48 horas para descubrir Salta
Dos días y dos noches para cantar en las peñas de la gran capital del
Noroeste, visitar un museo emblemático, recorrer la Puna en tren, andar en
teleférico, comprar artesanías o degustar comidas regionales, entre otras
propuestas
Viernes por la tarde
Luego de desempacar en el hotel y antes de conocer una de las peñas más
emblemáticas de la ciudad, un par de horas alcanzan para dedicar una visita al
MAAM, el Museo de Arqueología de Alta Montaña. Es una de las joyas salteñas,
donde se exponen las momias de los tres niños encontrados en 1999 por los
arqueólogos María Costanza Ceruti y Johan Reinhard en la cumbre del volcán
Llullaillaco, a 6730 metros de altura. El museo exhibe además varias piezas que
se encontraron junto a sus cuerpos y explica el papel religioso y protector que
las culturas prehispánicas otorgaban a las más altas montañas de los Andes. Los
tres cuerpos se conocen como los de la Doncella, el Niño y la Niña del Rayo
(impactada por un rayo que cayó sobre el santuario en la cima del volcán). Esta
emotiva visita le da un toque de espiritualidad y eternidad a un fin de semana
que promete seguir encontrándose con varias realidades más del Noroeste.
Viernes por la tarde
Luego de desempacar en el hotel y antes de conocer una de las peñas más
emblemáticas de la ciudad, un par de horas alcanzan para dedicar una visita al
MAAM, el Museo de Arqueología de Alta Montaña. Es una de las joyas salteñas,
donde se exponen las momias de los tres niños encontrados en 1999 por los
arqueólogos María Costanza Ceruti y Johan Reinhard en la cumbre del volcán
Llullaillaco, a 6730 metros de altura. El museo exhibe además varias piezas que
se encontraron junto a sus cuerpos y explica el papel religioso y protector que
las culturas prehispánicas otorgaban a las más altas montañas de los Andes. Los
tres cuerpos se conocen como los de la Doncella, el Niño y la Niña del Rayo
(impactada por un rayo que cayó sobre el santuario en la cima del volcán). Esta
emotiva visita le da un toque de espiritualidad y eternidad a un fin de semana
que promete seguir encontrándose con varias realidades más del Noroeste.
Viernes por la noche
Rápido paso por el hotel y ya es tiempo nuevamente de salir a cenar. Por
supuesto en una peña. La de Balderrama es muy frecuentada por los viajeros, pero
los salteños privilegian algunas como la Casona del Molino. Es bien auténtica y
el ambiente se crea naturalmente, a medida que avanza la noche y van llegando
las familias y grupos de amigos. Algunos llevan sus instrumentos y todos cantan,
formando coros entre varias mesas, en las distintas piezas y el patio interior
de esta gran casa. La velada transcurre de manera compartida y amistosa. De una
mesa a otra se piden temas y se responde con refranes; de sala en sala, casi
siempre habrá un grupo listo para entonar "Lunita tucumana", el hit absoluto de
aquellas peñas.
La casona es un edificio histórico. Fue construida en torno a 1670 y pasó
de dueño en dueño, siendo según las épocas almacén, mercado, molino o puesto de
carruajes. Hace ya unos cuantos años se convirtió en una de las estrellas de la
noche salteña, donde es muy común compartir mesa con músicos famosos que vienen
a guitarrear y a cantar como los demás comensales.
Sábado por la mañana
Según el tiempo pasado en la casona, se llega con más o menos sueño muy
temprano por la mañana a la estación de Salta. Durante esta temporada no es el
punto de partida del tren pero sí del embarque en los micros que lo reemplazan
hasta San Antonio de los Cobres, su salida provisoria hasta que pueda
restablecerse el buen estado de todas las vías. Tras los controles y el reparto
de pasajeros en los distintos micros (según las fórmulas elegidas para el día,
se recibe un brazalete de color y se sube en el bus que corresponde), la
excursión arranca a las 7 de la mañana, con puntualidad.
Se hacen varias paradas en el camino: la primera en Campo Quijano para ver
una histórica locomotora, la segunda bajo el primer puente del ramal en la
Quebrada del Toro y la tercera en El Alfarcito, para recibir un desayuno
campestre preparado por los vecinos de ese pueblito de montaña y los alumnos del
colegio-albergue.
Mientras duren las obras de reacondicionamiento de las vías del Ramal C14
(que va de Salta al paso de Socompa en la frontera con Chile), el viaje se
realizará de esta forma. Habrá que esperar a que vuelva el tren para conocer las
obras de ingeniería de las vías: los túneles, los zigzags y los rulos. En
contrapartida, se realizan estos altos en el camino y se puede interactuar con
los lugareños. No hay mal que por bien no venga.
Sábado al mediodía
Los micros llegan a San Antonio de los Cobres al mediodía. Justo a tiempo
para que sus pasajeros puedan encontrar los vagones y los asientos que les
corresponden y sacar fotos en la estación. La altura alcanza los 3700 metros y
hay que recordar caminar con pasos medidos y hablar lo menos posible. Las
personas sujetas al apunamiento pueden contar con asistencia médica y oxígeno,
tanto en los micros como en los vagones del tren.
Luego de los silbatos de rigor, el convoy comienza un trayecto de menos de
una hora hacia el Viaducto de la Polvorilla, el objetivo del viaje. Es la obra
maestra de la ingeniería del ramal: a 4200 metros de altura, en medio de los
Andes, se construyó un puente metálico de 60 metros de alto (pasa por encima de
la Ruta 40) y 220 metros de largo. Varios guías lo califican como la Torre
Eiffel de la Puna. El tren lo cruza enteramente antes de hacer una parada en su
extremo.
El tiempo que dura el alto, los vecinos de San Antonio arman un mercadito
de artesanías y los niños tienen llamas bebé en brazos para sacarse fotos.
También es el momento de retratar el viaducto. Sin embargo, para la mejor toma
había que prepararse previamente: aprovechando la parada técnica que hace el
tren en la Mina Concordia antes de llegar a destino, se puede ir al vagón de
cola y apostarse en una de las ventanas de la izquierda: así, gracias a una
curva de los rieles, es posible sacar la cabecera de la formación en el momento
preciso en que ingresa sobre la estructura metálica.
Sábado por la tarde
El tren regresa a la estación de San Antonio un poco más rápidamente que a
la ida. Luego de desembarcar es tiempo de almorzar. Los buses regresan a las 16
hacia el Valle de Lerma y la ciudad de Salta. Hay que comer velozmente para
tener un poco de tiempo y recorrer el mercado de artesanías y el pequeño
centro.
El camino de vuelta es el mismo que el de la ida, pero esta vez se hace una
sola parada, en Santa Rosa de Tastil. Es un típico pueblito andino: apenas unas
casas agrupadas en torno a una capillita de paredes blancas. Justo al lado se
levanta el museo de sitio con algunos objetos y paneles que explican lo que fue
la ciudad originaria de Tastil, una de las más importantes poblaciones en esta
parte de los Andes. Como Machu Picchu, no fue conocida por los conquistadores y
permaneció en el olvido durante siglos hasta su redescubrimiento en 1903.
Sábado por la noche
De regreso en la ciudad, la larga jornada no está terminada: todo lo
contrario, recién está subiendo la fiebre del sábado por la noche salteña. Y el
lugar más indicado para vivirla es la calle Balcarce, más precisamente en el par
de cuadras donde se concentran bares, restaurantes y peñas, en el cruce de las
calles Balcarce y Necochea. Todo se puede resumir allí en estas pocas palabras:
foklore y comidas regionales, como en el local de la peña Nora Julia. Sirve
tamales, locro y varilladas y en su escenario pasan varios conjuntos a lo largo
de la noche. Es algo así como una escena abierta a todo el repertorio y los
ritmos del Noroeste, que alterna cada noche músicos, cantantes y
bailarines.
Domingo por la mañana
Luego de un sábado intenso, el domingo amanece tranquilo y permite terminar
apaciblemente este fin de semana en Salta. La ciudad se despierta en torno a su
plaza al sonido de las campanas de las distintas iglesias y sobre todo las tres
principales: la Catedral, La Viña y Nuestra Señora de Guadalupe. Luego de
recorrerlas, si el tiempo lo permite no hay que dejar de subir al cerro San
Bernardo en teleférico. La vista desde sus terrazas panorámicas es un clásico,
tanto de día como de noche.
Para no perder ni un minuto
- El Hotel Victoria Plaza es una opción de alojamiento tres estrellas en el
corazón de la ciudad, sobre la Plaza 9 de Julio, cerca del MAAM y con linda
vista desde las ventanas de las habitaciones sobre los campanarios salteños
(especialmente de noche). Recibió a los reyes de Bélgica en 1965, en una época
de más esplendor que en la actualidad. www.hotelvictoriaplaza.com.ar
- MAAM: el Museo de Arqueología de Alta Montaña está ubicado sobre un lado
de la plaza, en Bartolomé Mitre 77. Abre de martes a domingo de 11 a 20.
www.maam.gob.ar
- Tren a las Nubes: durante esta temporada funcionará solamente entre San
Antonio de los Cobres y el viaducto de la Polvorilla. El resto del trayecto
puede hacerse por cuenta propia o con los micros de la empresa. El recorrido
total bus-tren-bus cuesta $1500 por persona, saliendo a las 7 de la Estación de
Salta y regresando alrededor de las 20. ventas@trenalasnubes.com.ar
- Más sobre Salta en la web: www.turismo.salta.gov.ar
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