Histórica, elegante y refinada: así es Venecia, una ciudad rebosante de arte que cuenta y forma parte de multitud de relatos.
Algunos de los mejores pintores, entre los que se encuentran Giorgione, Tiziano, Tintoretto, Tiepolo, Canaletto y Guardi, han captado su magia en sus cuadros o han sido inspirados por ella. Shakespeare la subió al escenario en "El mercader de Venecia" y Goldoni la mostró un día de carnaval en su obra "La plazuela". Goethe la describió en su "Viaje a Italia", Shelley arribó a ella sobre una góndola en sus "poemas venecianos" y los personajes principales de "El amante de Lady Chatterley" de Lawrence a bordo de un vaporetto. Wagner la disfrutó desde una silla en un café del espléndido "salón" que es la Plaza de San Marcos. El joven Proust la amó, mientras escuchaba a su madre leerle "Las piedras de Venecia" de Ruskin, antes incluso de verla con sus propios ojos. Aschenbach la deseó en la obra de Mann, "Muerte en Venecia".
La viveza artística y cultural de estos personajes están a la altura del estilo único de la arquitectura veneciana. Más de 400 puentes, 150 canales y 6 sestieri (distritos) abrazan un romántico laberinto de calles, callejones y caminos, plazuelas y plazoletas. Cada rincón de Venecia refleja el encanto atemporal de la ciudad del Véneto que, junto con su laguna, fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1987.
UN RECORRIDO POR CALLES, PLAZUELAS Y PLAZOLETAS
La Serenissima es una ciudad para admirarla a pie, pero también sobre una góndola, como sugiere Hemingway en su obra "Al otro lado del río y entre los árboles". El majestuoso Gran Canal, que alberga la tradicional Regata Histórica, divide la ciudad en dos y es un hervidero de góndolas y vaporettos yendo y viniendo. Lo atraviesan numerosos puentes famosos, entre los que destacan el Puente de los Descalzos, el Puente de la Academia, el Puente de la Constitución, obra del arquitecto español Santiago Calatrava, y el antiguo Puente de Rialto, construido en piedra de Istria, que es uno de los destinos más populares junto con el pintoresco mercado del mismo nombre, donde podrá comprar frutas, verduras y pescado fresco. El corazón de la ciudad se encuentra en la Plaza de San Marcos, la única que se puede llamar realmente "plaza" ("piazza") para distinguirla de las otras, que son simplemente plazuelas ("campi"). Desde la Plazoleta de los leoncitos, se puede admirar la Basílica de San Marcos y, frente a ella, el Campanile (campanario), conocido cariñosamente entre los venecianos como "el parón de casa" (el padrón de casa). En él, Galileo mostró su telescopio a la nobleza de la ciudad, y está coronado por una estatua dorada de un ángel, que se mueve y gira con el viento. El mejor lugar para disfrutar de una vista panorámica desde las alturas es la Torre dell’Orologio (Torre del Reloj). Destacan en ella el reloj astronómico dorado con esmalte azul y los Moros de Venecia, dos estatuas de bronce que representan un pastor joven y otro viejo, y que martillean la campana con sus mazos para marcar las horas. La entrada a este espléndido edificio se encuentra al principio de las calles comerciales, la Mercerie, donde encontrará tiendas, boutiques y puestos de recuerdos.
Uno de los símbolos de la ciudad es el Palacio Ducal, donde vivía el "Dux", y que hoy es la sede del Museo Cívico. Bajo el famoso Puente de los Suspiros, en un pasillo suspendido que conecta el Palacio Ducal con la antigua prisión, dentro de un complejo carcelario denominado Piombi, es imposible no sentir la opresión de los prisioneros "suspirando" por la libertad perdida. Entre los "huéspedes" más famosos de esta cárcel se encuentran Giordano Bruno, Silvio Pellico, Niccolò Tommaseo y Giacomo Casanova, después de haber escapado de ella. A los lados de la Piazza se encuentran las Procuratie Nuove (Procuradurías Nuevas), la sede del museo Correr, las Procuratie Vecchie (Procuradurías Viejas) con numerosas tiendas, cafés históricos y grupos de danza al aire libre; y el Ala Napoleónica, donde destacan el espléndido Salón y la Biblioteca Nazionale Marciana.
A unos pocos minutos de la Plaza de San Marcos, no puede dejar de visitar el teatro "La Fenice", elegido por Giuseppe Verdi para los estrenos de "Attila", "Ernani", "Rigoletto", "Simon Boccanegra" y "La Traviata".
También en Venecia encontrará cientos de palacios, todos ellos de gran interés histórico, arquitectónico y artístico: Ca' d'Oro, ahora un museo que alberga obras de arte de la colección de Giorgio Franchetti, denominado así porque originalmente parte de su fachada estaba cubierta de oro, Ca' Vendramin Calergi, sede del Casino de Venecia, donde murió Wagner, Ca' Foscari, delante del cual se sitúa el puesto flotante ("machina") en el que los ganadores de la Regata Histórica reciben sus premios, el Palazzo Venier dei Leoni, sede de la colección de Peggy Guggenheim, Ca' Rezzonico, que alberga el museo de Venecia del siglo XVIII, el Palazzo Grassi, uno de los principales lugares en los que se celebran exposiciones de arte en la ciudad, Ca' Pesaro, la sede del Museo de Arte Moderno y el Museo de Arte Oriental, Ca' Dario, especial porque está unido a las tragedias que marcaron las vidas de todos sus propietarios a lo largo de los siglos, y el Fondaco dei Turchi, sede del Museo Veneciano de Historia Natural.
SEÑORA DE ESPECTÁCULOS
"Semel in anno licet insanire", "una vez al año es lícito hacer locuras" afirma el viejo adagio latino, ideal para describir la atmósfera surrealista del Carnaval de Venecia, uno de los de mayor renombre en todo el mundo, junto con el de Río de Janeiro. Elegantes máscaras de carnaval y pomposos disfraces se combinan en el "salón" de la Plaza de San Marcos, que se convierte para la ocasión en un escenario a cielo abierto. Espectáculos, conciertos y recitales se suceden uno tras otro antes del tradicional Vuelo de la Colombina o Vuelo del Ángel, en el que un acróbata desciende del campanario de San Marcos hasta la Piazza, ante los ojos embelesados de la multitud. Todo acaba con el Martes de Carnaval y la "Vogata del Silenzio", procesión silenciosa de góndolas, en la que se hace la promesa de volver a verse al año siguiente. Ningún amante del arte puede perderse la Bienal de Venecia, uno de los eventos de arte contemporáneo más importantes del mundo, ni el Festival de Cine en el Lido di Venezia, donde se entrega el León de Oro.
SPRITZ, CICHÉTI Y DELICIAS PARA EL PALADAR
Una visita a la ciudad de los "duxes" no puede considerarse completa sin probar la comida veneciana. Un spritz o una copa de vino, acompañada de cichéti, los aperitivos típicos venecianos, son un ritual obligatorio, que todo aquel que visite la ciudad debe probar en una de las numerosas "bàcari", donde normalmente se come y bebe de pie. Después de un paseo por las calles y plazuelas, le recomendamos que se dé el capricho de tomar un aperitivo rápido y sencillo: la opción más sabrosa es el sándwich veneciano, consistente en dos rebanadas de pan, con mayonesa y deliciosos ingredientes.
Para una comida muy tradicional, los platos más populares son "risi e bisi", la sopa veneciana más conocida, "castraure", una variedad de alcachofa típica de la ciudad, "sarde in saór" (sardinas), hígado al estilo veneciano, "bigoli in salsa" (pasta veneciana típica), pato relleno y postres como "bussolai", "fugasse", "fritole" y "galani". Todo aquel que visite Venecia encontrará un rincón oculto o una obra de arte que se llevará a casa en el corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario