaratoria de Independencia de la Banda Oriental en 1825. Todo sumó para el particular estilo arquitectónico y urbano de, por ejemplo, el Casco Histórico, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.
Una posibilidad es alquilar una bicicleta o una moto y, por la rambla, llegar hasta el Real de San Carlos, donde está el antiguo proyecto de Nicolás Mihanovich, que incluía una plaza de toros. Es difícil olvidar los atardeceres sobre el Río de la Plata, cuando el sol parece hundirse en el agua, rojo y enorme. La mejor vista está en el Faro.
Colonia tiene un circuito de playas, suaves y arboladas, con cómodos paradores para almorzar o tomar un café o una cerveza y pasar el día. Una de ellas es Ferrando, muy cerca del centro de Colonia. Los Pinos es un pequeño balneario, con un camping municipal sobre la playa. Blancarena es uno de los más bonitos, aunque un poco alejado (a unos 60 km de la capital del departamento de Colonia). Playas de agua limpia, ideales para los deportes náuticos y la pesca. Bosques y barrancos terminan de definir el paisaje.
 
Atlántida y Costa de Oro
Son una opción de playas clásicas: tranquilas, relativamente más económicas. A lo largo de 70 kilómetros, sobre el Río de la Plata y entre los arroyos Pando y Solís Grande, se extiende una larga lista de playas: Salinas, Pinamar, Atlántida, Las Toscas, Parque del Plata, Solís, La Floresta, Costa Azul, Bello Horizonte, Cuchilla Alta (es uno de los balnearios más pintorescos, de playas escarpadas), Jaureguiberry. Son balnearios familiares, sin excentricidades pero cómodos y con buenos servicios, en los que en general rige la modalidad de alquilar cabaña o casa. Atlántida en particular, agrega la frescura de los bosques, que comparten terreno con las playas de arena blanca y fina. La Costa de Oro tiene otra ventaja: está a sólo 45 km de Montevideo y a unos 90 km de Punta del Este, donde se pueden buscar salidas alternativas. Luego de los atardeceres de verano, cuando el sol se esconde en el río, la noche presenta un buen número de posibilidades. El principal centro de la movida nocturna se encuentra en el balneario Atlántida, donde hay un importante polo gastronómico, casino y varios pubs y discotecas. A lo largo de la Costa de Oro, de diciembre a marzo, también se pueden ver diversos espectáculos gratuitos al aire libre, especialmente recitales de músicos uruguayos. Una de las zonas más forestadas de la Costa de Oro, para quienes buscan paisajes agrestes, es La Floresta, el balneario más antiguo de la zona: de eso dan cuenta, entre otros detalles de comienzos del siglo XX, las casonas antiguas y el ex Hotel La Floresta. San Luis es otro de los clásicos, un remanso de árboles y río.
www.imcanelones.gub.uy
 
Piriápolis
Con casi 20 km de costas de playa, Piriápolis es uno de los balnearios más cercanos y tradicionales, quizá en buena medida por su famoso Hotel Argentino, durante muchos años el más grande de América Latina. Una ciudad que fue fundada en 1893, en plena belle époque por Francisco Piria y que aún conserva el aire de fin de siglo. En el departamento de Maldonado, a 98 km de Montevideo, Piriápolis tiene un puerto en el que se pueden ver tanto yates de lujo como pequeñas barcazas de pescadores. Combina, además, playas amplias y cerros: un paisaje pintado para el descanso. La rambla de un estilo que se encontraba en Biarritz (Francia) y los muchos –y buenos– restaurantes especializados en pescados y mariscos, son otros de los atractivos de la ciudad, que surgió a partir de una cuidada planificación. Las playas se ubican en una franja que va desde el arroyo Solís hasta Punta Negra y todas conservan la arena blanca y el agua limpia. Hacia el oeste algunas de las más atractivas son Playa Grande, Playa Verde, Playa Hermosa, Las Flores y Bella Vista. Las opciones de diversión de Piriápolis son muchas: parques, deportes acuáticos, aerosillas, circuitos para senderismo, rappel y cabalgatas. El cerro Pan de Azúcar, con 389 metros de altura, es una de las tres elevaciones de mayor altura del país y una de las atracciones para quienes practican trekking. La reserva de Fauna Cerro Pan de Azúcar, en la base, descubre más de 50 variedades de animales, como pumas, jaguares, coatíes y venados de campo. También cuenta con un serpentario, varios ejemplares de flora nativa y parte de la historia indígena local, representada en las pinturas rupestres. El Castillo de Piria (1897) es una muy particular obra arquitectónica, que ahora funciona como museo de época: expone fotos, mobiliario y la vajilla de los primeros hoteles de la zona, entre muchos otros objetos. El cerro San Antonio es como un balcón de Piriápolis. Llegar hasta arriba en aerosilla y ver toda la ciudad es un paseo único. Eso sin descuidar la vida de playa: San Francisco, Punta Colorada y Playa Verde son anchas y muy lindas.
www.maldonadoturismo.com.uy
 
Punta del Este
El más célebre, el más deseado de los balnearios uruguayos: a Punta del Este le sobran los motivos para ser, también, el más frecuentado. El punto de encuentro de sus dos playas clásicas, La Brava y La Mansa, marca el fin del Río de la Plata y desde allí se extiende el océano Atlántico. Una gran variedad, para todos los gustos, desde playas de agua calma hasta otras de oleaje fuerte. Eso sí, todas con arena suave, una infraestructura de gran calidad y seguridad.
La arquitectura de la ciudad es otra de las razones que encontrarán los visitantes, tanto quienes vayan a Punta del Este por primera vez como los que ya la conozcan. La mezcla de antiguas construcciones coloniales con edificios modernos y las típicas casas de veraneo con torres y el puerto se suman a un clásico como la avenida Gorlero, que concentra el movimiento comercial y en la que se instalaron las grandes marcas de ropa, como Dior, Versace, Kenzo y Benetton. Otra calle imperdible es la 20, quizá el paseo de compras más sofisticado de América Latina. Son siete cuadras de nombres internacionales de la moda y se lo conoce como “Rodeo Drive”. En esa línea, el Hotel Conrad inaugurará un nuevo casino, con una gran terraza sobre La Mansa, y está prevista la apertura de un nuevo shopping, “Oh! La Barra”, en la ruta 10.
La oferta de restaurantes, bares y discotecas es una garantía de diversión para todas las edades. Y cada año suma atractivos a su agenda cultural: desde música, con el festival de jazz que se hace todos los años, hasta cine y pintura. En esa dirección, no hay que perderse Casapueblo, la casa museo del artista plástico Carlos Páez Vilaró, en el balneario de Punta Ballena, desde donde el paisaje de mar abierto, especialmente al atardecer, es casi hipnótico. Allí también suelen hacerse conciertos de música clásica.
El Festival Internacional de Jazz de Punta del Este se realizará entre el 9 y el 12 de enero del año próximo. Esta es la edición número 18 y, como todos los años, se hace en la finca “El Sosiego”, en la zona de Punta Ballena. El director musical será Paquito D’Rivera.
Por otro lado, del viernes 6 al domingo 8 de diciembre se hará en Punta del Este la segunda edición del Art Experience Tour, un encuentro de arte y alta gastronomía que permitirá a los amantes del arte compartir con prestigiosos pintores y escultores de Argentina, Brasil y Uruguay los procesos creativos de sus obras. Este año, Art Experience Tour convocará a más de 30 artistas que realizarán sus obras en vivo. La agenda de esta edición contempla seis de las locaciones más emblemáticas y destacadas de Punta del Este, como La Barra y Colinas de Garzón.
En materia de precios, la Corporación Gastronómica de Punta del Este impulsó un proyecto por el que esta temporada habrá tres tipos de menúes, que costarán desde 20 hasta 32 dólares, un precio que depende de la cantidad de pasos y que estará disponible en entre 20 y 30 restaurantes. Sergio Machado, de Buquebus, cuenta que la modalidad es la siguiente: se compra un voucher por una cierta cantidad de comidas y en Punta del Este, en los locales habilitados, se cambia por el ticket, según el menú elegido. Ya desde enero estará implementado. “Se paga en Buenos Aires, en pesos argentinos con tarjeta de crédito. Y es al cambio oficial. No es recomendable ir con pesos argentinos porque el cambio no ayuda: la tarjeta de crédito es lo mejor”, dice Machado.
Por otra parte, el resort Solanas Vacation Club Punta del Este implementó el pago con tarjeta de crédito hasta en 4 cuotas sin interés y brinda la posibilidad de pagar en pesos argentinos los alquileres y servicios. En el momento de reservar, la cotización se hace en pesos directamente, sin pasar por la conversión a dólares.
www.puntadeleste.com
 
La Paloma
En el departamento de Rocha, es famosa por más de un motivo: los increíbles atardeceres en la playa de La Balconada, las olas de La Aguada, la simpleza de la pequeña ciudad que, en poca distancia, se hace pueblo de pescadores. Verde y de mar abierto, oceánico, La Paloma es uno de los balnearios más emblemáticos y familiares de la costa de Rocha, con opciones de alojamiento para todos los gustos.Cuenta, además, con cine, casino y un centro comercial.
La Paloma tiene playas para todos los gustos, desde las de aguas serenas como las de la Bahía Chica, hasta las de gran oleaje. Los diferentes paisajes a los que se puede acceder desde La Paloma –ensenadas, rocas, grandes extensiones de arenas, los médanos, bosques y lagunas, como la de Rocha– facilitan que cada uno encuentre su lugar favorito.
La pescadería artesanal se concentra en la playa Los Botes, donde los pescadores preparan unos exquisitos buñuelos de algas o de mejillones, ideales para después de una caminata. O para probar otros pescados típicos de la zona, como brótola, cazón y pejerrey, recién sacados del mar. De las lagunas, se pueden comer camarones y cangrejos siri.
El precioso faro de La Paloma es otra de las marcas de este balneario, en el que además suele haber recitales de músicos uruguayos.
www.ligalapaloma.com.uy
 
La Pedrera
La Pedrera, en el km 227 de la ruta 10, es un pequeño y algo exclusivo balneario con excelentes opciones de hotelería. Es también uno de los que más fuerte y sostenidamente creció en los últimos años, un dato que se nota en las nuevas y bonitas construcciones y en las nuevas playas que cada año presentan más infraestructura. Sobre un acantilado, con todo el Atlántico por delante, La Pedrera es mucho más que sus dos playas clásicas: la Del Barco, más profunda y frecuentada por surfistas, y el Desplayado, más llana y apta para niños. En la playa sur se pueden ver los últimos restos del buque pesquero Cathay, encallado en 1971. El centro de La Pedrera es un precioso eje empedrado –la calle principal– sobre el que se levantan negocios, algunas casas antiguas, el Club Social y la iglesia. Hay una feria artesanal, varias boutiques y una gran variedad de pequeños restaurantes, cálidos y con buen servicio. La rambla es el lugar perfecto a la hora de compartir una noche estrellada o de luna: se puede ir con una reposera o usar los bancos de piedra que están sobre las rocas. La Pedrera –que aún conserva la primera casa de material, del 1900, y está también casi al finalizar la rambla– es famosa por su movida cultural y por el Carnaval de calle. Los días en La Pedrera son verdaderas vacaciones: puro aire, mar y bosques.
www.lapedrera.com.uy
 
Barra de Valizas
Como el vecino Aguas Dulces, es un balneario rústico, sin calles trazadas, a medida para quienes buscan “desenchufarse” del todo en paisajes agrestes y naturales, muy poco urbanizados, con caminos interiores de arena y casas de madera y quincho. La postal es frente al mar, entre dunas altísimas, ideales para practicar sandboard, y el arroyo Valizas, una mezcla de agua dulce y salada que facilita una pesca típica de la zona, como el camarón, y también es ideal para un paseo en bote hasta el Monte de Ombúes. Desde Barra de Valizas, cruzando el arroyo, se llega al Cerro Bella Vista, una formación de granito cubierta casi completamente por arena que desde la cima ofrece una vista espectacular y es una pista natural para los fanáticos del sandboard. La comida casera, mariscos y pescados, se puede probar en pequeños restaurantes. La tranquilidad de Barra de Valizas es otro de sus puntos a favor. Se puede ver una colonia de lobos marinos. El acceso está en el km 271,5 de la ruta 10.
www.portaldevalizas.com.uy
 
Cablo Polonio
A Cabo Polonio se llega solamente a través de caminos entre las dunas y en vehículos especiales: sobre un peñón rocoso, un encantador pueblito de pescadores. Sin luz eléctrica, agua corriente ni gas es una de las más prometedoras experiencias de Rocha. Agreste y ecológico hasta la médula, debe su identidad a su rusticidad y a una suerte de naturaleza desatada. En Cabo Polonio parece que el mar fuera más mar, más abierto, y las dunas más altas. Casi un lugar perdido, al que no es sencillo llegar pero también puede ser una buena opción para pasar el día, atrae a quienes buscan unas vacaciones desconectados del mundo. Cabo Polonio tiene una pequeña población estable y varias opciones de alojamiento, despojadas de cualquier pretensión de lujo pero cálidas. Por su riqueza natural y por su valor ambiental, está integrado al Sistema Nacional de Areas Protegidas, que busca minimizar el impacto de la actividad turística y la franja de dunas que recorre la costa conforma el llamado Monumento Natural Dunas de Cabo Polonio. Las pocas construcciones son irregulares –es posible alquilar estas casas por día o por semana– y las “calles”, de pasto y arena. Este paisaje es el hábitat natural de una colonia de lobos marinos.
También hay hosterías frente a la playa, donde funcionan restaurantes que ofrecen platos en base a frutos del mar. La movida nocturna tiene la gracia de ser a la luz de la luna, o de las velas y faroles dispuestos en los pequeños boliches que aseguran encanto y diversión. El acceso al balneario se encuentra en el kilómetro 264,5 de la ruta 10; luego un camino de unos 7 km recorre las dunas hasta llegar el mar, que se puede transitar en vehículos 4x4 autorizados, a caballo, o caminando. Este sendero, por su amplio recorrido, es el más atractivo.
www.rochauy.com
 
Punta del Diablo
Punta del Diablo es el balneario, en gran medida gracias al “boca a boca”, que más creció en los últimos años. Aunque mantiene un aire bohemio y descontracturado, se pobló de pequeños hoteles, cabañas, posadas y hostels. Surgido como pueblo de pescadores, sus primeros habitantes llegaron en los años 40 del siglo XX y se dedicaron a la pesca de tiburón. La arquitectura informal con la que se desarrolló el pueblo le dio ese aire rústico de aldea marina y lo convirtió en un sitio pintoresco.
En la Playa de los Pescadores se pueden ver las embarcaciones amarradas y listas para salir al mar, de donde regresan cargadas de pequeños tiburones, camarones, pez guitarra, lenguado, brótola y pescadilla. Punta del Diablo es una zona privilegiada para practicar surf, ya que las olas forman grandes picos frente a la playa de La Viuda. Durante la temporada se disputan campeonatos, con deportistas de la región. Se accede al balneario por el km. 298 de la ruta 9. Otro dato importante: Punta del Diablo atrae, especialmente, a los más jóvenes y, en ese sentido, Internet es una de las mejores formas para alquilar o reservar alojamiento.
www.portaldeldiablo.com.uy
 
Barra del Chuy
Casi en la frontera con Brasil, la Barra del Chuy tiene, entre sus atractivos, una variada vida nocturna y un dato no menor es que es el más oceánico de los balnearios uruguayos, con playa amplias de agua clara y enormes dunas. La Barra del Chuy está muy cerca de lugares que hay que conocer por su belleza natural, casi intacta: el Parque Santa Teresa y el Fuerte de San Miguel, con un puente levadizo y una colección que recuerda la vida de españoles y portugueses. Otra de las tentaciones son los free-shops del Chuy. En la Barra la oferta de alojamiento va desde cabañas con todos los servicios hasta la posibilidad de acampar. Dentro del Parque Nacional San Miguel hay un área protegida y un buen plan es realizar un sendero de interpretación que termina en el cerro Picudo. En el camino, una gran variedad de especies animales y vegetales autóctonas.
www.barradelchuy.com
 
 
 

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