Uruguay, entre la bohemia y el glamour
Con beneficios que buscan atraer al turista argentino, las playas uruguayas
se preparan para las vacaciones. La cálida familiaridad de Atlántida, la
exclusividad de Punta del Este y la aventura de descubrir Cabo Polonio.
Como todos los veranos, Uruguay vuelve a estar en el imaginario de los
argentinos. Desde las playas clásicas y con un tono exclusivo como Punta del
Este y La Pedrera, hasta las menos exploradas y naturales, como Valizas y Cabo
Polonio, pasando por los lugares que suelen elegir las familias, como La Paloma,
la otra orilla es siempre una tentación. Son alrededor de 600 kilómetros de
costa que van desde los balnearios que combinan río y mar hasta el más puro
océano Atlántico, en un clima de amabilidad y buenos servicios. Tampoco falta la
oferta cultural, especialmente en Montevideo. Durante el verano, el Carnaval es
una invitación a una fiesta compartida a pura murga y candombe, sin olvidar, en
febrero, la promesa de las Llamadas.
Uruguay mantiene medidas de beneficios para los turistas extranjeros, con
devolución de impuestos y otros beneficios. La información está disponible en
www.turismo.gub.uy/es-ES/informacion-turistica/beneficios-a-los-turistas. Además
de los descuentos en el IVA, en Punta del Este prevén la devolución del 10,5 por
ciento del pago de alquileres temporales que se hagan con tarjeta de crédito o
débito en las inmobiliarias registradas. Andrés Jafif, presidente de la
Asociación de Inmobiliarias de Punta del Este (ADIPE) dice que esperan una
“temporada buena, en la que van a venir los propietarios. Pero, en materia de
alquileres, el ritmo todavía es lento”.
Más propuestas y beneficios Uruguay tiene opciones para todos. Y Piriápolis
es uno de los clásicos que más está creciendo, especialmente en lo que tiene que
ver con la infraestructura y la remodelación de los hoteles de dos o tres
estrellas, que se modernizaron .
Piriápolis es un destino con tarifas de alquiler más baratas que otros
balnearios.
Susana Prats, de la Dirección de Turismo del departamento de Canelones
(Atlántida y Costa de Oro), dice: “El nivel de consultas viene muy bien, en
parte porque esta es una zona con mucho turismo interno. Pero los argentinos son
nuestros mejores conocidos de la región, tanto de Buenos Aires como de algunas
provincias, como Córdoba y Santa Fe. La gente viene reservando por quincena en
enero. Institucionalmente, trabajamos con quince inmobiliarias que aceptaron
nuestra convocatoria y trabajamos juntos apostando a la calidad de servicios y
al respaldo al turista” (el mail de contacto es
circuitodecalidad2013@gmail.com). Las inmobiliarias están repartidas en los
diferentes balnearios, incluyendo, por supuesto, Atlántida.
El departamento de Rocha también se prepara. Desde la Organización de
Gestión de Destino (OGD) Rocha aseguran que el verano 2013/2014 tendrá precios
iguales a la temporada anterior y, como en otros casos, aceptarán todas las
tarjetas de crédito, en todos los servicios. La devolución de impuestos y otros
beneficios también estarán presentes en Rocha. Además, estas playas cuentan con
paquetes de beneficios especiales, que se pueden ver en www.ro chauy.com. En la
OGD dicen: “En materia de precios, existe gran diversidad, de acuerdo a la
calidad de los servicios que oferta Rocha y donde la cercanía del océano es un
diferencial adicional”.
Paisajes, mar, lagunas, pueblos pequeños y encantadores. Desde una de las
ciudades más glamorosas del continente hasta el balneario más sencillo y
bohemio. Aquí presentamos una selección de diez lugares para empezar a elegir
las vacaciones.
Colonia / Santa Ana
Arboles y ríos, caminatas largas. Aire y cielo abierto. Santa Ana, a poco
más de 20 km del centro de Colonia del Sacramento, ofrece playas de arena
blanca, tranquilas y seguras, sobre el Río de la Plata. Arenas claras, aguas
calmas y una bajada para pequeñas embarcaciones de deportes náuticos son algunas
de las ventajas de la playa de este tranquilo balneario, caracterizado por la
sombra de sus árboles centenarios. Santa Ana tiene una buena infraestructura
turística que incluye hoteles, restaurantes y zonas de camping y cabañas.
Colonia, la clásica, la antigua y relajada, es ideal para unos días de
playa sobre el Río de la Plata, caminatas y buena gastronomía. Con una hotelería
que crece año tras año, y que contempla desde posadas hasta hoteles cinco
estrellas, esta pequeña ciudad, tan cerca de Buenos Aires, es una buena síntesis
de paisajes, cultura e historia. Fundada en 1680 por el portugués Manuel Lobo,
la ciudad fue portuguesa y española hasta la Declaratoria de Independencia de la
Banda Oriental en 1825. Todo sumó para el particular estilo arquitectónico y
urbano de, por ejemplo, el Casco Histórico, declarado Patrimonio Mundial por la
Unesco.
Una posibilidad es alquilar una bicicleta o una moto y, por la rambla,
llegar hasta el Real de San Carlos, donde está el antiguo proyecto de Nicolás
Mihanovich, que incluía una plaza de toros. Es difícil olvidar los atardeceres
sobre el Río de la Plata, cuando el sol parece hundirse en el agua, rojo y
enorme. La mejor vista está en el Faro.
Colonia tiene un circuito de playas, suaves y arboladas, con cómodos
paradores para almorzar o tomar un café o una cerveza y pasar el día. Una de
ellas es Ferrando, muy cerca del centro de Colonia. Los Pinos es un pequeño
balneario, con un camping municipal sobre la playa. Blancarena es uno de los más
bonitos, aunque un poco alejado (a unos 60 km de la capital del departamento de
Colonia). Playas de agua limpia, ideales para los deportes náuticos y la pesca.
Bosques y barrancos terminan de definir el paisaje.
Atlántida y Costa de Oro
Son una opción de playas clásicas: tranquilas, relativamente más
económicas. A lo largo de 70 kilómetros, sobre el Río de la Plata y entre los
arroyos Pando y Solís Grande, se extiende una larga lista de playas: Salinas,
Pinamar, Atlántida, Las Toscas, Parque del Plata, Solís, La Floresta, Costa
Azul, Bello Horizonte, Cuchilla Alta (es uno de los balnearios más pintorescos,
de playas escarpadas), Jaureguiberry. Son balnearios familiares, sin
excentricidades pero cómodos y con buenos servicios, en los que en general rige
la modalidad de alquilar cabaña o casa. Atlántida en particular, agrega la
frescura de los bosques, que comparten terreno con las playas de arena blanca y
fina. La Costa de Oro tiene otra ventaja: está a sólo 45 km de Montevideo y a
unos 90 km de Punta del Este, donde se pueden buscar salidas alternativas. Luego
de los atardeceres de verano, cuando el sol se esconde en el río, la noche
presenta un buen número de posibilidades. El principal centro de la movida
nocturna se encuentra en el balneario Atlántida, donde hay un importante polo
gastronómico, casino y varios pubs y discotecas. A lo largo de la Costa de Oro,
de diciembre a marzo, también se pueden ver diversos espectáculos gratuitos al
aire libre, especialmente recitales de músicos uruguayos. Una de las zonas más
forestadas de la Costa de Oro, para quienes buscan paisajes agrestes, es La
Floresta, el balneario más antiguo de la zona: de eso dan cuenta, entre otros
detalles de comienzos del siglo XX, las casonas antiguas y el ex Hotel La
Floresta. San Luis es otro de los clásicos, un remanso de árboles y río.
www.imcanelones.gub.uy
Piriápolis
Con casi 20 km de costas de playa, Piriápolis es uno de los balnearios más
cercanos y tradicionales, quizá en buena medida por su famoso Hotel Argentino,
durante muchos años el más grande de América Latina. Una ciudad que fue fundada
en 1893, en plena belle époque por Francisco Piria y que aún conserva el aire de
fin de siglo. En el departamento de Maldonado, a 98 km de Montevideo, Piriápolis
tiene un puerto en el que se pueden ver tanto yates de lujo como pequeñas
barcazas de pescadores. Combina, además, playas amplias y cerros: un paisaje
pintado para el descanso. La rambla de un estilo que se encontraba en Biarritz
(Francia) y los muchos –y buenos– restaurantes especializados en pescados y
mariscos, son otros de los atractivos de la ciudad, que surgió a partir de una
cuidada planificación. Las playas se ubican en una franja que va desde el arroyo
Solís hasta Punta Negra y todas conservan la arena blanca y el agua limpia.
Hacia el oeste algunas de las más atractivas son Playa Grande, Playa Verde,
Playa Hermosa, Las Flores y Bella Vista. Las opciones de diversión de Piriápolis
son muchas: parques, deportes acuáticos, aerosillas, circuitos para senderismo,
rappel y cabalgatas. El cerro Pan de Azúcar, con 389 metros de altura, es una de
las tres elevaciones de mayor altura del país y una de las atracciones para
quienes practican trekking. La reserva de Fauna Cerro Pan de Azúcar, en la base,
descubre más de 50 variedades de animales, como pumas, jaguares, coatíes y
venados de campo. También cuenta con un serpentario, varios ejemplares de flora
nativa y parte de la historia indígena local, representada en las pinturas
rupestres. El Castillo de Piria (1897) es una muy particular obra
arquitectónica, que ahora funciona como museo de época: expone fotos, mobiliario
y la vajilla de los primeros hoteles de la zona, entre muchos otros objetos. El
cerro San Antonio es como un balcón de Piriápolis. Llegar hasta arriba en
aerosilla y ver toda la ciudad es un paseo único. Eso sin descuidar la vida de
playa: San Francisco, Punta Colorada y Playa Verde son anchas y muy
lindas.
www.maldonadoturismo.com.uy
Punta del Este
El más célebre, el más deseado de los balnearios uruguayos: a Punta del
Este le sobran los motivos para ser, también, el más frecuentado. El punto de
encuentro de sus dos playas clásicas, La Brava y La Mansa, marca el fin del Río
de la Plata y desde allí se extiende el océano Atlántico. Una gran variedad,
para todos los gustos, desde playas de agua calma hasta otras de oleaje fuerte.
Eso sí, todas con arena suave, una infraestructura de gran calidad y
seguridad.
La arquitectura de la ciudad es otra de las razones que encontrarán los
visitantes, tanto quienes vayan a Punta del Este por primera vez como los que ya
la conozcan. La mezcla de antiguas construcciones coloniales con edificios
modernos y las típicas casas de veraneo con torres y el puerto se suman a un
clásico como la avenida Gorlero, que concentra el movimiento comercial y en la
que se instalaron las grandes marcas de ropa, como Dior, Versace, Kenzo y
Benetton. Otra calle imperdible es la 20, quizá el paseo de compras más
sofisticado de América Latina. Son siete cuadras de nombres internacionales de
la moda y se lo conoce como “Rodeo Drive”. En esa línea, el Hotel Conrad
inaugurará un nuevo casino, con una gran terraza sobre La Mansa, y está prevista
la apertura de un nuevo shopping, “Oh! La Barra”, en la ruta 10.
La oferta de restaurantes, bares y discotecas es una garantía de diversión
para todas las edades. Y cada año suma atractivos a su agenda cultural: desde
música, con el festival de jazz que se hace todos los años, hasta cine y
pintura. En esa dirección, no hay que perderse Casapueblo, la casa museo del
artista plástico Carlos Páez Vilaró, en el balneario de Punta Ballena, desde
donde el paisaje de mar abierto, especialmente al atardecer, es casi hipnótico.
Allí también suelen hacerse conciertos de música clásica.
El Festival Internacional de Jazz de Punta del Este se realizará entre el 9
y el 12 de enero del año próximo. Esta es la edición número 18 y, como todos los
años, se hace en la finca “El Sosiego”, en la zona de Punta Ballena. El director
musical será Paquito D’Rivera.
Por otro lado, del viernes 6 al domingo 8 de diciembre se hará en Punta del
Este la segunda edición del Art Experience Tour, un encuentro de arte y alta
gastronomía que permitirá a los amantes del arte compartir con prestigiosos
pintores y escultores de Argentina, Brasil y Uruguay los procesos creativos de
sus obras. Este año, Art Experience Tour convocará a más de 30 artistas que
realizarán sus obras en vivo. La agenda de esta edición contempla seis de las
locaciones más emblemáticas y destacadas de Punta del Este, como La Barra y
Colinas de Garzón.
En materia de precios, la Corporación Gastronómica de Punta del Este
impulsó un proyecto por el que esta temporada habrá tres tipos de menúes, que
costarán desde 20 hasta 32 dólares, un precio que depende de la cantidad de
pasos y que estará disponible en entre 20 y 30 restaurantes. Sergio Machado, de
Buquebus, cuenta que la modalidad es la siguiente: se compra un voucher por una
cierta cantidad de comidas y en Punta del Este, en los locales habilitados, se
cambia por el ticket, según el menú elegido. Ya desde enero estará implementado.
“Se paga en Buenos Aires, en pesos argentinos con tarjeta de crédito. Y es al
cambio oficial. No es recomendable ir con pesos argentinos porque el cambio no
ayuda: la tarjeta de crédito es lo mejor”, dice Machado.
Por otra parte, el resort Solanas Vacation Club Punta del Este implementó
el pago con tarjeta de crédito hasta en 4 cuotas sin interés y brinda la
posibilidad de pagar en pesos argentinos los alquileres y servicios. En el
momento de reservar, la cotización se hace en pesos directamente, sin pasar por
la conversión a dólares.
www.puntadeleste.com
La Paloma
En el departamento de Rocha, es famosa por más de un motivo: los increíbles
atardeceres en la playa de La Balconada, las olas de La Aguada, la simpleza de
la pequeña ciudad que, en poca distancia, se hace pueblo de pescadores. Verde y
de mar abierto, oceánico, La Paloma es uno de los balnearios más emblemáticos y
familiares de la costa de Rocha, con opciones de alojamiento para todos los
gustos.Cuenta, además, con cine, casino y un centro comercial.
La Paloma tiene playas para todos los gustos, desde las de aguas serenas
como las de la Bahía Chica, hasta las de gran oleaje. Los diferentes paisajes a
los que se puede acceder desde La Paloma –ensenadas, rocas, grandes extensiones
de arenas, los médanos, bosques y lagunas, como la de Rocha– facilitan que cada
uno encuentre su lugar favorito.
La pescadería artesanal se concentra en la playa Los Botes, donde los
pescadores preparan unos exquisitos buñuelos de algas o de mejillones, ideales
para después de una caminata. O para probar otros pescados típicos de la zona,
como brótola, cazón y pejerrey, recién sacados del mar. De las lagunas, se
pueden comer camarones y cangrejos siri.
El precioso faro de La Paloma es otra de las marcas de este balneario, en
el que además suele haber recitales de músicos uruguayos.
www.ligalapaloma.com.uy
La Pedrera
La Pedrera, en el km 227 de la ruta 10, es un pequeño y algo exclusivo
balneario con excelentes opciones de hotelería. Es también uno de los que más
fuerte y sostenidamente creció en los últimos años, un dato que se nota en las
nuevas y bonitas construcciones y en las nuevas playas que cada año presentan
más infraestructura. Sobre un acantilado, con todo el Atlántico por delante, La
Pedrera es mucho más que sus dos playas clásicas: la Del Barco, más profunda y
frecuentada por surfistas, y el Desplayado, más llana y apta para niños. En la
playa sur se pueden ver los últimos restos del buque pesquero Cathay, encallado
en 1971. El centro de La Pedrera es un precioso eje empedrado –la calle
principal– sobre el que se levantan negocios, algunas casas antiguas, el Club
Social y la iglesia. Hay una feria artesanal, varias boutiques y una gran
variedad de pequeños restaurantes, cálidos y con buen servicio. La rambla es el
lugar perfecto a la hora de compartir una noche estrellada o de luna: se puede
ir con una reposera o usar los bancos de piedra que están sobre las rocas. La
Pedrera –que aún conserva la primera casa de material, del 1900, y está también
casi al finalizar la rambla– es famosa por su movida cultural y por el Carnaval
de calle. Los días en La Pedrera son verdaderas vacaciones: puro aire, mar y
bosques.
www.lapedrera.com.uy
Barra de Valizas
Como el vecino Aguas Dulces, es un balneario rústico, sin calles trazadas,
a medida para quienes buscan “desenchufarse” del todo en paisajes agrestes y
naturales, muy poco urbanizados, con caminos interiores de arena y casas de
madera y quincho. La postal es frente al mar, entre dunas altísimas, ideales
para practicar sandboard, y el arroyo Valizas, una mezcla de agua dulce y salada
que facilita una pesca típica de la zona, como el camarón, y también es ideal
para un paseo en bote hasta el Monte de Ombúes. Desde Barra de Valizas, cruzando
el arroyo, se llega al Cerro Bella Vista, una formación de granito cubierta casi
completamente por arena que desde la cima ofrece una vista espectacular y es una
pista natural para los fanáticos del sandboard. La comida casera, mariscos y
pescados, se puede probar en pequeños restaurantes. La tranquilidad de Barra de
Valizas es otro de sus puntos a favor. Se puede ver una colonia de lobos
marinos. El acceso está en el km 271,5 de la ruta 10.
www.portaldevalizas.com.uy
Cablo Polonio
A Cabo Polonio se llega solamente a través de caminos entre las dunas y en
vehículos especiales: sobre un peñón rocoso, un encantador pueblito de
pescadores. Sin luz eléctrica, agua corriente ni gas es una de las más
prometedoras experiencias de Rocha. Agreste y ecológico hasta la médula, debe su
identidad a su rusticidad y a una suerte de naturaleza desatada. En Cabo Polonio
parece que el mar fuera más mar, más abierto, y las dunas más altas. Casi un
lugar perdido, al que no es sencillo llegar pero también puede ser una buena
opción para pasar el día, atrae a quienes buscan unas vacaciones desconectados
del mundo. Cabo Polonio tiene una pequeña población estable y varias opciones de
alojamiento, despojadas de cualquier pretensión de lujo pero cálidas. Por su
riqueza natural y por su valor ambiental, está integrado al Sistema Nacional de
Areas Protegidas, que busca minimizar el impacto de la actividad turística y la
franja de dunas que recorre la costa conforma el llamado Monumento Natural Dunas
de Cabo Polonio. Las pocas construcciones son irregulares –es posible alquilar
estas casas por día o por semana– y las “calles”, de pasto y arena. Este paisaje
es el hábitat natural de una colonia de lobos marinos.
También hay hosterías frente a la playa, donde funcionan restaurantes que
ofrecen platos en base a frutos del mar. La movida nocturna tiene la gracia de
ser a la luz de la luna, o de las velas y faroles dispuestos en los pequeños
boliches que aseguran encanto y diversión. El acceso al balneario se encuentra
en el kilómetro 264,5 de la ruta 10; luego un camino de unos 7 km recorre las
dunas hasta llegar el mar, que se puede transitar en vehículos 4x4 autorizados,
a caballo, o caminando. Este sendero, por su amplio recorrido, es el más
atractivo.
www.rochauy.com
Punta del Diablo
Punta del Diablo es el balneario, en gran medida gracias al “boca a boca”,
que más creció en los últimos años. Aunque mantiene un aire bohemio y
descontracturado, se pobló de pequeños hoteles, cabañas, posadas y hostels.
Surgido como pueblo de pescadores, sus primeros habitantes llegaron en los años
40 del siglo XX y se dedicaron a la pesca de tiburón. La arquitectura informal
con la que se desarrolló el pueblo le dio ese aire rústico de aldea marina y lo
convirtió en un sitio pintoresco.
En la Playa de los Pescadores se pueden ver las embarcaciones amarradas y
listas para salir al mar, de donde regresan cargadas de pequeños tiburones,
camarones, pez guitarra, lenguado, brótola y pescadilla. Punta del Diablo es una
zona privilegiada para practicar surf, ya que las olas forman grandes picos
frente a la playa de La Viuda. Durante la temporada se disputan campeonatos, con
deportistas de la región. Se accede al balneario por el km. 298 de la ruta 9.
Otro dato importante: Punta del Diablo atrae, especialmente, a los más jóvenes
y, en ese sentido, Internet es una de las mejores formas para alquilar o
reservar alojamiento.
www.portaldeldiablo.com.uy
Barra del Chuy
Casi en la frontera con Brasil, la Barra del Chuy tiene, entre sus
atractivos, una variada vida nocturna y un dato no menor es que es el más
oceánico de los balnearios uruguayos, con playa amplias de agua clara y enormes
dunas. La Barra del Chuy está muy cerca de lugares que hay que conocer por su
belleza natural, casi intacta: el Parque Santa Teresa y el Fuerte de San Miguel,
con un puente levadizo y una colección que recuerda la vida de españoles y
portugueses. Otra de las tentaciones son los free-shops del Chuy. En la Barra la
oferta de alojamiento va desde cabañas con todos los servicios hasta la
posibilidad de acampar. Dentro del Parque Nacional San Miguel hay un área
protegida y un buen plan es realizar un sendero de interpretación que termina en
el cerro Picudo. En el camino, una gran variedad de especies animales y
vegetales autóctonas.
www.barradelchuy.com
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