miércoles, 17 de julio de 2013

ARGENTINA: CORRIENTES: La tierra del chamamé y el sapucay

La tierra del chamamé y el sapucay
Un recorrido por el noroeste de la provincia de Corrientes. La capital y su balcón al río, las playas de Paso de la Patria, la intensidad espiritual de Itatí y la bella arquitectura colonial de Santa Ana.
La tierra del chamamé y el sapucay Los Esteros del Iberá son el segundo humedal más grande del mundo y es un escenario ideal para avistaje de aves y otras especies.

Los correntinos están muy orgullosos de serlo. Tanto, que en uno de los centros de información turística se reparte un "Pasaporte Correntino", como si la provincia de Corrientes fuese Cataluña y tuviese deseos independentistas.
"Visto y considerando que ha conocido esta tierra de poras, de lagunas y leyendas. Se ha maravillado con su fauna original y deslumbrado con la belleza de su flora; que se ha deleitado con sus chamamés, sus sapucay, sus mates y el chipá, que ha disfrutado con el paisaje paradisíaco del Paraná, el Uruguay, los misteriosos Esteros del Iberá..." Y así, la lista sigue enumerando todos los encantos de la provincia.
Lo dicen en el Festival del Chamamé durante enero. Lo repiten semanas después en el inicio de uno de los carnavales más tradicionales del país. "Corrientes tiene payé", gritan los artistas arriba del escenario. O los comparseros en el medio del éxtasis de la noche en el corsódromo.
Ese hechizo no sólo está en las grandes fiestas populares de la tierra fundada por Juan Torres de Vera y Aragón en 1588, sino que la magia también está en todos los lugares que indica el pasaporte apócrifo. En el turismo de pesca y en el religioso de Itatí. En el encanto de las playas de Paso de la Patria. Y en el mágico pueblo de Santa Ana, detenido en el tiempo, con una locomotora centenaria descansando en una de sus calles.
Las siete puntas del Paraná
La ciudad de Corrientes es el punto natural de partida de muchos de los recorridos por la provincia. El lugar es un gran balcón al río Paraná, con la preciosa costanera para caminar, hacer ejercicio y disfrutar de sus playas. Y gozar de la presencia del puente General Manuel Belgrano, inaugurado a inicios de los 70 para unir esta ciudad con Resistencia, en Chaco, justo enfrente.
Los paseos del Circuito Fluvial permiten mirar la ciudad desde el Paraná. Se pueden ver las siete puntas (corrientes) del río, que le dan nombre a la ciudad, además del Parque Mitre. En un viaje de poco más de una hora -"Pedro Canoero" es una de las empresas que presta el servicio-, la embarcación pasa por riachos, cruza por debajo del puente y permite ver algo de la fauna del lugar, en el que se registraron más de 350 especies. El Paseo de los Artesanos, la Peatonal Junín, la plaza 25 de Mayo con su típico trazado español y los murales tallados en las paredes son otras de las atracciones de la capital de la provincia.
"Esta es nuestra playa más exclusiva", dice la guía, camino a Paso de la Patria. La ciudad, uno de los destinos de veraneo por excelencia en la Mesopotamia, está a unos 30 km de la capital. Y alberga kilómetros de playa de fina arena y uno de los mejores centros de pesca de dorado del país. Allí están los paradores donde los chicos juegan al vóley y se arman escenarios para distintos shows.
En este punto donde el río Paraná se une con el Paraguay, la oferta hotelera es una de las más variadas de la provincia. Hay desde lujosos complejos hasta cabañas y bungalows, pasando por casas para pasar el fin de semana. Además, las tareas de dragado del río permitieron obtener playas más amplias y albergar a un mayor número de turistas. El amanecer y la puesta del sol, a la vera del Paraná, son espectáculos de gran belleza, que ya vale el viaje.
Además de la pesca, de las playas y de la movida nocturna, Corrientes atrae a gran cantidad de fieles de todo el país. Fundada en el siglo XVIII y 70 km al este de la capital, Itatí es sede de peregrinaciones durante buena parte del año; en septiembre se realiza la Peregrinación de la Juventud, la más convocante, con jóvenes que recorren a pie la distancia entre la capital y el pueblo. Al frente de la plaza central está la imponente Basílica de Itatí, una de las más importantes del continente, con una cúpula central de casi 30 metros de diámetro. En la cúspide se alza una imagen de la Virgen de siete metros y medio de altura. En total, la Basílica llega a medir 83 metros. Desde finales de los 90, la basílica es Monumento Histórico Nacional.
En Itatí también se ofrecen excursiones de pesca. Al final de la jornada, el pescador embarcado -con la ayuda de los guías- puede llevarse a casa grandes ejemplares de pacúes y surubíes atigrados, entre otras variedades. O "descargar" la pesca en una de las islas y cocinar un exquisito pescado frito.
De regreso a la ciudad de Corrientes, a sólo 25 kilómetros, está el apacible pueblo de Santa Ana, que invita a pasear por sus calles y admirar las viviendas coloniales; visitar la Casa de la Tradición o comer algo en la histórica pulpería (abre los fines de semana), que funciona desde 1772. Los más chicos se sorprenderán con el Trencito Económico traído en 1890, del que quedan algunos vagones.
Aún queda por visitar el Corredor Jesuítico Guaraní y los maravillosos Esteros del Iberá -el segundo humedal más grande del mundo- y bailar en algunas de las peñas y bailes chamameceros. Seguro, en algún momento de la noche alguno dirá, con el pecho hinchado de orgullo, que "Corrientes tiene payé".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario