martes, 24 de enero de 2017

JAPON: cinco experiencias únicas

Japón: cinco experiencias únicas
En los meses de invierno, un destino de festejos, tradiciones y atractivos naturales

1. Visitar los jardines imperiales

Desde la Segunda Guerra Mundial y la derrota japonesa, el emperador ya no es una divinidad encarnada pero sigue siendo un personaje muy querido y respetado, que vive con su familia en el Palacio Imperial del barrio de Chiyoda, en pleno centro de Tokio. Se puede ingresar en esta fortaleza y ver al actual emperador, Akihito, sólo dos veces al año: el 23 de diciembre (su cumpleaños) y el 2 de enero (para recibir sus buenos deseos). El ingreso del 2 de enero es todo un evento para los turistas de paso, que pueden participar de la visita siguiendo el mismo protocolo que los japoneses. Primero se pasan las puertas rigurosamente custodiadas, se recibe una banderita del sol naciente y se llega finalmente delante del palacio, sobre una plaza colmada de gente. La familia real aparece detrás de un vidrio blindado y saluda a la muchedumbre, que agita sus banderines y celebra al grito de banzai (que significa 10.000 años y es un deseo de longevidad). El reino de cada emperador es una era en el calendario japonés. Es probable que el saludo de este año y el del 2 de enero de 2018 sean los últimos de la actual era, ya que se está preparando la abdicación de Akihito a favor de su hijo Naruhito para el 1° de enero de 2019. La era actual empezó con la ascensión de Akihito en 1989 y se llama Heisai (serenidad).

2. Festival de luces en Nagoya

El jardín botánico de Nabana no Sato se transforma cada año, entre octubre y mayo, en uno de los mayores espectáculos de luces de Japón. Queda cerca de Nagoya y se llega fácilmente desde esa ciudad o desde Kioto y Tokio con combinaciones a bordo del tren bala o Shinkansen. Lo recomendable es viajar durante la tarde para ver los jardines de día. En pleno invierno los ciruelos ya están floreciendo y forman un bosque de delicados pétalos que caen de a poco como una suave llovizna. Esta floración precede algunos meses la de los sakura, los famosos cerezos de Japón. Mientras tanto, a medida que llega la noche, las luces se van prendiendo y transforman totalmente el predio. Hay muchas atracciones iluminadas en Japón durante el invierno, pero Nabana no Sato es una de las más populares por su impactante túnel de luces de dos cuadras de largo y su inmensa pantalla de led que recrea escenas animadas (el año pasado fue en torno al famoso animé de Heidi). El parque convoca a mucha gente y es recomendable evitar los días de fiesta y los fines de semana. En invierno hace mucho frío por la noche y hay que prever ropa en consecuencia.

3. El templo del amor

El día de San Valentín es una de las fiestas más celebradas del calendario en Japón. Los negocios, especialmente los de dulces y comidas, se preparan con productos acordes desde muchos días antes. En Kioto el 14 de febrero tiene una resonancia especial y se celebra en el Kiyomizu Dera, donde se encuentra el Templo del Amor, uno de los más emblemáticos entre los cientos de santuarios de la antigua capital imperial japonesa. Se trata de un complejo de edificios religiosos muy antiguos, parte del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1994, y levantados en torno a aguas con propiedades terapéuticas. Uno de los templos, Jishu Jinja, está dedicado a una deidad shinto del amor y es el lugar que cobra una especial importancia el día de San Valentín. Además de los rituales del culto shinto y de los amuletos que se pueden comprar, se camina entre dos piedras de amor. Las separan 18 metros y hay que ir de una a otra con los ojos vendados o cerrados: quienes lo logren sin desviarse tendrán un encuentro amoroso cercano. Al margen de San Valentín, el templo celebra una ceremonia del amor el primer día de cada mes.

4. Un onsen al pie del Fuji Yama

La región del Monte Fuji es un destino de turismo muy popular en todo Japón y más desde la vecina Tokio. Gracias a las excelentes redes de transporte se llega en apenas unas horas desde el centro de la mayor ciudad del mundo a los bosques nevados y pueblitos que no cambiaron desde la época de los samuráis. El de Naka Gora es uno de ellos, ubicado sobre el circuito de trenes, funicular, teleférico y barco que permite recorrer la región y el lago Ashi para admirar la cumbre del Fuji con su cono perfecto y sus nieves eternas. La región tiene una intensa actividad geotérmica y es común que haya erupciones volcánicas. Las fuentes termales abundan y son captadas por los hoteles y los albergues locales, que ofrecen servicios de baños a sus huéspedes. Este tipo de alojamiento se llama onsen (literalmente fuente de aguas cálidas) y proponen por lo general una estadía al modo tradicional: se duerme sobre tatamis y se come sobre una mesa ratona, sentado en el suelo. Las puertas son corredizas y las ventanas de papel de arroz. En Naka Gora el pequeño hotel Kanon es uno de ellos.

5. Lluvia de pétalos de ciruelos en flor

Japón tiene muchas otras experiencias extraordinarias en febrero, como la muestra de esculturas de hielo en la gélida isla de Hokkaid? o las excursiones a los pueblitos sepultados bajo la nieve en el corazón de los llamados Alpes Japoneses, en la isla de Honsh?. Febrero es también el tiempo de los Ume Matsuri, los festivales de la floración de los ciruelos. Ume es el nombre japonés de esa especie de árbol, científicamente llamada Prunus mume. Florecen en pleno invierno y son tan populares en Japón como los cerezos sakura. Muchas familias aprovechan los días soleados de la temporada fría para pasearse por los parques y almorzar bajo sus ramas florecidas. El parque Kairakuen en Mito (al norte de Tokio) se considera como uno de los más lindos del país y es muy concurrido durante el Ume Matsuri, de fines de febrero a fines de marzo. En Tokio, uno de los jardines más apreciados es el de Hanegi, cuya floración explota durante todo febrero gracias a más de 700 árboles.

viernes, 13 de enero de 2017

AUSTRIA: SALZBURGO: Cuna de Mozart

Salzburgo, cuna de Mozart

La oferta cultural en la ciudad austriaca es muy amplia gracias a su historial artístico, pero a pesar de sus festivales de verano y sus valses modernos, la música clásica sigue siendo lo suyo.
Al llegar a la llamada “ciudad de la sal” (por las minas de este elemento que se encuentran en el área) te recomendamos empezar tu recorrido desde el centro, donde se encuentra todo el entretenimiento. El casco antiguo de Salzburgo fue declarado Patrimonio de la humanidad por la Unesco y tiene una mezcla de todos los estilos que han estado de moda desde la Edad Media, el románico, el renacimiento y el barroco.
Es un muestrario arquitectónico en el que no quedó una sola etapa fuera. La edificación más emblemática es la catedral, dedicada a San Ruperto, fundador de la ciudad, pero lo que más nos interesa es seguir los pasos de su ídolo…

El genio de la música clásica, Wolfgang Amadeus Mozart, quien compuso su primera obra a los cinco años y la última en su lecho de muerte, vio la luz por primera vez en esta ciudad el 27 de enero de 1756. Salzburgo no se cansa de hacer homenaje a su personaje más famoso y al menos una vez al año encontrarás un festival en su nombre, constantes conciertos de su música y, desde luego un museo en la casa donde nació: Hagenauer, ubicada en el número 9 de la calle Getreidegasse.
La casa/museo fue inaugurada en 1880 y desde entonces es visitada por miles de personas al año. En ella puedes ver las habitaciones donde jugaba el bebé Mozart y los instrumentos que tocó de niño, un violín y un clavicordio. También hay retratos familiares y un óleo de él tocando el piano, pintado por su cuñado. Todo un paraíso para los amantes del compositor.

Mozart prosperó en la vida y luego se mudó a Hannibalplatz, ubicada en Makartplatz 8, hoy llamada “Casa del maestro de danza”. También puedes visitarla. Fue en este lugar donde el músico compuso muchas de sus obras, entre ellas “Rey pastor”, una de las más famosas.

Desafortunadamente, en 1944 gran parte de la casa fue destruida por una bomba y fue 10 años después cuando por fin comenzó a ser un museo. Se restauró su arquitectura original y desde entonces cada año es sede de la Semana de Mozart, en la que se presentan conciertos de orquesta sinfónica, óperas y diversos espectáculos en su honor. Un destino imprescindible para los apasionados de la música clásica.

jueves, 12 de enero de 2017

ARGENTINA: MAR DEL PLATA: la cara menos conocida de un clásico

Mar del Plata, la cara menos conocida de un clásico
Es el balneario argentino más tradicional, aun así muchos no conocen su historia, su origen ni su rico anecdotario, desde los tiempos de indios pampas y jesuitas hasta la llegada del turismo y la aristocracia

Apenas una aproximación. Tan sólo eso es lo que compone el imaginario colectivo del centro turístico más popular de la Argentina. Por experiencia propia o por influencia mediática, todos conocen Mar del Plata. O al menos conocen parte de ella. Una parte seguramente verdadera pero que está lejos de completarla.

Hay una historia prefundacional que pocos tienen en cuenta. Por ejemplo, que allí hay vida humana desde hace 10 mil años. Los indios pampas rondaban la zona y de tanto en tanto se acercaban a la costa para cazar lobos marinos. Los jesuitas intentaron "civilizarlos" y convertirlos a mediados del siglo XVIII, pero no tuvieron mucha suerte. Resistieron menos de cinco años. Hasta que duró el buen humor del cacique Cangapol. Por ese intento, la laguna y sierra cercanas a la ciudad llevan el nombre de "de los Padres".


Una referencia graciosa la aporta el idioma y el devenir semántico de las palabras. Los jesuitas, en su descripción del sitio en el que se asentaron, mencionan la gran cantidad de "curros" que había en el lugar. Los curros son plantas espinosas que pueden llegar a los tres metros de altura y en la actualidad se las cuida en una reserva que ocupa 80 hectáreas. Que hoy haya curros urbanos no es culpa de la naturaleza, aclaremos.


Por aquellos tiempos, ya habían pasado frente a las costas de la hoy Mar del Plata algunos navegantes. Hernando de Magallanes y Sir Francis Drake entre otros. Pero el primero en llegar por tierra fue Don Juan de Garay, que describió el lugar como muy galana costa. Claro, ninguno de ellos vaticinó que ese sitio se convertiría en un destino turístico. La sencilla razón es que el turismo no existía. Debían transcurrir más de dos siglos para la aparición de la industria sin chimeneas.

Cabo Corrientes


En el siglo XVI los pulperos de Buenos Aires les daban alcohol a los indios a cambio de ponchos, botas y mantas. Un historiador marplatense me dijo que estos consideraban a los lobos marinos algo así como la reencarnación de los borrachos.

Lo cierto es que en esas costas hubo lobos marinos desde tiempo inmemorial. El corsario Drake bautizó como Cape Lob a lo que se conoce hoy como Cabo Corrientes.

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Pero ¿por qué es una presencia "rara" para quienes no somos biólogos marinos? Por una simple razón: en Mar del Plata sólo hay ejemplares machos. ¿Cómo? Sí? otra vez: sólo hay machos.

Ocurre que estos animales -que la ciencia llama Otaria flavescens, lobo marino de un pelo- tienen sus propias manías para el sexo y la reproducción. Cada macho tiene su harén y sirve aproximadamente a nueve hembras. La cópula se produce en las costas uruguayas entre mediados de diciembre y mediados de febrero. Los machos deben disputar su harén. Los que pierden deben irse sin copular. Los humillados se van a vivir juntos. ¿A dónde? Sí, a Mar del Plata. Se los puede ver en el puerto. Son más o menos 800. Véalos y, si puede soportar su inconfundible olor, respire. Pero tenga piedad. No se burle de ellos.

Accidente geográfico

Al sur de Mar del Plata, en la zona de Chapadmalal, hay un sitio sobre la costa que bien podría ser parte de la ribera escocesa. Se trata de la conocida Barranca de los Lobos. Ver desde allí el amanecer o bien despuntar la luna llena en el horizonte es una experiencia gloriosa.

Las paredes de la barranca son yacimientos paleontológicos únicos. Allí van chicos de las escuelas a buscar huesitos que por miles la tierra atesora.

Pero una discusión que perdura es si la Barranca de los Lobos es un accidente geográfico u ortográfico. Me explico. Hay quienes sostienen que allí nunca hubo lobos marinos. O más bien que pudo haber algunos pocos. Que la barranca a pique, las mareas y otras menudencias no hacía muy cómodo ese hábitat para los mamíferos marinos. Que lo que allí había eran loros. Loros barranqueros.

Una vez un secretario de Turismo de la ciudad en conferencia de prensa anunció que iban a trasladar los lobos marinos del Puerto a la Barranca, "donde estuvieron siempre". Le preguntaron cómo iba a hacer eso. Dijo que durmiendo a las hembras y llevándolas a ese lugar y que los machos irían detrás. Nadie más preguntó. Quien esto escribe le dijo en soledad al funcionario que no había hembras y que al parecer en ese lugar tampoco hubo lobos. Luego de unos segundos en silencio balbuceó: "Entonces?¡estamos hasta las manos!".

La belle époque

Hacia fines del siglo XIX la aristocracia argentina comienza a viajar a Europa, principalmente a París. No había descubierto aún el mar y los veraneos se pasaban en las estancias. Luego se regresaba a Buenos Aires, aunque muchas veces sólo de paso para Europa. Solía decirse... quelle diffèrence: de París à l´estance !

Casi 30 años después de la llegada del tren (1886), Mar del Plata ya se había transformado en la Biarritz argentina. La guerra desatada en 1914, que impidió al patriciado porteño viajar a Europa, potenció ese carácter. Ya muchas de las familias ricas argentinas habían construido sus espectaculares casas. Desde 1888 funcionaba el hotel Bristol, a cuya inauguración había asistido Nicolás Romanoff, el zarévich heredero del trono de Rusia.

Arquitectos ingleses y franceses rivalizaban en el naciente balneario para construir para sus connotados comitentes las mansiones que les permitieron distinguirse.

"Mi abuelo solía contar que una vez un señor proveniente de un sitio remoto le encargó todo el mobiliario y carpintería para una importante casa en su país. Pero su asombro fue que nunca le preguntó cuánto le costaría. Era tan rico que no le preocupaba saber lo que costaban las cosas". El testimonio es de la nieta de Gustav Serrurier-Bovy, el genial diseñador belga que articuló una fusión de art nouveau tardío -art decó con francés Luis XVI- y el caballero del país remoto era el representante de la familia Ortíz Basualdo.

La casa con esos tesoros, testimonio de la época opulenta, es hoy el Museo Juan Carlos Castagnino en la esquina de la avenida Colón y Alvear. No puede dejar de visitarse.

Numerosas residencias de la época se mantienen aún en pie a pesar de los altibajos de las políticas públicas para preservarlas. Forman parte de un patrimonio que hace única a esta ciudad. Y todos, turistas y lugareños, pueden todavía disfrutarlas.

El primer edificio de mampostería está todavía en pie y es hoy Monumento Histórico Nacional. Es la capilla Santa Cecilia en la loma del mismo nombre. La construyó el fundador de Mar del Plata, Patricio Peralta Ramos, en honor de su mujer, fallecida en 1861 como consecuencia de un mal parto del que nació su hijo número catorce.

La cúpula del templo fue realizada con los mástiles de un bergantín inglés naufragado en 1865 frente a las costas de lo que a partir de 1874 fue formalmente llamada Mar del Plata.

Peralta Ramos contrató a Carlos de Chapeaurouge, de sólo 28 años, para que trazara la cuadrícula de la ciudad. Como la capilla Santa Cecilia era el edificio más importante hasta ese momento, el joven agrimensor partió de su frente para tirar las líneas paralelas que definirían la orientación de las calles, tal como llegan a nuestros días. Esa capilla es, definitivamente, el embrión de la ciudad.

El golf y la nobleza

A la cancha de playa Grande se la conoce como la catedral del golf. Es una de las primeras en nuestro país. Podríamos definirla como típicamente escocesa. Barrancas, rough, viento, no muchos árboles, fairways ralos, y un búnker grandioso: el Port Arthur.

En los otrora médanos comenzó a practicarse este deporte en 1890. El Mar del Plata Golf Club se fundó en enero de 1900. Hasta 1915 hubo sólo nueve hoyos y a partir de esa fecha se completó la cancha con los nueve restantes.

En 1931, el por entonces príncipe de Gales, luego Eduardo VIII de Inglaterra, salió a probar suerte. Su Alteza Real ya conocía Mar del Plata. Había venido en 1925 a bordo del Repulse. En esta, su segunda visita, pudo dormir en el club house, ya que el espléndido edificio estilo Tudor se había inaugurado en 1926.

A propósito del edificio, cabe contar otra anécdota protagonizada años más tarde por el sobrino político de Eduardo VIII. Me refiero al duque de Edimburgo, actual marido de la Reina Isabel II, que visitó Mar del Plata en 1962.

Al bajar del auto frente al club house el duque dirigió su mirada al frontis del edificio. Pero no vio lo que esperaba. Le preguntaron qué buscaba y contestó que el año de construcción de la casa. Presurosas, las autoridades del club se abocaron a resolver la falta. Bueno? no tan presurosas. Tardaron un año en decidir si los número debían ser romanos o arábigos. Hoy, justo encima de la grandiosa puerta de entrada, hay un número: 1926.

Los que practican golf pueden ir a jugar a esa cancha. A los primerizos un dato que no por conocido deja de ser útil: todos los greens caen al mar. A los que no les atrae el deporte pueden conocer la casa y comer en el restaurante. La experiencia vale la pena.

Playa por playa

La amplia oferta turística de Mar del Plata diversifica por los consumos. La gente de mayor capacidad contributiva, catalogada marketineramente como ABC1, tiene servicios, espacios y barrios que la contienen.

Para los más tradicionales de este sector el mar de Playa Grande sigue siendo el sitio para tomar sol, pero en los últimos años las playas del sur, desde Punta Mogotes hasta la Barranca de los Lobos, con balnearios privados de servicios exclusivos, pasaron a ser los más selectos. De todas maneras los 44 kilómetros de playa abren alternativas de consumos más populares.

A metros del faro de Punta Mogotes, se habilitó Yes playa canina, el primer balneario pet friendly de la ciudad.

Desde febrero de 2001 existe la Playa Escondida, la primera playa nudista de todo el Partido. La visitan familias naturistas y también gran parte del colectivo gay, tres kilómetros más allá del Complejo de Chapadmalal, casi en el límite con Miramar.

Abracadabra se llama el balneario de los jóvenes cool. Lo promocionan diciendo que no es una playa, que es "un templo", en el kilómetro 3,5 de la ruta 11. Durante la noche hay música y recitales.

Un balneario especialmente dedicado a los chicos es Guillermo, entre Punta Cantera y el faro. Organizan todo tipo de actividades para los más chicos y tienen maestras jardineras.

El balneario Bosques del Faro Village, además de sus toldos en un espacio tranquilo y amplio, es el único que ofrece departamentos prácticamente sobre la playa. De un lado el mar. Del otro el bosque.

HUNGRIA: BUDAPEST: Paseos indispensables


Paseos indispensables de Budapest
Lugares imperdibles para los que viajen a la ciudad húngara

Cosas para hacer
Es la capital del mundo con más termas naturales calientes ya que tiene más de 120. Por eso, hay increíbles baños construidos en torno a las piletas de agua termal. Los primeros de estos edificios fueron construidos en la época de los romanos, hoy quedan algunas ruinas. Algunos son realmente alucinantes. Los más famosos son los Baños Gellért en estilo Art Nouveau o los Szenchenyis que quedan en el medio del parque de la ciudad y que tienen 15 piletas cubiertas. Otra cosa imperdible para hacer a la tarde noche, es salir a bares a tomar y bailar. El distrito 7 es el más popular para irse de copas con sus famosos "bares en ruinas". Esa zona es el viejo barrio judío que luego de la Segunda Guerra quedó abandonado y destruido. Estos bares son únicos: existen hace más de 10 años y fueron armados en edificios y lugares abandonados con muebles reciclados de ferias de pulga. Ahora, en esos espacios hay un ambiente cultural muy interesante y under.

Cosas para ver
Visitar el edificio del Parlamento es impresionante por su tamaño aún más grande que el de Londres. Queda en la orilla del río y es una mezcla de arquitecturas. Vale la pena ir a verlo y hay tours para hacerlo. Luego, está el Palacio Real que fue reconstruido doce veces. Es un edificio muy lindo que, hoy en día, contiene a la Galería Nacional y a la Biblioteca Nacional. Otro lugar imperdible es la Sinagoga que es una de las más importantes del mundo. También está la Basílica de Santo Estefano que es neoclásica y que se fundó en 1905. Arriba, desde el domo hay una vista increíble de la ciudad. La arquitectura mezcla lo árabe y lo romántico. En el jardín hay un memorial al Holocausto que se llama "el árbol de la vida". Para caminar, la más linda es la Avenida Andrássy con edificios espectaculares de estilo neo renacentista.

Museos
El Museo de Historia recorre 2000 años en tres pisos. Hay tres halls principales con piezas arquitectónicas muy importantes. Por ejemplo, uno de ellos tiene un marco de un puerta en mármol rojo con el escudo de la Reina Beatriz con un cuervo y un anillo. Hay colecciones de la Edad Media con estatuas góticas y muchas piezas de los 1000 años de la capital. También vale la pena ir al Museo de Bellas Artes porque tienen mucha variedad de obras. Hay objetos romanos, etruscos y griegos y también tienen pinturas del Siglo XIX, además tienen una de las colecciones más grandes de Europa de dibujos y grabados. Por último, se puede visitar el Museo Nacional de Hungría que tiene la colección más importante de reliquias nacionales y está dentro de un edificio neoclásico muy lindo construido en 1847.

Paseos
El parque más famoso se llama Memento y queda a 10 km de la ciudad y que es realmente un lugar único para visitar. Tiene más de 40 estatuas, bustos y placas de Marx, Lenin y Béla Kun en el medio de un parque gigantesco. Hay un paseo por un monte que se llama Castle Hill. Durante el recorrido, se atraviesa por un puente sobre el Danubio. En esos kilómetros de caminata se pueden ver los monumentos y museos más importantes de la ciudad. También se puede ir a la zona de Óbuda con calles angostas, museos lindos y buenos lugares para comer. Hay unas ruinas romanas muy interesantes.

martes, 10 de enero de 2017

NOTA: Cinco cafés históricos y emblemáticos


Cinco cafés históricos y emblemáticos
Nada como, en plena exploración urbana, permitirse una pausa para tomar algo en una mesa con historia. Aquí, algunos lugares notables, destacados en el reciente Libro del Café

Desde la recolección del grano hasta la última tendencia entre los baristas, El libro del café es una oportuna fuente de consulta para la creciente legión de cafeinómanos. Publicado por Editorial Catapulta en las últimas semanas de 2016, se trata de un trabajo de la periodista de LA NACION y especialista en gastronomía Sabrina Cuculiansky. Aborda tanto aspectos técnicos -secado, tostado, tipos de granos-, como tips para su preparación en el hogar y un repaso por las distintas olas históricas del consumo (hasta la actual, la del slow coffee, con métodos de filtrado y baristas especializados). También incluye un recorrido por las cafeterías más importantes del mundo, apartado del que acá publicamos un fragmento.

ELS QUATRE GATS

Carrer de Montsió 3, Barcelona, España


La escuela de un grande
Pablo Picasso no siempre fue el reconocido pintor que hoy admiramos. En sus comienzos, el artista tuvo que trabajar mucho para destacarse y, entre los encargos que recibió, realizó las tapas de los menús de Els Quatre Gats, un cabaret-restaurante donde se hacían tertulias y reuniones de arte. La oportunidad le llegó por su amistad con el dueño del bar, Pere Romeu, quien decidió ayudar al pintor debido a su ajustada situación económica. Además, lo dejó realizar allí su primera exposición de cuadros.

Este lugar, que abrió en 1897, se constituyó como un estandarte de la vanguardia cultural de la ciudad de Barcelona y hasta tuvo su propia revista, Quatre Gats, de la que salieron quince números.

CAFÉ DES DEUX MOULINS

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15 Rue Lepic, París, Francia

El fabuloso destino de París
Su nombre hace referencia al famoso cabaré Moulin Rouge y al molino de viento Moulin de la Galette, ambos ubicados en las cercanías de este café en el barrio de Montmartre. En 2001, saltó a la fama a nivel mundial, o al menos entre los cinéfilos, a partir de la película francesa Amélie: allí trabaja y se enamora su entrañable protagonista.

El lugar conserva la fachada, los neones del interior y la puerta del baño, con el recordado letrero que dice "Toilettes". En cambio, ya no están ni el vidrio sobre el que Amélie escribía el menú del día ni el kiosco donde Georgette vendía tabaco y se enamoró de Joseph.

Con la excusa de probar una irresistible crème brûlée, cientos de turistas de todo el mundo desfilan cada día por las mesas de este pequeño café para acercarse, al menos por un rato, al fabuloso destino de Amélie Poulain.

CONFITERÍA COLOMBO

Rua Gonçalves Dias, 32, Río de Janeiro, Brasil

Aquella belle époque
Entrar en este café es lo mismo que sumergirse en la historia de Brasil y remontarse al año 1894, cuando Manuel Lebrão y Joaquim Meirelles abrieron este lugar en una de las calles más exclusivas de Río de Janeiro.

Alrededor de sus mesas, hechas en madera de jacarandá, se sentaron personajes ilustres de todo el mundo, como el rey Alberto de Bélgica -cuando estuvo de visita en la ciudad, en 1920- y la reina Isabel de Inglaterra, en 1968. El lugar, de estilo nouveau y con el mobiliario original de época, forma parte del patrimonio histórico y artístico de Río de Janeiro.

CAFÉ FLORIAN y QUADRI

Piazza San Marco, Venecia, Italia

Ayer, hoy y siempre
Cuando el visitante abre el menú del Café Florian, lo primero que lee es el siguiente texto de bienvenida: "Italia es el país más hermoso del mundo. Venecia es la ciudad más hermosa de Italia. Piazza San Marco es la plaza más hermosa de Venecia. El Café Florian es el más hermoso de Piazza San Marco. Por lo tanto, usted está tomando un café en el lugar más hermoso del mundo".

Si bien su presentación puede parecer grandilocuente, las personalidades que lo visitaron desde su inauguración, allá por 1729, le dan su aval: Lord Byron, Marcel Proust, Charles Dickens, Ernest Hemingway y Federico Fellini, entre tantos otros.

El Café Florian también se posicionó como vanguardista en materia de derechos: fue el primer bar en Italia que permitió el ingreso de las mujeres.

Desde que abrió, en 1775, la cafetería Quadri es sinónimo de elegancia y prestigio. Ubicada sobre la plaza San Marco, al igual que el café Florian, mantiene con este una histórica y divertida disputa.

¿A qué se debe la enemistad? En primer lugar, cuando estas dos cafeterías abrieron, ambas ofrecían música en vivo, por lo que se disputaban el público que transitaba por esa plaza, una de las más famosas del mundo. Para llamar la atención, las orquestas solían subir el volumen pisándose unas a otras para hacerse notar.

Pero también hay otro rumor al que se le adjudica tal rivalidad y que nos remite al siglo XIX. Parece que, un día, el compositor alemán Richard Wagner abandonó el Quadri, cruzó la plaza y se sentó en una mesa del Florian porque no quería encontrarse con su colega Giusseppe Verdi, con quien tenía una muy mala relación.

martes, 3 de enero de 2017

USA: MIAMI: Explora Lincoln Road en South Beach


Explora Lincoln Road en South Beach
Hay poco que se compara con un día en Lincoln Road. Esta área peatonal de varios kilómetros es perfecta para ir de compras, salir a comer y observar a la gente.  Levántate temprano para tomar una taza de café en uno de sus casuales cafés y pasa el día en las tiendas boutique, galerías de arte y restaurantes de la zona.

Dónde comprar
Lincoln Road, llamada algunas veces “la Quinta Avenida del Sur”, ofrece una ecléctica mezcla de tiendas, boutiques y joyerías, donde encontrarás muchos artículos únicos, incluyendo los artesanales, así como marcas conocidas mundialmente.  Aquí están las tiendas de varios pisos de H&M y Forever 21, y las marcas como J. Crew, Lacoste, Madewell, Scotch & Soda y John Varvatos.

También hay tiendas como Books & Books, una librería independiente que tiene una acogedora cafetería,  Apple Store y la galería de Romero Britto, uno de los artistas Pop más famosos de Miami.

Si vienes al área durante un fin de semana, verás puestos de comida que venden de todo, desde productos locales y salsas caseras hasta las especias orgánicas, jugos naturales, galletas, golosinas y mucho más.

Dónde comer
Lincoln Road no tiene escasez de lugares para almorzar, cenar, tomar una taza de café o una bebida por la tarde, o incluso para tener una cena de lujo. En Nespresso, puedes elegir entre más de una docena de diferentes sabores del café. En la cafetería de Books & Books, toma un buen libro para leer mientras disfrutas tu café.

Para un buen almuerzo o cena, prueba Meat Market.  En un ambiente íntimo, disfruta un buen vino y deliciosos bocadillos del bar. Para una verdadera delicia, pide Fried Lobster Mac & Cheese Burger, una suculenta hamburguesa de angus, macarrones, langosta, paté de costillas, tocino ahumado de Applewood y queso Gouda.

En SushiSamba Miami Beach, disfruta los sabores de Japón, Brasil y Perú con sus bebidas, sushi, sashimi y platos como la tempura de camarones y Wagyu japonés, entre otros.

Dirígete a Haven para disfrutar un ambiente ecléctico, una buena escena social, sabrosa comida y cócteles artísticos como el GuaVa - una mezcla de ginebra, lima, albahaca y, por supuesto, néctar de guayaba.

Si quieres disfrutar tu bebida en un lugar con vistas panorámicas de la ciudad, visita Juvia. Ubicado en una terraza en la parte superior de un edificio-garaje, este bar-restaurante ofrece bebidas de primera categoría y algunas de las mejores vistas que la Ciudad Mágica tiene para ofrecer.

Qué hacer
Lo mejor que puedes hacer en Lincoln Road es ir de compras y comer, pero si esto no es lo tuyo, aprovecha para conocer su emblemática arquitectura y vida nocturna.

En cuanto a la arquitectura, pocos edificios son más impresionantes que el 1111 Building. Hogar de Juvia, este edificio es un garaje de varios pisos, de plano abierto, que realmente se parece más a una nave espacial que a un garaje. Está enfrente de una sala de cine y cuenta con magníficas fuentes de estilo japonés y jardines. Fue diseñado nada menos que por la prestigiosa firma de arquitectura Herzog & de Meuron.

Justo al final de la calle, los emblemáticos edificios de Art Deco se han transformado en modernas tiendas y bares. El teatro Colony Theatre, por ejemplo, fue una vez el hogar de Paramount Pictures en la década de los años 30 del siglo XX. Hoy en día, en sus renovadas instalaciones, el teatro presenta conciertos, la danza, la ópera, la comedia y películas.  El Lincoln Theatre alberga ahora una tienda de H&M de varios pisos, pero incluso en las tiendas más modernas de Lincoln Road, aún quedan los vestigios del pasado arquitectónico de Miami Beach.

La vida nocturna en Lincoln Road ofrece algo para todos. La cafetería al estilo europeo, Segafredo, tiene sofás y mesas al aire libre perfectas para un cóctel nocturno con un grupo de amigos íntimos, mientras que Haven sirve cócteles durante toda la noche.

Para una auténtica experiencia de un club nocturno, dirígete a SET. Aquí encontrarás a la gente local conocedora de los clubes nocturnos de moda y a los mejores DJ's tocando los ritmos más populares. En SET, sin duda, pasarás una noche inolvidable.