Espectáculos y actividades nocturnas en Mar del Plata
Pablo Etchevers
En temporada, Mar del Plata se convierte en la porteña calle Corrientes. Otros aseguran que en la ciudad feliz siempre es de noche. Teatros, cines, personajes inolvidables y un casino de película. La mística continúa intacta.
Siempre es temporada
Si existe un sitio turístico donde la noche pasa a ser un atractivo primordial en la agenda del veraneante, ese escenario es la ciudad de Mar del Plata. Lo más llamativo es que las distintas generaciones encuentran lo que buscan, cada cual con sus gustos, prioridades y expectativas.
Durante décadas, la ciudad feliz fue el escenario perfecto para que las distintas figuras del ambiente artístico se presentaran en los teatros e incluso en los cines para llevar a la costa los espectáculos que durante el año fueron exitosos en las grandes urbes. Las décadas del ´60 y ´70 edificaron y se apropiaron al mismo tiempo de una ciudad turística y popular que comenzó a delinear sus propios códigos. Entre estos, aparecieron algunos que le darían una peculiaridad pocas veces vista en otras latitudes: la relación de los artistas con su público.
Hoy, ya entrados en el año 2000, Mar del Plata conserva intacta esa mística que la vio nacer y que hoy la mantiene en vigencia. No por nada los artistas saben que, si quieren hacerse conocidos en todo el país, deben pasar obligatoriamente por la ciudad feliz.
La arquitectura histórica de Mar del Plata
Pablo Etchevers
Hacia 1900, Mar del Plata era el espacio de ocio preferido por las familias más aristocráticas de la sociedad argentina para pasar el verano. Fueron las construcciones de esa época las que definieron el estilo arquitectónico de la ciudad.
"¿Quién vivió, en estas casa de ayer, viejas casas que el tiempo bronceó, patios viejos, color de humedad, con leyendas de noches de amor?"
Tango : Casas viejas (1936)
Música : Francisco Canaro
Letra: Ivo Pelay
A principios de siglo, la costa marplatense podía proporcionar disfrute del verano sin la necesidad de viajar a Europa. Fue así que muchas de esas familias decidieron construir imponentes villas y suntuosas residencias a las que se trasladaban incluso con su nutrido personal doméstico todos los veranos.
Los materiales utilizados para la construcción de estos templos y mansiones eran traídos de todos los rincones de la vieja Europa, especialmente de Italia y Francia.
Hacia mediados de siglo, la expresión ecléctica de materiales, texturas, colores y composición de formas comenzó a convivir con técnicas y materiales locales, entre los que se destacan la Piedra Mar del Plata, la maderas, las tejas y cerámicas, haciendo de La Feliz una muestra clara y contundente de una nueva identidad arquitectónica: el “chalet” marplatense.
A pesar del paso del tiempo y de los procesos de demolición de buena parte de estas obras, hoy existen más de 300 construcciones que fueron declaradas como Bienes de Interés Patrimonial por sus valores históricos, arquitectónicos y paisajísticos.
Quizás por el valor histórico y para evitar que el modernismo las siga destruyendo o dejando de lado, el EMTUR (Ente Municipal de Turismo de Mar del Plata), acaba de proponerlas e incorporarlas dentro de un nuevo atractivo turístico que consiste principalmente en recuperar la historia marplatense a través de su vieja arquitectura.
Circuito Centro – Barrio La Perla
Se trata de un recorrido que puede realizarse a pie. Esta zona comprende construcciones ligadas al proceso de génesis de la ciudad tales como la Capilla Santa Cecilia, declarada Monumento Histórico Nacional y mojón para el trazado de la cuadrícula original de la ciudad, la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia, villas y residencias de estilo pintoresquista con rasgos de corriente francesa, italiana, normanda y neocolonial.
En las fachadas se observan materiales como piedra o revoques similares, excelente carpintería con celosías, falsos “pans de bois”, balcones y barandas de madera hachada.
Una mención especial merece el Instituto y Oratorio de la Inmaculada Concepción Saturnino Unzué, que data de 1910 y fue inspirado en el “art nouveau” de la secesión vienesa. El oratorio constituye el elemento de mayor valor artístico de la construcción, por la riqueza de los materiales y profusión de símbolos litúrgicos, y fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1985.
Circuito Casino - Torreón del Monje - Loma de Stella Maris
Un recorrido que se realiza caminando por el boulevard Patricio Peralta Ramos para ver el edificio del Casino y el del hotel Provincial, obra del arquitecto Alejandro Bustillo, separados por una plaza seca donde se ubican las esculturas que hicieron famosa a Mar del Plata, conocidas como “Los Lobos”. Todo el complejo es acompañado por una amplia rambla con su propia historia y varias remodelaciones, que fue sin ninguna duda el máximo paseo obligado de la elegancia porteña del 1900.
Rodeadas por modernos edificios, obras arquitectónicas como el Torreón del Monje, que data de 1904, o la Villa Unzué de Casares, de 1930, hoy son establecimientos gastronómicos. Ascendiendo la loma natural del relieve urbano por la calle Alvear, Villa Blaquier y Villa Ortiz Basualdo son dos exponentes de antiguas residencias veraniegas de aspecto palaciego. Esta última alberga actualmente al Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino con sus pinturas, grabados y fotografías. Un templo de valoración arquitectónica es la capilla Stella Maris, la virgen del mar y protectora de los pescadores. Con estilo neogótico y con exquisitos detalles de ornamentación: un altar de nogal tallado y su torre coronada por una cruz de bronce. En la misma zona, se encuentra la Torre Tanque, reservorio de 500.000 m3 de agua, de estilo pintoresquista: un verdadero castillo que nos remonta a la Edad Media.
En cercanías al centro comercial de la calle Güemes, se pueden observar villas y residencias con reminiscencias inglesas o italianas como Villa Magnasco, Villa Tur y la Casa Riglos, construidas a fines de la década del 30.
Circuito Barrios Divino Rostro – Los Troncos – Playa Grande
Se recomienda recorrerlo en vehículo, por las distancias entre las distintas residencias que se encuentran en los barrios más elegantes y tradicionales de Mar del Plata. Aquí, la arquitectura fundacional se mezcla con un diseño moderno.
La capilla Divino Rostro, en el barrio del mismo nombre, merece una visita. Su altar mayor fue traído de Perú y posee una réplica del rostro de Jesús. El tallado de los altares, púlpito, marcos de cuadros y el vía crucis están realizados en cedro y laminados en oro de 18 quilates.
En las inmediaciones a la capilla, tres imponentes residencias dan cuenta del estilo de vida de los cultos, ricos y famosos de esa época: Villa Emilio Mitre (museo y archivo histórico), Villa Victoria Ocampo (centro cultural) y Villa Silvina (colegio privado), que perteneció a los escritores Jorge Luis Borges y Silvina Ocampo.
En Urquiza 3440 se encuentra la famosa “Casa de los Troncos”, denominación que luego adquirió todo el barrio. Esta vivienda es de influencia Suiza, data del año 1938 e impuso el uso de la madera hachada, que luego sería copiada en la mayoría de los chalets de la zona.
El Golf Club Mar del Plata, denominado en el ambiente golfista como “la Catedral del Golf”, es uno de los más importantes e imponentes edificios que de manera perfecta resume los años dorados de aquella época. De estilo “Tudor”, esta arquitectura fue utilizada en aquella época para clubes sociales y deportivos de la aristocracia inglesa.
El recorrido termina por el boulevard Patricio Peralta Ramos hacia el centro de la ciudad. Allí, una serie de residencias y chalets se suceden sobre la costa e interactuán armónicamente con el mar y las lomadas. Algunos funcionan como establecimientos gastronómicos, por ejemplo el chalet Castagnino y Villa Varese, priorizando la espectacular vista al mar.
Una visita al Aquarium de Mar del Plata
Pablo Etchevers
Junto a uno de los íconos emblemáticos de Mar del Plata, el faro de Punta Mogotes, se encuentra el “Aquarium Mar del Plata”, una pequeña pero ilustrativa muestra de la inmensidad del mar.
Otra vez mirando al mar
Estas experiencias y muchas otras más pueden ser vividas en el complejo Aquarium Mar del Plata, que tras 4 años de permanecer cerrado abrió otra vez sus puertas al público en general.
A lo largo de 12 hectáreas a orillas del mar y con una vista espectacular y privilegiada de Punta Mogotes, desde este verano (verano 2007) sus atractivos se encuentran abiertos esperando la entrada de todo aquel amante del mar y de sus habitantes.
Inaugurado en el año 1993, este parque fue y quiere volver a ser una de las mayores ofertas recreativas de la ciudad de Mar del Plata, garantizando a sus visitantes un día de diversión y entretenimiento, aunque por supuesto también de aprendizaje.
A los ya tradicionales shows de lobos marinos y delfines se les suma un fabuloso show de esquí acuático, en que cuatro motonautas muestran sus habilidades haciendo increíbles piruetas y malabares frente a los aplausos del entusiasta público.
Casi para tocarlos…
Un enorme acuario de peces, un teatro marino en 3D, un albergue de pingüinos y un tortugario y cocodrilario donde es posible observar además otras especies son otros de los atractivos que también posee el predio.
El cine en 3D es el primer cine tridimensional del país. Con una capacidad para 266 personas, se convierte en una verdadera experiencia que gracias a su magia permite al espectador sentir que con sólo estirar el brazo puede tocar todo lo que muestra el film.
Hoy, este cine sirve de sede a distintas experiencias pedagógicas que, junto a la fundación, al Puerto Ciencia y al Centro de Recuperación de Tortugas, se encargan de devolverle vida al mar, la misma que desde hace millones de años este no se ha cansado de crear.
Del mar hacia el mar
La visita constante de niños durante las colonias de vacaciones de verano es algo que se puede apreciar a simple vista y oír desde varias cuadras de distancias. Los más chicos no esconden sus sentimientos a la hora de homenajear y festejar los saltos de delfines, las morisquetas de lobos marinos o el paso extraño de los pingüinos que deambulan por el lugar.
Y todo vuelve hacia el mar. La playa “Aquarium” a la que se puede acceder luego de visitar el parque permite al visitante relajarse en el mar, ahora con otros ojos. Sabiendo que cada cosa que ve, que oye o que siente bien podría ser la presencia de algunos de los animalitos tan fascinantes que el acuario le ha pedido prestados al mar para mostrarlos a quien quiera visitarlo.
Playas y balnearios de Mar del Plata
Marcelo Sola Pablo Etchevers
De moderna urbanización, versátil, y con espléndidas playas, Mar del Plata es el destino turístico por excelencia del corredor de la Costa Atlántica. Presentamos las distintas ofertas de sus balnearios para disfrutar.
Pocas metrópolis balnearias en el mundo gozan de la extensión de playas que posee Mar del Plata, concediéndole a cada visitante un perfil diferente, el que más le complazca a la hora de pasar sus días frente al mar.
Al entrar en Mar del Plata por el acceso norte, que desemboca en la avenida de la costanera, fuimos recibidos por el magnífico Océano Atlántico, que le otorga una imagen deslumbrante a la moderna ciudad.
Pocas metrópolis balnearias en el mundo gozan de la extensión de playas que posee Mar del Plata, concediéndole a cada visitante un perfil diferente, el que más le complazca a la hora de pasar sus días frente al mar.
Familias tradicionales, artistas, amantes de las 4 x 4, de la pesca, de deportes náuticos y hasta nudistas tienen su lugar en las cálidas arenas que conforman la costa marplatense.
La oferta es múltiple y variada: modernos balnearios ofrecen cómodos vestuarios, locales gastronómicos, playas limpias y seguras gracias al servicio de guardavidas. Para disfrutar de la playa, una opción cada vez más frecuente es alquilar carpas y sombrillas por día, mes o temporada completa.
Comenzando desde el norte, las playas de Camet, enmarcadas con espigones para moderar el oleaje, comienzan a cumplir con la promesa de la región.
Hacia el sur, desde la playa La Perla, se despliega la vista panorámica del centro de la ciudad. De costas con diseños clásicos, sus balnearios fueron diseñados por el arquitecto Clorindo Testa. Punta Iglesia, Popular, Rambla Bristol, la Playa de los Pescadores, Toscas y el legendario Torreón del Monje se suceden uno tras otro, con todas las variantes para disfrutar al máximo de la estadía.
En Playa Varese, donde se forma una tranquila bahía gracias a la implementación de dos largas escolleras de piedra, se logra desarrollar una interesante pesca deportiva y deportes náuticos.
A continuación se suceden Playa Chica y Playa Grande, con selectos restaurantes para paladares exigentes. Al fondo de este imponente paisaje se descubre el puerto de la ciudad.
Pasando el puerto, donde la oferta gastronómica de pescados y mariscos es la mejor del lugar, se encuentran las playas de Punta Mogotes, con una imagen renovada, sumándose a la oferta de playas y balnearios exclusivos y de moderna construcción, con más de 9.000 carpas con servicios variados.
Finalmente, bien al sur se encuentran playas con médanos, bosques con pinares y aromos. En esta zona los balnearios son de óptima categoría, ofreciendo servicios del más alto y distinguido nivel.
Muchas personas, como nosotros, se disponen a disfrutar de la costa marplatense, de acuerdo a la ubicación del alojamiento. Como fuimos invitados al Hotel de la Asociación Bancaria de la Provincia de Buenos Aires, nos dispusimos en la zona que comprende los balnearios Alfonsina y Saint Michel.
Un sol radiante, el agua del mar a temperatura templada y la comida rápida de los restaurantes de la zona, hicieron que compartiéramos gratos momentos frente a la costa.
Voley playero, natación, pelota-paleta y el popular tejo playero se apoderaron de nuestro tiempo al momento de disfrutar de las bondades que Mar del Plata posee.
A la noche, luego de cenar en Tío Cursio, también disfrutamos de la costanera. La luna reflejada sobre el interminable océano, y el firmamento estrellado nos auguraban que a la mañana siguiente íbamos a poder embarcarnos en el Anamora y realizar una excursión en el pequeño crucero, obteniendo una perspectiva distinta de “La Feliz”, como se la conoce popularmente a la ciudad de Mar del Plata.
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