10 imperdibles de Mónaco al ritmo de la Fórmula 1
Viajes programados
Yates de lujo, modelos, famosos, dinero, autos de colección: todo para ver en un país de dos kilómetros cuadrados.
A los pies de los Alpes y frente al mar Mediterráneo, la vieja ciudad fortificada de Mónaco es el segundo país más pequeño del mundo. Y un lugar precioso en la Costa Azul.
El Principado es conocido por el alto nivel económico de sus habitantes y por el estilo de vida de la familia que gobierna el estado, los Grimaldi. Su vida ha sido contada al detalle en las revistas: bodas, nacimientos, divorcios y tragedias. Pero al margen de la familia real, Mónaco organiza una de las carreras más antiguas y peligrosas de la Fórmula 1, el Gran Premio de Mónaco. Y se corre este fin de semana.
El circuito es totalmente urbano y se disputa por las calles de la localidad: esto significa que el trazado es muy estrecho, con gran cantidad de subidas y bajadas, esquinas cerradas y puntos inestables. Es una carrera emocionante que se puede ver desde las cubiertas de los yates amarrados en el puerto.
Durante estos días la velocidad, el lujo, las celebrities, el ruido y el riesgo se darán cita en la ciudad, y si tenés la suerte de vivirlo en directo, podés aprovechar y hacer alguno de estos paseos.
1. El Casino.Lo más conocido del Principado es su casino, pero curiosamente, los monegascos tienen prohibido jugar en él. El actual edificio fue diseñado en 1879 por Charles Garnier -el mismo que diseñó la Ópera de París-, y se encuentra en el corazón de Mónaco, al lado del Hotel de París y frente a unos jardines preciosos. Se realizan visitas guiadas por el lujoso interior para los curiosos que no quieran jugar. Caso contrario, te esperan mesas de blackjack, dados, póquer, la ruleta ... no es necesario vestir traje pero tampoco es para ir con ojotas.
Tené en cuenta que se solicita el pasaporte al ingresar y hay que pagar entrada. Hay salones privados para la gente vip, y siempre hay autos de alta gama estacionados en la puerta. No dejes de subir a la terraza para disfrutar de vistas espectaculares (www.casinomontecarlo.com).
2. La catedral.La catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción o de San Nicolás es el principal edificio religioso donde ocurren los actos más importantes del país.
Se destaca su fachada de estilo neorrománico, y en el interior, se puede admirar un retablo del pintor Louis Bréa que data del año 1500, el altar mayor y el trono episcopal que son de mármol de Carrara blanco, además de un magnífico órgano de cuatro teclados. También alberga las sepulturas de los príncipes Rainiero III y Grace Kelly (www.cathedrale.mc).
3. Los barcos en el puerto. Los muelles del distrito La Condamine se encuentran repletos de barcos y yates de lujo. Un espectáculo, al igual que el mercado municipal en la Plaza de Armas, donde el visitante encontrará puestos de carne, pescado, verduras, flores y delicatessen exquisitas para comprar. También hay una zona peatonal, Princesse Caroline, con muchísimas tiendas.
4.Comer mariscos. La gastronomía de Mónaco tiene influencias francesas e italianas. Los mariscos, pescados, verduras frescas, arroz y aceite de oliva son típicos. Y, aunque no es barato, hay lugares en los que todavía se puede comer a buen precio. Les Perles de Monte-Carlo es muy original, un antiguo criadero de ostras que abrió un restaurante como actividad secundaria. Un lugar pequeño, con marisco fresco para comer entre los espigones.
Sun of bun es una hamburguesería que se encuentra cerca del circuito, para comer bien y barato. Para bolsillos más abultados es el Castelroc, un restaurante ubicado en las galerías comerciales del casco antiguo que ofrece especialidades monegascas como el Stocafi, bacalao deshidratado con salsa de tomate y especias. Una opción más elegante es el Crystal Terrace , en el Hotel Hermitage. Tomar champán desde su terraza es un lujo.
5. Un paseo exótico. Se trata de un jardín botánico que cuenta con numerosas plantas tropicales; sobre todo de zonas áridas del mundo. Es exuberante y las plantas tienen insólitas formas que crecen en un acantilado rocoso. Desde allí se pueden obtener unas bonitas vistas de toda la zona.
6. Visitar el Palacio Real. Para llegar al Palacio de los Príncipes hay que ascender por la Rampe Major, hacia lo que denominan "la Roca", un gran monolito sobre el nivel del mar. Es el tradicional barrio antiguo y uno de los lugares más bonitos para visitar.
Callejones medievales, calles empedradas y peatonales con casas de colores llevan al palacio. Fue construido en 1191 y se convirtió en fortaleza durante la República de Génova. Desde fines del siglo XIII es el hogar de la familia Grimaldi, pero aún así está abierto a las visitas. El cambio de guardia se realiza cada día al mediodía (www.palais.mc).
7. Colección privada de autos antiguos de Rainiero. Apasionado de los autos, el príncipe Rainiero fue armando, durante más de 30 años, una importante colección que se puede ver en las Terrasses de Fontvieille.
Son aproximadamente 100 vehículos en exhibición dentro de un área de 4.000 metros cuadrados. Hay desde un Dion Bouton de 1903 hasta un Lotus F1 de 2013, sin olvidar los autos de carreras del Rally de Monte Carlo y del Gran Premio de Mónaco.
8. Museo Oceanográfico. Construido en el flanco de la Roca legendaria de Mónaco, a 85 metros sobre el nivel del mar, el museo Oceanográfico dispone de 6.500 m2 para aprender a conocer, amar y proteger los océanos.
El museo tiene una notable colección de especies marinas y objetos relacionados con el mar, además de un acuario ubicado en el sótano con un conjunto espectacular de flora y fauna marina (www.oceano.mc).
9. Excursión en barco. Existe el “Bateau Bus” un barco solar que realiza excursiones de Monte Carlo a Monaco- Ville. Incluso ofrecen excursiones nocturnas durante el verano. Cuesta 1,50 euros por persona por viaje (o 5,50 por 24 horas) y el boleto se compra una vez a bordo (www.cam.mc).
10. Vivir la noche.Salir de noche en Mónaco no es barato. Hay locales exclusivos como el Amber Lounge o Billionaires Club, pero también hay varias terrazas y clubes nocturnos como el Rascasse que tiene música en vivo, o el Modjo club, en el puerto de Fontvieille: los precios son prohibitivos para los reservados, pero algo más accesibles para tomar una copa en su terraza. Se recomienda ir bien vestido.
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