Contrastes de Guatemala, un país que enamora
Desde la llegada uno siente que entra a una tierra mágica. Lo primero que
se ve desde el avión es un imponente volcán que sobresale las nubes. Pero
Guatemala tiene muchos volcanes, como 36, de los cuales 3 están activos. Uno de
ellos , el Pacaya, hizo erupción en el 2010. Subir al Pacaya, ya sea caminando o
a caballo, significa ver un paisaje muy hermoso, encontrarse con los restos de
la erupción y ver cómo la vegetación va surgiendo nuevamente.
Guatemala es sinónimo de selva, de gente muy sonriente y educada(cohabitan
23 grupos étnicos), de increíbles restos arqueológicos y de ver la cultura maya
viva. Hay pueblos como Chichicastenango, donde el 99% de la población es
maya.
Guatemala es sinónimo también de pobreza; según nuestro guía Darío Morán,
el 70 % de la población trabaja en negro, el 50 % cocina con leña, más de la
mitad de la población no tienen agua corriente, el 60 % de los niños sufre de
desnutrición, hay un 59% de pobreza y un 23% de pobreza extrema.
Cómo introducción a la gran cultura de este país es bueno ir al museo Popol
Vuh , en la ciudad de Guatemala. Este nombre representa al libro sagrado maya y
en el museo uno puede empezar a entender lo que fueron las etnias
mesoamericanas.
Como parte del tour, llegamos a un pueblo llamado Democracia, donde
conocimos algo de la cultura olmeca, vimos las barrigonas en la plaza principal
del pueblo, unas enormes moles de piedra talladas. Allí nos contaron que fueron
los olmecas los que legaron a los mayas la aritmética, la arquitectura y la
astronomía. La cultura olmeca fue matriarcal.
De Democracia fuimos a Chichicastenango, donde se lleva a cabo la feria
artesanal maya más grande del país. Los tejidos, las maderas talladas, las
piedras, los instrumentos, los collares, todo es muy bonito y siempre se debe
regatear el precio. En su iglesia principal, en la entrada, debajo de la
escalinata, hay un altar maya, donde se queman semillas, plantas, tabaco y otras
cosas como ofrenda. Una iglesia increíble es la de San Andrés de Xecul. Está
pintada de color amarillo y rojo, dos colores sagrados para los mayas y tiene en
la parte alta la figura de dos jaguares. Además tiene en la fachada, mazorcas de
maíz y quetzales (pájaro sagrado para esta cultura y nombre de la moneda
guatemalteca). Los colores representan también los wipiles y polleras de las
mujeres.
Nuestro camino siguió al mercado de frutas y verduras de Almolonga. Allí
lamentablermente nos robaron. Es importante en este mercado no llevar nada en
los bolsillos, ni carteras, nada que pueda llamar la atención. El guía nos
previno que podía pasar y nos sugirió no llevar nada. El mercado en si es muy
llamativo, además de frutas y verduras se comercian animales vivos.
Nuestro tour nos llevó al Lago Atitlán, belleza natural si las hay. Es un
lago que en su parte media llega a tener 300 metros de profundidad, que está
bordeado por tres volcanes y por doce pueblos. En frente a dos volcanes hay un
cerro llamado el cerro del oro. Cuenta una leyenda ( muy parecida a la de los
comechingones de Córdoba) que cuando llegaron los españoles, los nativos de ese
lugar subieron al cerro y se tiraron al vacio para suicidarse. También dicen que
al frente de ese cerro y hundida en el lago , se encuentra una antigua
ciudad.
De allí partimos rumbo a la ciudad cieja, Antigua, una bella ciudad con
arcos, monasterios, iglesias coloniales y una fábrica de joyas de jade que son
una belleza.
Después de unas cuantas horas de viaje, pudimos llegar a Semuc Champey.
Bañarse en el medio de la selva ,en inmensos y naturales pozos de agua
totalmente cristalina y con peces que se divierten mordiéndote los pies. Llegar
allí no fue fácil, el viaje en parte es en la caja de un camión, pasando por
caminos muy destruidos y por un puente en no muy buenas condiciones.
Como frutilla de este gran postre, visitamos al final del recorrido tres
grandes sitios arqueológicos Quirigua, Tikal y Copán ( en Honduras). En Tikal,
retrocedemos 2000 años. En este lugar uno toma dimensión de la importancia de
esta cultura que debió abandonar las ciudades como consecuencia de haber
devastado la selva.
Antes de seguir al sitio Quirigua, donde vimos estelas talladas en piedra
hasta de 10 metros de alto, hicimos un recorrido por el Río Dulce bordeado de
selva, flores acuáticas y casas sobres pilotes, llegando a Livingston, único
sitio donde encontramos gente de piel color canela en la costa caribeña de
Guatemala.
Guatemala es un país asombroso y rico en muchos sentidos. Es mejor ir con
guias; en varios lugares encontramos manifestaciones y siempre nos dijeron que
había lugares poco seguros. Así y todo hacía mucho tiempo que un viaje no me
dejaba tanta riqueza emocional, espiritual y cultural.
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